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En medio de la pandemia por el coronavirus, el aumento de la deforestación y la subida del precio del oro que incrementa la minería en el Amazonas, un nuevo informe de Amazon Watch vinculó a seis grandes firmas financieras de Estados Unidos con la destrucción de la selva gracias a millonarias inversiones a compañías públicamente cuestionadas por abusos a los recursos y a las comunidades indígenas.
El informe, que contó con la participación de la Asociación de Pueblos Indígenas de Brasil (APIB), identifico a las firmas estadounidenses BlackRock, Citigroup, JPMorgan Chase, Vanguard, Bank of America y Dimensional Fund Advisors, quienes según la investigación llegaron a invertir más de $18 mil millones de dólares en nueve empresas involucradas en proceso de deforestación y degradación ambiental entre 2017 y 2020.
La investigación describe la complicidad de estas firmas en procesos de invasión de tierras, violencia, deforestación y otras violaciones de derechos como la obstrucción a los procesos de titulación de tierras y consulta previa. “Grandes empresas del sector financiero (...) están usando el dinero de sus clientes para permitir acciones hediondas de empresas vinculadas a violaciones de los derechos de los indígenas y a la devastación de la selva amazónica”, señaló el director de programas de Amazon Watch, Christian Poirier.
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El documento investigó las inversiones de esas firmas estadounidenses en compañías brasileñas y multinacionales señaladas de cometer abusos en la Amazonía, entre ellas las mineras Vale y Anglo American, las agroindustriales Cargill y JBS, y la energética Electronorte. A JBS, la mayor cárnica del mundo, la investigan por haber obtenido ganado de haciendas que invaden las reservas indígenas Uru-Eu-Wau-Wau y Kayabi en la Amazonía brasileña. Por su parte, la gigante minera Vale enfrenta acusaciones de contaminar agua e incumplir su compromiso de mitigar el impacto de su actividad en tierras indígenas, según la investigación. Y la empresa energética Energisa Mato Grosso electrifica los asentamientos de ocupantes ilegales en tierras nativas.
Los pueblos indígenas, que acompañaron el proceso de investigación, expresaron que estos procesos atentan contra los derechos de las comunidades que viven y cuidan la Amazonia. “El flujo de inversiones extranjeras hacia las empresas que operan en Brasil se ha expandido hasta convertirse en una intrincada red internacional. A medida que avanzan estos proyectos, los pueblos indígenas a menudo son tratados como un ‘obstáculo para el desarrollo’ y sus tierras son invadidas, ocupadas, saqueadas y destruidas. Estos conflictos surgen de la presión para abrir nuevas operaciones de explotación en territorios indígenas, lo que lleva a ataques totales por parte de acaparadores de tierras y otros actores locales, acompañados de la falta de respeto sistemática a la legislación que protege las tierras y los derechos indígenas”, agregó Eloy Terena, abogado de APIB.
En defensa ante la investigación, un portavoz de BlackRock señaló que la deforestación también afectaba las inversiones. "La deforestación y los derechos indígenas son cuestiones críticas, que también conllevan riesgos para el rendimiento de las inversiones. Nos relacionamos con empresas en estos y otros ESG (ambientales, sociales y gobernanza) riesgos, y cuando no se gestionan adecuadamente o el progreso no es suficiente, nosotros (como accionistas) tomamos medidas de voto contra la dirección ", respondió a la Agence France Presse.
Lo cierto, es que, según la investigación, desde 2012, BlackRock ha tenido dieciséis oportunidades de votar a favor de las resoluciones de los accionistas, un mecanismo de los inversores para detener la deforestación, pero no lo ha hecho. “Ejerció su poder para hacerlo solo una vez cuando se unió recientemente a otros accionistas para exigir que Procter & Gamble aumente los esfuerzos de transparencia para abordar la deforestación y la degradación forestal en sus cadenas de suministro. Si bien esta votación fue un paso importante, fue un caso atípico y no se basó en una nueva política mensurable”, agregó Amazon Watch.
Para Amazon Watch, “esta complicidad del sector financiero con la destrucción contradice los compromisos con el clima y los derechos humanos proclamados por algunas de esas empresas, expone a sus inversores a grandes riesgos y contribuye de forma dramática con las recientes crisis globales de la biodiversidad y del clima”.
*Infoamazonia es una alianza periodística entre Amazon Conservation Team y El Espectador.