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La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) declaró “la pérdida de fuerza ejecutoria” de la licencia ambiental para 14 proyectos. En otras palabras, decidió que esas licencias ya no pueden seguir usándose para ejecutar los proyectos.
Según la entidad, en varios casos, los proyectos llevan más de una década sin desarrollo (las resoluciones de otorgamiento fueron emitidas entre 10 y más de 20 años atrás), “lo que significa que las condiciones ambientales, sociales y normativas que existían cuando se otorgaron las licencias ya no corresponden a la realidad actual”, se lee en el comunicado de prensa. La medida aplica a 14 proyectos, de los cuales 9 son de hidrocarburos, 3 de infraestructura, 1 de energía y 1 de agroquímicos. Si por alguna razón los titulares quisieran llevarlos a la realidad, deberán solicitar una nueva licencia con estudios actualizados. (Vea: El caso de los lobos que “roban” trampas para tomar comida)
“La permanencia de instrumentos ambientales en estas circunstancias resulta incompatible con las transformaciones ocurridas en los territorios, las cuales deben ser consideradas en cualquier evaluación ambiental”, agrega la entidad. En términos simples, la ANLA está diciendo que no tiene sentido mantener vigentes permisos ambientales antiguos cuando el territorio ya cambió. Si el entorno no es el mismo, porque las comunidades, los ecosistemas o las condiciones del lugar se transformaron, esos permisos ya no sirven para evaluar bien los impactos. Por eso deben revisarse o darse por terminados.
Además de los proyectos que quedaron sin licencia, la ANLA decidió que otros 13 deberán actualizar sus permisos para seguir siendo válidos. Estas actualizaciones son necesarias porque, desde que se otorgaron las licencias, han cambiado las normas, los criterios técnicos y las condiciones sociales y ambientales de los territorios. Los titulares tendrán que presentar nueva documentación, estudios y ajustes que cumplan con la reglamentación vigente y reflejen la realidad actual de los ecosistemas y de las comunidades. (Vea: Drone Photo Awards 2025: las mejores imágenes tomadas desde el aire).
Las licencias ambientales son autorizaciones que permiten desarrollar proyectos como obras de infraestructura, minería, energía o grandes construcciones, siempre y cuando cumplan con requisitos para prevenir, manejar o compensar sus impactos en el ambiente y en las comunidades. En esencia, funcionan como un permiso que certifica que el proyecto puede realizarse de manera responsable y bajo condiciones que protejan los ecosistemas, el agua, el aire, la fauna, la flora y el bienestar de las personas que viven en el territorio.
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