Decenas de millones de personas sufrían las altas temperaturas el fin de semana, y un incendio forestal se propaga de manera alarmante en California. El “Oak Fire” se declaró el viernes en el condado de Mariposa, cerca del Parque Nacional Yosemite y sus secuoyas gigantes.
Según un boletín del sábado del Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California, las llamas han quemado más de 2.500 hectáreas, destruyendo una decena de propiedades y dañando otras.
Varias carreteras fueron cortadas y se ordenó la evacuación de numerosas zonas, mientras que el fuego, de “extrema actividad” y combatido por unos 400 bomberos, no estaba del todo controlado. El oeste del país ya ha experimentado incendios forestales de excepcional magnitud e intensidad en los últimos años, una tendencia que los científicos atribuyen al cambio climático.
