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La cuenca del río Orinoco, uno de los mayores sistemas fluviales del planeta, acaba de pasar por un riguroso examen de salud, que arrojó las principales “enfermedades” o amenazas que afectan los ríos de la región, además de los impactos que ha generado la rápida transformación de los ecosistemas por actividades agroindustriales, pecuarias y extractivas.
Por más de un año, científicos, instituciones educativas, alcaldías, agricultores, pescadores y distintas organizaciones evaluaron once indicadores para conocer la condición actual en la que se encuentran los afluentes de la región. La pérdida de cobertura natural, el cambio en el uso del suelo, la deforestación, los vertimientos y la contaminación del agua como consecuencia del uso indiscriminado de agroquímicos hicieron que la cuenca pasara la prueba raspando. Sacó 3,2 sobre 5.
El reporte se hizo a través de talleres en las cuencas de los ríos Meta, Bita, Guaviare, Arauca, Vichada, Tuparro y Tomo, donde se agruparon las amenazas y riquezas naturales en seis categorías: Agua, Biodiversidad, Manejo/Gobernanza, Ecosistemas y Paisajes, Economía y Gente/Cultura.
El reporte, que es parte de un plan piloto que va a ser replicado a nivel mundial, fue liderado por WWF, el Centro de Ciencias Ambientales de la Universidad de Maryland, la Fundación Omacha y el Instituto Alexander von Humboldt.