La Agencia Nacional de Minería (ANM) actualizó la lista de minerales estratégicos después de once años de que se expidiera la primera, en 2012, por parte del Ministerio de Minas y Energía. En el nuevo listado, del cual salió el carbón térmico, hay 17 grupos de minerales con los que se buscará implementar la “nueva visión de minería en Colombia”. (Lea: En medio de la COP28 lanzan una Red Financiera para conservar la Amazonia)
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Para definir qué es un mineral estratégico, explica Álvaro Pardo, presidente de la ANM, se tuvieron en cuenta varios criterios. “El primero es que existan en el país y podamos disponer de ellos para la demanda de nuestro mercado local”. Estos minerales están relacionados con cuatro políticas clave del actual Gobierno: la transición energética, el desarrollo agrícola, la industrialización del país y la construcción de infraestructura pública.
Los otros criterios que se tuvieron en cuenta tienen que ver con aquellos minerales que el Gobierno piensa potenciar para mejorar los niveles de formalización y asociatividad de pequeños y medianos mineros, como el oro. Además, se espera que cuando se otorguen títulos a empresas para la exploración y explotación de estos minerales, se priorice el mercado local. “Necesitamos empresas que exploren y exploten, pero que una parte o preferentemente todo ese mineral que extraigan se oriente al mercado local, porque tenemos unos programas de Gobierno que los van a requerir. Nada sacamos con que los exploten y los exporten”, aseguró Pardo.
Sobre los minerales que integran la lista habrá prioridad para estudios geocientíficos, así como reservar y delimitar áreas con alto potencial minero que se encuentren libres y otorgarlas mediante “procesos de selección objetiva o esquemas de formalización”. Dentro de los grupos definidos también se encuentran los minerales derivados o asociados al que se menciona en la siguiente lista. (Le puede interesar: Se estancó la producción de hidrógeno verde. ¿Qué es y por qué quieren impulsarlo?)
Por ejemplo, el cobre es uno de los minerales clave para los ambiciosos proyectos que se tienen trazados durante los próximos años en materia de energía eólica y energía solar. Las líneas de transmisión de la electricidad desde los puntos donde estarán los proyectos, como La Guajira, hacia las ciudades, son apenas uno de los componentes que requieren de este mineral.
De acuerdo con un análisis de la Asociación Colombiana de Minería sobre el Plan Nacional de Desarrollo (PND) de Petro, para alcanzar la meta de 2.000 megavatios de energías renovables planteada por el Gobierno se necesitarían 600 molinos de viento. Para cada uno se requerirían al menos 47 toneladas de cobre.
Otros, como los fosfatos y la roca fosfática, son claves para el desarrollo de fertilizantes para el agro, que hoy Colombia importa en su mayoría de países como Estados Unidos, China o Rusia. A raíz del conflicto entre este último y Ucrania, al que también le compramos fertilizantes, el país se vio afectado por el alza en estos insumos para producir alimentos. (Lea: Ecopetrol destapa sus cartas y se la juega por el gas para la transición energética)
Pero, la discusión sobre los minerales estratégicos va más allá. La ANM ya cuenta con un documento técnico que indica cuáles son las zonas con potencial para la extracción de los 17 grupos de minerales. El problema, como reconoce Pardo, es que muchas de esas áreas se solapan con áreas de protección ambiental y es algo que no ocurre solo en Colombia. De acuerdo con una investigación publicada en Nature Communications, el 73 % de los proyectos planificados o en ejecución para extraer minerales necesarios para las energías renovables en Latinoamérica se encuentran, al menos en parte, dentro de áreas protegidas.
“El potencial de cobre más importante que Colombia podría tener está en el Pacífico y está justo en zonas donde rige la Ley Segunda [la ley de áreas protegidas]. Yo he tenido esta conversación la ministra de Ambiente: ahí hay un mineral estratégico y obviamente hay un determinante ambiental. ¿Qué vamos a hacer? Tenemos que abrir esa discusión al país entero. ¿Cómo podría extraerse un mineral que es fundamental para la transición energética, pero que está en un área que queremos también preservar por su riqueza o su fragilidad ambiental?”, asegura Pardo.
Según el estudio de Nature, la planificación en este tipo de proyectos es clave para que su impacto ambiental no termine siendo mayor que el que se evita con la sustitución de combustibles fósiles por energías renovables. Mientras llega el momento de esa discusión, que tendrá que darse “en el mediano plazo”, la ANM tiene planteado definir áreas aptas para la minería, que estarían fuera de las áreas de protección ambiental. Esto se reglamentaría a partir de la nueva ley minera que el Gobierno radicaría durante el primer semestre del 2024.
El carbón térmico se va, pero se queda el metalúrgico
El presidente Gustavo Petro, durante su discurso en la conferencia de la ONU sobre Cambio Climático (COP 28) que se desarrolla en Dubái, aseguró que “Colombia ha dejado de firmar contratos de exploración de petróleo, carbón y gas”.
Esto, en lo que tiene que ver con carbón, quedó establecido en las Bases del PND 2022-2026, en donde se dice que “se prohibirá el desarrollo de nuevos proyectos mineros para la extracción de carbón térmico a cielo abierto clasificados como minería de gran escala”. Por esto, dentro de la lista de minerales estratégicos ya no se encuentra este mineral.
“No estamos diciendo que el carbón se acaba el año entrante. Estamos diciendo que tenemos que avanzar en la descarbonización al mismo tiempo que tenemos que avanzar en la generación de energía limpia para reducir las emisiones de CO2″, explica Pardo. Sin embargo, sí permanece el carbón metalúrgico. Este mineral es utilizado para producir coque, un combustible fundamental para la industria del acero.
Para sostener esta producción, asegura Pardo, se otorgarán títulos mineros a pequeña y mediana escala. “Actualmente, tenemos 1.744 contratos activos de explotación de carbón, en su mayoría térmico. Con algunos de estos contratos, llegaremos a 2040 y seguirán explotando. No va a escasear el carbón en los próximos años”.
Por otra parte, la ANM prevé que se den bajas en el precio del carbón en los próximos años que harían insostenible la producción de carbón para algunos mineros. “Aquí en el altiplano cundiboyacense ya están empezando a cerrar minas porque los costos no les dan”, dice Pardo. Ante esto, apunta, será necesario tener un plan de transición que garantice una actividad económica para estas personas.
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