La semana pasada, Ecopetrol anunció la puesta en funcionamiento de un electrolizador que producirá hidrógeno, un combustible que se usa en la industria, el transporte y la agricultura, en la Refinería de Cartagena. Junto con este proyecto, los premios “CatalHyst H2” reconocieron otras iniciativas de generación de hidrógeno: la Armada Nacional, con la construcción de su primer buque de transporte de pasajeros impulsado con hidrógeno, y Colibrí Energy, por un megaproyecto de energía solar y eólica con el que quieren producir amoníaco a partir de hidrógeno, uno de los insumos principales de los fertilizantes.
Estos son algunos de los 36 proyectos con los que, según la Cámara de Hidrógeno y Gases Renovables de la ANDI y Naturgas, Colombia quiere impulsar la transición energética en sectores como la industria y la agricultura, pues el hidrógeno tiene la capacidad de generar altas temperaturas, necesarias en procesos como la fabricación de acero o vidrio, o la producción de amoniaco para fertilizantes.
Hoy esos procesos se hacen, principalmente, con carbón, petróleo y gas, los combustibles fósiles que generan mayores emisiones de gases de efecto invernadero y aceleran el cambio climático. Colombia quiere empezar a producir estos combustibles a partir de energías renovables o generando menos emisiones contaminantes.
Hace cuatro años se publicó la “Hoja de ruta del hidrógeno en Colombia”, un plan con el que país buscaba posicionar a este combustible como uno de los protagonistas en la transición energética. Sin embargo, desde entonces no ha habido ningún avance para darles reglas de juego a los proyectos que quieren producirlo. Uno de los puntos que debe aclararse es definir qué se va a considerar hidrógeno de bajas emisiones, es decir, que reduzca su impacto ambiental.
El Ministerio de Ambiente está preparando una resolución para crear esa definición con criterios tan ambiciosos como los que tienen Estados Unidos y la Unión Europea. Desde la Cámara de Hidrógeno y Gases Renovables es reconocida como “un buen comienzo”, pero temen que sea tan ambiciosa que no se pueda cumplir.
Por otro lado, Juan Camilo Zapata, experto del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) para temas de hidrógeno, piensa que “sí se puede cumplir” y que puede ser el primer paso para escalar la producción de hidrógeno en Colombia.
Un estándar ambicioso
El hidrógeno es un combustible conocido hace bastantes años en la industria petrolera y agrícola. Las refinerías de petróleo, por ejemplo, lo producen a partir de gas o del mismo crudo. Lo utilizan para mejorar la calidad de la gasolina, eliminando componentes como el azufre o el nitrógeno. Pero, ese hidrógeno no es considerado una fuente de energía “verde”, justamente porque se produce a partir de combustibles fósiles.
El Ministerio de Ambiente analizó la producción que se hace actualmente en Colombia, principalmente en refinerías y a partir de gas. De allí tomaron un dato clave: por cada kilogramo de hidrógeno que se produce, se generan 11,9 kilogramos de dióxido de carbono (CO₂), uno de los principales responsables de acelerar el cambio climático.
La entidad publicó un proyecto de resolución con la que busca reducir esas emisiones contaminantes en un 70 %, siguiendo la metodología de la Unión Europea en su estándar de hidrógeno de bajas emisiones.
Esto quiere decir que, si la resolución se firma tal como la publicó el Minambiente, para que un proyecto de producción de hidrógeno en Colombia sea considerado de bajas emisiones, deberá producir máximo 3,57 kg de CO₂ por cada kilogramo de combustible. Para hacerse una idea, en la Unión Europea ese estándar es de 3,38 kg de emisiones en cada kilogramo de hidrógeno, mientras que en Estados Unidos es de 4 kg.
“Vemos con preocupación que pueda ser un umbral muy bajo para un país como Colombia”, advierte Karen Peralta Ballén, directora ejecutiva de la Cámara de Hidrógeno y Gases Renovables. Para ella, al tener como referencia los estándares de la Unión Europea y Estados Unidos, también hay que tener en cuenta “que se trata de países que ya tienen un recorrido importante en la producción de hidrógeno y, por lo tanto, tienen mejores condiciones para lograr cumplir ese objetivo”.
Bajo estas condiciones y otros detalles técnicos que plantea la resolución, asegura Peralta, varios de los 36 proyectos que se están planeando en Colombia “se quedarían por fuera” al no poder cumplir ese estándar.
Pero, Zapata, del BID, no está de acuerdo con esa postura. “Si revisamos con detalle el umbral que establece la Unión Europea, lo hace con una cadena de valor mucho más exigente”. Allá, por ejemplo, hay restricciones de distancia entre el punto en el que se extrae el gas con el sitio en el que se produce el hidrógeno. En cambio, para Colombia el paso a paso tendría “menos requisitos, algo que lo haría mucho más fácil de cumplir, a pesar de que sea una cifra similar a la que hay en la Unión Europea”.
Peralta insiste en que podría considerarse una cifra más flexible. Desde la Cámara han estimado que podría tratarse de un umbral entre 4,7 y 5,9 kg de CO₂ por kilogramo de hidrógeno, teniendo en cuenta las condiciones técnicas y económicas de los proyectos que se están planeando en Colombia. “Estamos invitando al Ministerio de Ambiente y al Ministerio de Minas y Energía a hacer unas mesas técnicas para definir este umbral conjuntamente”, dice la directora. El Minambiente recibió comentarios al borrador de la resolución hasta el pasado viernes, 12 de diciembre, y publicaría una versión definitiva en las próximas semanas.
Producir hidrógeno de bajas emisiones con gas metano
Cuando se habla de hidrógeno en la transición energética, generalmente se habla de dos tipos: el hidrógeno verde, que se produce a partir de energías renovables, como la solar y la eólica; y el hidrógeno azul, que se produce con combustibles fósiles, como el gas metano, pero capturando las emisiones contaminantes que se generan en el proceso. La regulación que está preparando el Minambiente elimina esa distinción, para referirse a todo como “hidrógeno de bajas emisiones”.
Para Peralta, de la Cámara de Hidrógeno de la ANDI, esto es un incentivo para la generación de este combustible en el país. “No importa cuál es la fuente con la que se genere, sino que cumpla el umbral. Esta discusión se ha dejado de lado por la disminución en la oferta de gas. Pero si vemos hacia Estados Unidos, hay muchos proyectos de hidrógeno que aprovechan el gas”, afirma.
Sin embargo, capturar las emisiones que generan los combustibles fósiles no es una tarea fácil ni económica. Para Zapata, el ejemplo más claro de eso es la generación de hidrógeno que ha hecho hasta ahora Ecopetrol y que fue la base para calcular el umbral: 11,9 kg de CO₂ por cada kilogramo de hidrógeno, en un proceso que no hace captura de emisiones. “Si quisieran cumplir con el umbral, van a tener que hacer inversiones muy altas para lograr hacer una generación como la que pide la norma”, añade, haciendo más exigente el proceso para los combustibles fósiles, y favoreciendo la transición a energías renovables.
A esto se suma que, quienes consuman el hidrógeno tendrán que hacer un cálculo diferente para sus emisiones, porque el umbral solo las contempla hasta el fin de la producción del combustible. “Si el consumidor final está en Alemania, va a tener un impacto en transporte mucho más alto que un consumidor colombiano, o si se consume en la misma planta en la que se produce”, dice Zapata. Esos cálculos harán parte, entonces, de la contaminación que generan las empresas que lo producen.
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