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Las orcas, al parecer, cazarían tiburones blancos para comer su hígado

El punto de partida de la investigación fue el cadáver de un tiburón encontrado en la costa sureste de Australia. Este ejemplar, según describen los científicos, presentaba cuatro heridas de mordedura distintas en la parte inferior. Los resultados de la autopsia mostraron que “una orca atacó mortalmente al tiburón de más de 4,5 metros de largo y luego devoró sus entrañas”.

05 de febrero de 2025 - 03:04 a. m.
Las orcas son una especie de cetáceos que habitan en todos los océanos del planeta.
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En Australia, Sudáfrica o California se han presentado varios casos de tiburones blancos que aparecen muertos en las costas. Sin embargo, hasta ahora, las causas de su fallecimiento habían sido un misterio para los científicos. En un reciente estudio, un grupo de investigadores liderado por Isabella Reeves, del grupo de ecología de tiburones de la Facultad de Ciencias e Ingeniería de la Universidad de Flinders (Australia), dio algunas pistas.

Los investigadores, en los resultados publicados en la revista Ecology and Evolution, cuentan que después de que se le realizara una autopsia a un ejemplar de tiburón blanco, se toparon con una sorpresa: al parecer, las orcas los están atacando para comer su hígado. Estos hallazgos, según dicen, son sorprendentes y dan nuevas pistas sobre las tendencias de caza, pues los tiburones son depredadores de ápice, es decir, están en la cima de la cadena alimentaria. Pero, esto no se traduce en que sean animales invencibles.

De acuerdo con los investigadores, “se ha documentado que las orcas (Orcinus orca) atacan a los tiburones blancos (Carcharodon carcharias), lo que en algunos casos provoca el desplazamiento localizado de los tiburones y desencadena cascadas ecológicas”. El punto de partida fue el cadáver de un tiburón, que fue encontrado en la costa sureste de Australia. Los restos mostraron evidencias claras de haber sido atacado por una especie desconocida.

Este ejemplar, según describen los investigadores, presentaba cuatro heridas de mordedura distintas en la parte inferior. Además, no tenía su hígado, ni órganos digestivos ni reproductivos. Aunque, por las heridas, los investigadores apuntaron a que las orcas eran las responsables del deceso, no se atrevieron a entregar una respuesta definitiva antes de realizar una autopsia. Los resultados de los exámenes fueron contundentes: “una orca atacó mortalmente al tiburón de más de 4,5 metros de largo y luego devoró sus entrañas”, dicen en el documento.

Reeves, autora principal, cuenta en un comunicado que para corroborar su hipótesis se dieron a la tarea de tomar muestras de las heridas de mordedura que estaban en el tiburón blanco. Luego, las secuenciaron con el objetivo de buscar material genético y encontrar qué especie había sido el depredador. “Pudimos confirmar la presencia de ADN de orca en el área de la mordedura primaria, mientras que las otras tres heridas revelaron ADN de tiburones carroñeros de siete branquias”, añade Reeves, candidata a doctorado en el Southern Shark Ecology Group de la Universidad de Flinders (Australia).

En las costas de Sudáfrica, California y Australia, los investigadores ya habían tenido la oportunidad de observar situaciones similares de cetáceos “que atacaban específicamente al hígado”, sin embargo, hasta ahora no habían tenido datos contundentes. Por eso, a los ojos de los científicos, “estos hallazgos aportan pruebas contundentes de la depredación de tiburones blancos por parte de las orcas en aguas australianas, con un fuerte indicio de consumo selectivo de hígado”.

Hasta el momento, dicen los investigadores, solo tienen pistas de que estos patrones podrían sugerir “episodios de depredación que llegan a ser más generalizados y frecuentes en todo el mundo de lo que se creía anteriormente”, pero, no tienen claridad de la afectación que tendrá en los ecosistemas. En opinión de los científicos, es posible que estos ataques tengan importantes efectos dominó.

Por ejemplo, actualmente hay evidencia que muestra que la disminución de tiburones blancos ha generado una serie de cambios en cascada en el ecosistema marino. Reeves, en el comunicado, explica que “sabemos que los tiburones blancos son reguladores clave de la estructura y las funciones del ecosistema, por lo que es muy importante preservar a estos grandes depredadores”.

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