Koko la gorila no entiende el cambio climático

El video en que Koko, la gorila famosa por comunicarse con señas, advierte sobre el cambio climático, no es nada más que un comercial con guión. El video ha despertado viejos debates entre primatólogos sobre la capacidad de los animales para entender conceptos y emociones complejas.

- Redacción Vivir
26 de junio de 2018 - 09:20 p. m.
Noé ONG
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En días recientes, ha circulado un video viral en la que la gorila Koko, famosa por haber aprendido más de 1.000 palabras en lenguaje de señas estadounidense para comunicarse con los humanos, advierte sobre los efectos del cambio climático y entrega un mensaje a los humanos para cuidar la naturaleza, como ella lo haría. Pero el video resultó no ser más que un teatro.

La historia es así: en 2015, la Gorilla Foundation (quien cuidaba de Koko hasta su muerte, la semana pasada, a los 49 años) y NOE Conservación (una ONG para salvaguardar la biodiversidad) se aliaron con el Servicio Público de Anuncios (PSA, en inglés) para que Koko fuera el rostro de la Conferencia de Cambio Climático de Naciones Unidas, la COP21, en París.

“Debido a su habilidad única para comunicarse con los humanos en lenguaje de señas, Koko es una embajadora natural de las especies en peligro de extinción (…) Koko tenía claro el mensaje principal: el hombre está dañando la Tierra y sus muchas especies animales y vegetales, y necesita "apurarse" y solucionar el problema (…) El video muestra a Koko reaccionando después de haber sido informada sobre lo que está en juego en la COP21”. Esas son algunas de las frases que incluía el comunicado de prensa presentado en ese entonces por Naciones Unidas, NOÉ ONG y Gorilla Foundation, anunciando el video.

La estrategia de comunicaciones es maravillosa: la personificación de la Naturaleza hablándole a los humanos sobre el cuidado de la Naturaleza, sobre el momento crucial para la vida que se debatía en la COP21. Sin embargo, según el portal científico y de verificación de datos, Snopes, no hay nada que indica que Koko puede comunicar a los humanos sus sentimientos o pensamiento sobre el ambientalismo o el cambio climático. Esto no solo pone en entredicho el video mismo, sino la capacidad por la que Koko alcanzó la fama internacional: el lenguaje de señas.

En 2014, un artículo de Slate, citado por Snopes, sostiene que la comunicación entre humanos y gorilas puede estar más cerca de la antropomorfización que la expresión lingüística, especialmente cuando se trata de expresar ideas y no necesidades básicas:. Es decir que podría pedir comida o abrigo, pero no necesariamente entender conceptos como “economía” o sin ir más lejos, ambientalismo.

Barbara King, una bióloga y antropóloga de la Universidad William & Mary, quien escribe sobre evolución y primatología, comentó en un artículo de NPR: “Me recuerda a los intentos de la Gorilla Foundation para entender cosas poco probables de entender. El antropomorfismo está mal. Otros animales pueden compartir con nosotros muchas maneras de pensar y sentir, y reconocer eso es más apropiado. Pero el antropomorfismo en este video no es apropiado. Ni siquiera los simios con inclinaciones lingüísticas comprenden algo cercano a la interacción dinámica entre los humanos y la naturaleza que subyace al cambio climático antropogénico”.

La pregunta de fondo es si en realidad Koko, y por extensión, un gorila, es capaz de emociones complejas. También, ¿cómo podríamos los humanos deducir tan fácilmente las emociones de un gorila?

 “El mensaje de Koko dirigido por humanos va más allá de cualquier cosa que un gorila entienda o le interese, como el impacto global humano”, dijo Frans de Waal, director de Laboratorio de investigación en primates de la Universidad de Emory (Estados Unidos) al Huffington Post. Agregó que las "acrobacias" como esta "le han dado un mal nombre al campo de los lenguajes de los simios, mientras que hay mucho más por descubrir si solo estudiamos lo que los animales avanzados cognitivamente pueden hacer por su propia cuenta".

Según la revista Time, la apuesta de la primatóloga de la Universidad de Stanford, cuidadora y maestra de señas de Koko, Francine Patterson, era que parte de lo que nos hacía tan especiales era simplemente que la evolución nos dio la “tecnología” para el habla: cuerdas vocales, paladar, lengua y labios que podían producir una variedad de sonidos tan infinitamente variada. Su tesis, en resumidas cuentas, es que si los animales tuvieran algo así, también podrían expresarse. Así que Patterson trabajó con lo que Koko tuvo, sus manos expresivas y diestras, le enseñó el lenguaje de señas americano, y con eso abrió la puerta a una mente extraordinaria. Koko aprendió 2.0000 palabras y podía expresar 1.000.(Lea también: El miedo se siente más si viene de una seña en lengua materna)

“Koko conocía sustantivos: juguete, manzana, perro, flores. Ella conocía cientos de ellos, pero para todos los animales, los sustantivos son las frutas más bajas: objetos sólidos que pueden asociarse con las etiquetas. Más impresionantes fueron los verbos; aún más impresionante era el lenguaje del estado de ánimo y la emoción y las relaciones espaciales: más y más triste y estúpido, y por favor, apúrate y sal. Y también estaba el mío: una idea primitiva tanto para los animales como para los humanos, señalando, como a menudo lo hace, la codicia o la agresión o la indiferencia hacia los demás, y sin embargo una idea que antes ningún animal había conocido captar abstractamente”, dice la revista estadounidense.

En 1984, cuando el gatito de Koko, "All Ball" fue atropellado por un automóvil y murió, ella lloraba abiertamente. "Gato, llora, lo siento, Koko, amor, descuido, visítame", expresaba. Manifestó su dolor más o menos de la misma manera que nosotros, y aparentemente también lo experimentó exactamente de la misma manera, según los registros de la Gorilla Foundation. (Lea también: Estas son las diferencias entre el cerebro de los humanos y de los primates)

Koko no es el único animal no humano que ha sido estudiado en búsqueda de emociones complejas. Kanzi, un bonobo de 37 años, puede entender cientos de lexigramas que representan palabras y acciones, y puede construir oraciones al señalar el símbolo correcto en una pantalla. Chaser, un border collie de 14 años, conoce el nombre de 1.022 objetos y puede ordenarlos.  Alex, un loro gris de 31 años que murió en 2007, podía recitar un vocabulario de 150 palabras y la misma habilidad que Koko y Kanzi para reunirlos en pensamientos y oraciones.

Pero eso aún no prueba que puedan sentir emociones. Este asunto ha sido objeto de estudios desde los años ochenta, pero Snopes señala que no se han lanzado nuevos estudios en años, y los antiguos están fracasando.

A diferencia de nosotros, parece que a los simios no les importa “echar rulo”. La psicóloga Susan Goldin-Meadow señala a Snopes que los estudios con Kanzi (un bonobo) muestran que solo el 4% de sus signos son comentarios, lo que significa que el otro 96 por ciento son signos funcionales que requieren comida o juguetes. Escepticismo similar sobre Koko surgió en la década de 1980, cuando Herb Terrace publicó una crítica bastante mordaz de la investigación del lenguaje de los simios. Entre otras críticas, Terrace afirmó que los signos de Koko no eran espontáneos, sino que los provocaba [su manejadora] haciéndole preguntas.

Volviendo al caso del cambio climático y Koko, dice Snopes que, en el supuesto mensaje de Koko sobre el cambio climático y la biodiversidad, el espectador tampoco tiene idea de lo que podría haber pasado antes para hacer que Koko actuara o manifestara esos signos, o si el video es algo más que una colección de signos sin relación, encadenados en una narrativa hecha por humanos en vez de un gorila.  (Lea también: "Evolutivamente las mujeres queremos sexo, pero no necesariamente hijos")

La Gorilla Foundation admitió que Koko fue “informada” sobre el video y se le dio una especie de “guión” para el video, que fue editado en tomas separadas.

Cualquiera que tenga un mínimo de experiencia en la comunicación audiovisual sabe que la mayoría de videos se editan, se cortan y se vuelven a pegar para que haya coherencia narrativa, pero en este caso, que se haya editado el video es preocupante, según le dijo el profesor de lingüística de la Universidad de Nuevo México, Sherman Wilcox, a NPR: “Me temo que disminuye la gravedad del problema del cambio climático. Los que niegan el cambio climático ya sienten que los científicos están mintiendo al público. No necesitamos darles videos falsos”.

Por - Redacción Vivir

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