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Han pasado ocho meses desde que Best Coal Company radicó una solicitud ante Corpoguajira para abrir una nueva mina de carbón a cielo abierto en el sur de La Guajira. La empresa pretende explotar más de siete millones de toneladas de carbón durante 10 años, en una excavación que estaría a menos de dos kilómetros del Manantial de Cañaverales, un área protegida de la región.
El proyecto, que desde 2011 ha intentado abrirse paso en la región, ya había presentado dos solicitudes similares ante la Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), que fueron archivadas. En los últimos años, la empresa decidió reducir su capacidad de explotación en tres millones de toneladas, por lo que su solicitud pasó a ser competencia de la corporación regional.
A pesar de la disminución en el tamaño del proyecto, el consejo comunitario Los Negros de Cañaverales, la población más cercana a la mina, sigue estando en contra de su aprobación. Temen que pueda afectar al Manantial y otras fuentes de agua de su territorio, de las que depende su vocación agrícola.
Aunque la empresa ya entregó el estudio de impacto ambiental en el que asegura que no habrá afectaciones a fuentes de agua de la comunidad ni a sus actividades agrícolas, el Servicio Geológico Colombiano entregó un concepto técnico en el que señala “serias falencias, incompletitudes e incoherencia” en ese estudio. Recientemente, el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) también señaló algunos problemas metodológicos en los documentos, así como falta de información.
Best Coal Company respondió a estos conceptos en un oficio enviado a Corpoguajira, en el que aseguran que el análisis del Ideam es “aceptable”, mientras que manifiestan su desacuerdo con varios de los argumentos del Servicio Geológico.
Las consideraciones del Ideam
Uno de los puntos de discusión clave que ha tenido la evaluación del proyecto minero en Cañaverales es si la explotación de carbón generará una presión importante sobre las fuentes de agua. La empresa ha dicho que desviará dos acequias, pequeños cuerpos de agua que la población usa para el riego de sus cultivos, y aprovechará dos pozos subterráneos para obtener el agua que necesita la mina.
Sobre estos aspectos, el Ideam señala que “no se tiene claridad del posible efecto del proyecto en los usos y conectividad superficial, con los elementos de caños, el efecto de los canales proyectados y los posibles efectos sobre la intercepción en las zonas de explotación y la conectividad con los drenajes naturales”. Además, la entidad advierte que el mapa de amenaza de inundaciones presentado por Best Coal Company no tiene un soporte metodológico para saber cómo fue construido ni a qué escala se realizó.
Ante esta falta de información, dice el documento entregado a Corpoguajira, aunque hay una caracterización de las fuentes de agua que requiere la empresa para la mina, “no se presenta la estimación de la cantidad de agua necesaria para las actividades del proyecto, que permita contrastar la presión sobre el recurso hídrico que realizaría el proyecto”.
Dentro de las consideraciones del instituto, también sugieren que se realicen algunas nuevas mediciones para tener mejor información. Por ejemplo, el documento señala que las pruebas de bombeo en pozos y aguas subterráneas no tuvieron una duración adecuada. Algunas de ellas duraron entre 40 y 210 minutos, mientras que el protocolo de monitoreo de agua del Ideam establece que estos estudios deberían hacerse durante al menos 24 horas.
Por otra parte, la empresa presenta en su estudio de impacto ambiental un análisis isotópico de aguas lluvias realizado durante seis meses. Esto tiene como objetivo entender aspectos como la composición de las aguas lluvias y qué pasa con ellas una vez caen al suelo. Para tener una comprensión adecuada, dice el Ideam, la recomendación es que se recopile información durante al menos un año hidrológico medio, “con el fin de tener una composición isotópica de la lluvia con menor incertidumbre”.
Finalmente, el Ideam recomienda que se actualice un modelo que determina el nivel de intervención humana sobre los canales de agua en Cañaverales. “La modelación fue realizada en el 2018, a la fecha han transcurrido siete años, ¿esa modelación sigue representando las condiciones actuales?”, se pregunta la entidad.
Sobre los comentarios y recomendaciones hechos por el Ideam, la empresa manifiesta en el oficio enviado a Corpoguajira que son “completamente aceptables” y que atenderán cualquier requerimiento de información adicional por parte de la Corporación “de manera oportuna y técnicamente adecuada”.
Las dudas sobre la geología del proyecto
El oficio que Best Coal Company envió a Corpoguajira se centra principalmente en responder algunos de los argumentos que, como contamos en un artículo publicado hace pocas semanas, expuso el Servicio Geológico Colombiano sobre las falencias que tendría el estudio de impacto ambiental.
En un documento de más de 100 páginas, la entidad analizó varios aspectos relacionados con la geología del proyecto y su relación con las posibles afectaciones al agua en Cañaverales. Uno de los puntos fundamentales de ese análisis tiene que ver con una barrera geológica que, de acuerdo con la empresa, separaría el sistema hídrico del Manantial de Cañaverales con el del área en la que se haría la explotación de carbón.
En términos generales, el Servicio Geológico asegura que la información presentada por la empresa no tiene respaldo científico suficiente para llegar a esa afirmación y eso generaría una falta de claridad sobre el impacto que tendría el proyecto en las fuentes de agua. Eso “puede llevar a su vez a la desecación permanente de cuerpos de agua superficial que tienen carácter de intermitentes, con lo cual todo el sistema hídrico puede colapsar regionalmente”, dice la entidad en el documento.
Ante esto, Best Coal Company dice en el oficio que “si bien es cierto que actualmente no se cuenta con información directa (perforaciones, ensayos de permeabilidad u otros) que permita definir con precisión el comportamiento hidráulico de la Falla Cerrejón, el modelo hidrogeológico incorpora evidencia indirecta que sugiere una baja conectividad entre las unidades que esta falla separa”.
La empresa también afirma que dentro de las falencias presentadas por el Servicio Geológico, “aunque algunas son a lugar, la mayoría denotan un sesgo y una notable intención de subvalorar el estudio”.
La última palabra la tendrá Corpoguajira, que se encuentra evaluando el estudio de impacto ambiental y los diferentes documentos de análisis sobre este. La corporación está recibiendo apoyo por parte del Ministerio de Ambiente en ese proceso, como confirmó su director, Samuel Lanao, pero aún no hay una fecha definida para dar a conocer la decisión de aprobar o negar la solicitud. Esto podría tardarse varias semanas más.
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Por Andrés Mauricio Díaz Páez
