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Hace poco más de un año, miles de medios de comunicación de todo el mundo (incluido El Espectador), registrábamos la decisión que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN, por sus siglas en inglés), había tomado al incluir a la mariposa monarca en la categoría de “en peligro de extinción”. (Puede leer: La ONU pide que a 2030 paren las exploraciones de combustibles fósiles en el mundo)
La decisión de incluir a esta especie, reconocida por su extensa migración desde Estados Unidos y Canadá hasta México (más de 4.000 kilómetros), estaba sustentada en que la población nativa se había reducido entre un 22 y un 72 % durante la última década, según explicó en ese entonces la IUCN, la máxima autoridad científica en lo que respecta al estado en el que se encuentran las especies.
Sin embargo, a inicios de este mes, y tan solo poco más de un año después de su decisión inicial, la Unión anunció que reversaba su postura y sacaba a la mariposa monarca de Norteamérica de la categoría “en peligro” de extinción. (Puede interesarle: Fenómeno de El Niño podría extenderse por seis meses: Minambiente)
De acuerdo con la nueva posición de esta autoridad, el insecto lepidóptero pasará a estar en la categoría “vulnerable”. De hecho, el nivel de alerta podría ser aún menor y, dependiendo de los resultados de un censo que está próximo a ser publicado, la monarca podría ser clasificada en la categoría de “casi amenazada”.
Según cuenta la revista Science, tras conocerse la decisión de julio del año pasado, un investigador independiente impugnó los modelos poblacionales que motivaron la posición de la UICN. Andrew Davis, ecologista de la Universidad de Georgia, le dijo a ese medio que la autoridad había cometido una “injusticia científica” pues ignoraron datos que mostraban que las monarcas realmente estaban bien. (También puede leer: Los 10 departamentos más afectados por incendios forestales en lo que va de 2023)
El asunto, advertían Davis y otros científicos, radicaba en el hecho de que la UICN había utilizado un modelo que se basaba en un método “lineal”, que resultaba inadecuado para estimar la población de las monarcas. Finalmente, el ecologista tuvo la razón y, tras aplicar un modelo más complejo, la Unión observó que si bien desde 2014 se marcó un punto de inflexión en la población de estas mariposas, la disminución no fue tan drástica como originalmente se habría creído. Incluso, existen indicios de un ligero aumento en la cantidad de monarcas.
Sin embargo, la nueva decisión está lejos de zanjar el debate. Mientras que la ecóloga Leslie Ries, de la Universidad de Georgetown le dijo a Science que “el principio de precaución sugeriría mantener la lista en peligro, con la posibilidad de elevar la categoría”, Davis sugiere que deberían estar en la categoría de “preocupación mejor”, su nivel de amenaza.