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IPCC: seis conclusiones del informe de la ONU sobre mitigación del cambio climático

Las emisiones generadas por actividades humanas continuaron incrementando entre 2010 y 2019, con los mayores aportes desde el sector energético. Si queremos que la temperatura no aumente más de 1.5°C para 2100, se debe reducir drásticamente el consumo carbón, gas y petróleo a 2030.

María Mónica Monsalve
04 de abril de 2022 - 10:53 p. m.
El IPCC señala que limitar el calentamiento global requerirá
grandes transiciones en el sector energético. Esto implicará un
reducción sustancial en el uso de combustibles fósiles.
El IPCC señala que limitar el calentamiento global requerirá grandes transiciones en el sector energético. Esto implicará un reducción sustancial en el uso de combustibles fósiles.
Foto: Bloomberg - Bloomberg Creative Photos

Esta mañana el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), un panel de científicos que reunió la ONU, desde 1988, para que organicen y señalen cuál es la evidencia más actualizada sobre este fenómeno, publicó su más reciente informe. Titulado como Cambio Climático 2022: Mitigación del Cambio Climático, se trata del tercer reporte que ha publicado el IPCC entre 2021 y estos meses del 2022 y que, para finales del año, unirán juntos en un gran reporte que se convertirá en una especie de “biblia” (claramente no religiosa), sobre la evidencia y ciencia del cambio climático. (Lea acá las conclusiones del primer reporte del IPCC)

Como es un trabajo que el IPCC viene haciendo desde 1990 y que actualizan cada periodo de tiempo (el último se construyó entre el 2013 y 2014), el gran informe se conocerá como AR6, ya que es su sexta versión. Aunque se trata de un documento científico denso, conocer sus conclusiones será clave para los tomadores de decisiones, empresas e individuos, ya que, además de dar un diagnóstico de cómo vamos, también señala qué camino seguir para evitar que la temperatura del planeta aumente más de 1.5°C para finales de siglo. Pues, también lo ha dicho la evidencia científica, si superamos esa brecha y, sobre todo, si nos pasamos de un aumento de 2°C de temperatura, la supervivencia de la especie humana, tal como la conocemos, podría estar en aprietos. (Le puede interesar el resumen del segundo informe del IPCC)

Conozca alguna de las conclusiones que arrojaron los 278 autores de 65 países del mundo sobre las emisiones asociadas al cambio climático.

1. Sí, hay malas noticias: las emisiones causadas por actividades humanas siguen creciendo

Con un nivel alto de confianza (algo así como que el IPCC está casi segurísimo), las emisiones de gases efecto invernadero emitidas por actividades humanas continuaron incrementando entre los años 2010 y 2019. De hecho, en el 2019, este tipo de emisiones fueron 12% más altas que en 2010 e, incluso, 54% mayores que en 1990.

2. Los esfuerzos que ha hecho la industria, en general, y la de combustibles fósiles, específicamente, para reducir sus emisiones se han quedado cortos. Y son superados por las emisiones de otras actividades.

El IPCC nos vuelve a recordar quién está detrás de las emisiones a nivel mundial: para el 2019 el 34% de las emisiones las puso el sector energético, el 24% la industria, el 22% la agricultura y cambio de uso del suelo, el 15% el transporte y el 6% la infraestructura. Y aunque entre el 2010 y el 2019 la energía relacionada al carbono disminuyó casi en un 0.3% por año, no es suficiente. Si queremos mantenernos en la meta de limitar el calentamiento global a 2°C para finales de siglo, esta cifra debe de ser de 3.5% por año entre 2020 y 2050. Además, si la meta es mantenernos en el margen de no aumentar la temperatura más de 1.5°C para finales de siglo, estaríamos hablando de una reducción de 7.7% por año.

3. Ahora una buena noticia: los precios de las energías renovables a nivel mundial sí han caído.

“Entre 2010 y 2019, hubo disminuciones sostenidas en los costos unitarios de la energía solar (en un 85%), la energía eólica (en un 55%) y en las baterías de iones de litio”, señala el informe del IPCC. Si se pregunta por qué en algunos países, como Colombia, este escenario no parece llevarse a la práctica, el reporte también tiene una respuesta. “La adopción de tecnologías de bajas emisiones se retrasa en la mayoría de los países en desarrollo, en particular los menos adelantados, debido en parte a condiciones favorables para las renovables más débiles, incluyendo financiación limitada, desarrollo y transferencia de tecnología y capacidad”.

4. ¿Y entonces qué debe pasar con el sector energético si es el que más emisiones produce?

El IPCC es bastante claro: el sector energético es el primer llamado a cambiar. Se debe lograr la “reducción en el uso general de combustibles fósiles, ampliar el despliegue de energía de baja emisiones, migrar a portadores de energía alternativa y lograr la eficiencia y conservación de la energía”. Hay unas cifras importantes para tener en mente: el consumo de carbón debe caer entre 67 y 83% para 2030 si queremos mantenernos en los escenarios que nos lleven a no superar un aumento de temperatura de 1.5°C para finales de siglo. El petróleo y el gas también, aunque “más lento”.

5. ¿Y con el sector de agricultura y cambios de uso de suelo – que, en Colombia, por ejemplo, es el más responsable de las emisiones?

El informe señala que este sector podría proporcionar entre el 20 y el 30% de la mitigación necesaria a 2050 para cumplir con la meta de los 1.5°C. Sin embargo, se trata de una tesis “con evidencia sólida, pero con acuerdo medio”. Lograrlo, primero, necesita un financiamiento que no se ha logrado. A la fecha, señala el IPCC, se han gastado alrededor de 0.7 mil millones de dólares por año en mitigación a partir del sector de suelos. Pero para potenciar ese 30% de la mitigación, se necesitaría alrededor de 400 mil millones de dólares.

Lo segundo, claro, es mayor voluntad política, no solo en el manejo de los suelos, sino en respetar la tenencia de tierra de las comunidades que viven en los bosques.

6. ¿Estamos a tiempo?

Los modelos que nos mantienen en los escenarios de 1.5°C y 2°C predijeron, por así decirlo, que las emisiones llegarían a un pico en 2020 y, a más tardar, antes de 2050, lo que implica que deben caer sostenida y rápidamente en 2030, 2040 y 2050. Eso es, en ocho años. Si no sucede esto, y las emisiones siguen aumentando tras 2025, es probable que la temperatura aumente 3.2°C para finales de siglo. El doble de lo que necesitamos. Pero si es de los que ve el vaso “medio lleno”, quédese con esta frase del IPCC: “El tiempo para la acción es ahora. Podemos reducir las emisiones a la mitad para 2030″.

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