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La historia de “amor” de estos dos tigres simboliza una esperanza para su especie

Un grupo de científicos ha logrado un exitoso rescate y reintroducción de tigres de Amur en su hábitat natural en Rusia. La historia de dos tigres rescatados, que se reunieron tras ser liberados en diferentes zonas, puede ser un símbolo clave para la conservación de la especie, ofreciendo nuevas esperanzas para el futuro.

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12 de diciembre de 2024 - 02:44 p. m.
Después de tres años, Boris recorrió más de 200 km en línea recta para reunirse con Svetlaya (ambos aparecen en la foto después del reencuentro). En medio año, Svetlaya dio a luz a su primera camada. Crédito de la foto: ANO WCS.
Después de tres años, Boris recorrió más de 200 km en línea recta para reunirse con Svetlaya (ambos aparecen en la foto después del reencuentro). En medio año, Svetlaya dio a luz a su primera camada. Crédito de la foto: ANO WCS.
Foto: ANO WCS.
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Un grupo de científicos que trabaja con la Wildlife Conservation Society (WCS) logró un hecho que tiene muy contentos y emocionados a los conservacionistas de los tigres en todo mundo: criar en cautiverio a cachorros huérfanos de tigre de Amur (Panthera tigris altaica) y liberarlos exitosamente en una región donde estuvieron prácticamente ausentes durante más de 50 años en Rusia. La historia no solo es éxitosa científicamente hablando, sino que también tiene elementos que parecen construir una historia de amor improbable.

El estudio donde los investigadores relatan lo sucedido se publicó el mes pasado en el Journal of Wildlife Management. Allí se relata el destino de seis cachorros de tigre que fueron encontrados huérfanos en los bosques de las montañas Sikhote-Alin de Rusia, el último bastión de los tigres en ese país. Durante alrededor de 18 meses, investigadores del Zoológico del Bronx de la Wildlife Conservation Society y otros socios criaron a los tigres en recintos especialmente diseñados donde el contacto con los humanos se reducía al mínimo absoluto y donde, a edades apropiadas, se les ofrecía presas vivas para que aprendieran a cazar.

Antes de continuar, es importante destacar que la reintroducción de animales a sus hábitats naturales es un proceso sumamente complejo y, en muchos casos, no resulta exitosa. Esto puede deberse a múltiples factores, como la falta de habilidades para cazar, el riesgo de ser atacados por depredadores, la competencia con otros individuos de su especie o los conflictos con actividades humanas. Por esta razón, la preparación de los animales antes de su liberación es fundamental. En este caso particular, los investigadores aseguraron que los cachorros estuvieran adecuadamente preparados y decidieron reintroducirlos a la naturaleza únicamente cuando alcanzaron al menos los 18 meses de edad, en la región de Pri-Amur en Rusia.

Esta región es parte del área de distribución original de los tigres, en un intento específico por restaurar una población allí. Los investigadores abordaron entonces dos preguntas después de la reintroducción: en primer lugar, ¿eran los individuos criados en cautiverio capaces de cazar presas a un ritmo suficiente para sobrevivir? Y en segundo lugar, ¿evitaban los individuos utilizar animales domésticos como fuente principal de alimento?

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Una rehabilitación exitosa

Para responder a esas preguntas, los científicos recolectaron datos sobre el comportamiento de caza de 6 tigres huérfanos reintroducidos en su hábitat natural y compararon la composición de presas, la tasa de caza y la tasa de consumo con tigres que vivían en su área de distribución original (Sikhote-Alin). Antes de ser liberados, los investigadores colocaron en los animales collares GPS para monitorear su ubicación.

Fue allí donde surgió la improbable historia de amor. Dos tigres rehabilitados fueron liberados en diferentes partes de Pri-Amur con el objetivo de expandir la distribución de los animales en la zona. Después de tres años, sin embargo, uno de ellos, llamado Boris, recorrió más de 200 km en línea recta para reunirse con Svetlaya (ambos aparecen en la foto después del reencuentro). En medio año, Svetlaya dio a luz a su primera camada. Pero esa no fue la única buena noticia que reportaron los investigadores en su estudio.

Los tigres liberados fueron capaces de cazar presas de manera eficiente y, en general, evitaban cazar animales domésticos. Los investigadores pudieron encontrar en su seguimiento alrededor de 132 matanzas realizadas por los cachorros huérfanos y comparar los resultados con los de los tigres de Amur salvajes. “Básicamente, los datos demostraron que los cachorros huérfanos, criados en cautiverio y liberados, eran tan buenos como los tigres salvajes en la caza, apuntando a los mismos tipos de presas salvajes y muy raramente matando ganado”, señala, citado por WCS, Dale Miquelle, autor principal del estudio.

Solo un cachorro macho no pasó la prueba. Un tigre que había sido devuelto a su hábitat natural se adentró en China, donde las presas salvajes eran escasas, y mató a varios animales domésticos, incluidas 13 cabras, en un cobertizo en una noche. A su regreso a Rusia, este tigre fue recapturado, sacado de la naturaleza y enviado a un zoológico. Los otros cinco, así como otros ocho ejemplares que fueron liberados en el Pri-Amur, pero que no fueron estudiados tan intensamente, han prosperado en la naturaleza y han logrado producir al menos seis camadas de no menos de 12 cachorros, lo que ha dado lugar a una población en aumento.

“Estos resultados indican que es posible cuidar a los cachorros en un entorno de semicautiverio, enseñarles a cazar y liberarlos nuevamente en la naturaleza. Estos hallazgos brindan una vía para devolver a los tigres a grandes partes de Asia donde aún existe hábitat, pero donde se han perdido tigres. Esperamos que otros profesionales puedan adoptar estos enfoques y aprender de nuestros esfuerzos para devolver a los tigres a las áreas donde se han perdido”, señaló, a su vez, Viatcheslav V. Rozhnov, exdirector del Instituto Severtsov de Ecología y Evolución de la Academia Rusa de Ciencias y líder del proyecto.

Esa reintroducción exitosa podría ser clave. Aunque se estima que los tigres viven actualmente en un 8% de su área de distribución histórica, y que gran parte de su hábitat original se ha perdido debido al desarrollo humano, un estudio publicado por WCS estima que hay más de 700.000 km² de hábitat “vacío” que es adecuado para los tigres en toda Asia, pero donde los tigres están ausentes. Este estudio podría proporcionar el marco para la crianza de cachorros en condiciones de semicautiverio y su preparación para la naturaleza.

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