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En los Altos Alpes, que se caracterizan por ser la parte más remota de los Alpes, al parecer las partículas que producen el desgaste de los neumáticos de los vehículos podría ser la mayor fuente de contaminación de nanoplásticos. Así lo mostró un trabajo liderado por Dušan Materić, doctor del Centro Helmholtz de Investigación Ambiental en Leipzig (Alemania).
Esta fue la conclusión de un trabajo pionero que adelantó un grupo de alpinistas expertos y científicos, quienes se unieron con el objetivo de recolectar muestras libres de contaminación. Ahora, su meta es escalar los picos más altos para recolectar la mayor cantidad de datos y elaborar la primera evaluación global de nanoplásticos.
De acuerdo con el equipo, “como se han encontrado microplásticos casi en todas partes, lógicamente debemos esperar nanoplásticos en todos los lados como resultado de la degradación”. Además, dicen, ya tenían indicios de que “el transporte atmosférico lleva microplásticos a regiones remotas, por lo que es probable que esto sea aún más significativo para los nanoplásticos debido a su menor tamaño y peso”.
Materić, en un comunicado, contó que este será el primer estudio de la contaminación global por nanoplásticos y, para ello, buscan “establecer esa línea de base para poder volver en las próximas décadas y ver si las cosas han mejorado o empeorado. Es un estudio pionero que pone este tema en el mapa”. Con los datos obtenidos, el equipo buscará identificar las fuentes de nanoplásticos y ayudar a orientar los esfuerzos para reducir la contaminación.
Los resultados de las primeras muestras fueron publicados en Scientific Reports. En el documento, los científicos señalaron que habían encontrado nanoplásticos en cinco de los catorce sitios muestreados en los Alpes franceses, suizos e italianos. Los nanoplásticos más abundantes fueron las partículas de neumáticos (41%), seguido del poliestireno (28%) y el polietileno (12%).
Al Gill, el doctor encargado de dirigir la expedición alpina, en un comunicado señaló que, si bien este es un esfuerzo para conocer más de cerca los impactos de la contaminación en estos ecosistemas, el equipo se tuvo que enfrentar a algunas barreras. Entre ellas, está que el equipo de recolección tenía que ser ligero, lo que limitaba un poco la posibilidad de traer la mayor cantidad posible de información.
En el documento, además, los investigadores advirtieron que estas muestras se habían recopilado durante verano, por lo que, podría complicar la interpretación de los resultados. “El derretimiento estival podría concentrar los nanoplásticos o, en otras circunstancias, eliminarlos”, añade Gill y, por lo tanto, “la nieve que había estado allí durante meses podría recoger nanoplásticos de diferentes regiones a medida que cambiaban los vientos”.
Los investigadores esperan que por medio del Estudio Global de Plásticos Atmosféricos se obtengan este año más muestras de Svalbard e Islandia en el Ártico; del Monte Everest, India, Wyoming y Alaska, en Estados Unidos; y de los Pirineos españoles, Polonia y Noruega. A los ojos de Materić “es muy importante analizar estos lugares remotos porque queremos abarcar la mayor parte posible del mundo. Pero sería imposible sin los alpinistas”.
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