La Gran Barrera de Coral, el sistema de arrecifes más grande y complejo del mundo, que se extiende por más de 2,300 kilómetros a lo largo de la costa noreste de Australia y que es, según la Unesco, patrimonio de la humanidad, está amenazada. El blanqueamiento masivo de corales, un fenómeno en el que los corales pierden su color y se vuelven blancos, lo que indica un estrés significativo y lo que implica que su supervivencia se pone en entredicho, es quizá una de las principales amenazas. Aunque el blanqueamiento puede ocurrir como resultado de la baja salinidad, las aguas frías o la contaminación, los eventos masivos (regionales y globales) en los que la mayoría de los corales en una o más regiones se blanquean a la vez, están fuertemente asociados a altas temperaturas superficiales del mar, vinculadas al calentamiento global.
A medida que los océanos se han calentado, los eventos de blanqueamiento masivo de corales se han vuelto cada vez más letales para los corales, dice una nueva investigación publicada este 7 de agosto en Nature. Entre 2016 y 2024 ha habido cinco eventos de blanqueamiento masivo de corales en la Gran Barrera, que afectaron grandes secciones del arrecife. Por ejemplo, entre 2016 y 2017, un blanqueamiento influenciado por la presencia de un evento de El Niño en 2016, provocó la muerte de al menos el 50% de los corales constructores de arrecifes de aguas poco profundas (profundidades de 5 a 10 m). En la investigación, los autores revisan las temperaturas del océano de la Gran Barrera en el contexto de los últimos cuatro siglos.
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La reconstrucción muestra que las temperaturas de la superficie del mar fueron relativamente frías y estables durante cientos de años. Sin embargo, entre enero y marzo de 2024, las temperaturas del océano en el arrecife alcanzaron un punto máximo que no tiene precedentes en al menos los últimos 400 años. Las colonias de coral y los arrecifes que han sobrevivido a lo largo de los últimos siglos están bajo una grave amenaza, escriben los autores del estudio. Lo más grave es que, incluso si se logra limitar el calentamiento global al ambicioso nivel de 1,5 °C del Acuerdo de París, “esto probablemente conduciría a la pérdida del 70–90% de los corales que están en los arrecifes hoy en día”, escriben los investigadores. El calentamiento global por encima de los 2 °C (que ocurriría si no se logra cumplir ese acuerdo), “tendría consecuencias desastrosas para los ecosistemas de coral y los cientos de millones de personas que actualmente dependen de ellos”.
Si logran persistir, los arrecifes de coral probablemente tendrán una estructura comunitaria diferente a la del pasado reciente, probablemente una con mucha menos diversidad de especies de coral, sugieren los investigadores. Eso se debe, explican, a que los eventos de blanqueamiento masivo tienen un impacto diferencial en las diferentes especies de coral. Por ejemplo, los corales ramificados y tabulados de crecimiento rápido se ven más afectados que las especies masivas de crecimiento más lento, porque tienen diferente tolerancia térmica (a la temperatura). Esa simplificación de las estructuras de los arrecifes tendrá impactos adversos en las miles de especies que dependen de que los corales tengan estructuras complejas. Por lo tanto, incluso con un ambicioso objetivo internacional de mitigación, es probable, dicen los autores, que la función ecológica de la Gran Barrera de Coral se deteriore aún más, antes de estabilizarse.
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¿Está todo perdido? La adaptación de los corales puede ser la única perspectiva realista para la conservación de algunas partes de la Gran Barrera este siglo, dicen los investigadores. Sin embargo, advierten que aunque las oportunidades de adaptación pueden ser plausibles, “no son una panacea porque los cambios evolutivos en variables fundamentales como la temperatura tardan décadas, si no siglos, en ocurrir, especialmente en especies de larga vida como los corales constructores de arrecifes”. Es decir, los corales no evolucionan tan rápido como para adaptarse a los cambios de temperatura que están sucediendo. Actualmente, dice el estudio, no hay evidencia clara de la evolución en tiempo real de los corales a estas nuevas temperaturas.
De hecho, agregan los investigadores, las proyecciones de los modelos también indican que las tasas de adaptación de los corales son demasiado lentas para seguir el ritmo del calentamiento global que está viviendo el planeta. “En un mundo que se calienta rápidamente, es probable que las condiciones de temperatura que dan lugar a eventos masivos de blanqueamiento de corales pronto se vuelvan comunes. Por lo tanto, aunque es posible que veamos cierta resiliencia de los corales a futuros eventos de calor marino mediante la aclimatación, es probable que los refugios térmicos se vean desbordados”, escriben.
En este contexto, finaliza la investigación, es concebible que la UNESCO pueda en el futuro reconsiderar su determinación de que la icónica Gran Barrera de Coral de Australia no está en peligro. En 2023, se conoció un borrador de ese organismo internacional en el que este ecosistema no se agrega a la lista de sitios del Patrimonio Mundial en peligro de extinción, una decisión que si bien ha sido celebrada por Australia, no parece estar en línea con hallazgos como los de esta investigación. A falta de una acción global rápida, coordinada y ambiciosa para combatir el cambio climático, advierten los científicos en Nature, probablemente seremos testigos de la desaparición de una de las grandes maravillas naturales de la Tierra.
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