Los 500 responsables de la deforestación
Una ONG británica identificó las empresas y países culpables del 70% de la tala de árboles en el mundo. Colombia y Caquetá están en la lista.
Redacción Vivir
Entre los actores que hacen parte de la gran cadena de deforestación, que se debe en su mayoría a la ganadería, el sector maderero, la pasta de papel y los extensos cultivos de soya y aceite de palma, hay 500 que tienen en sus manos el poder de detener el 70% de la tala de árboles global. Multinacionales como Avon, Unilever, Johnson & Johnson, Nestlé y Pepsico, y bancos tan importantes como HSBC y Santander hacen parte de esa lista de instituciones que pueden frenar el deterioro de las selvas tropicales antes de que sea demasiado tarde.
Así lo dio a conocer la ONG británica Programa Global del Dosel, que ayer lanzó la iniciativa Forest 500, un programa que identificó a los gobiernos, empresas y compañías financieras que intervienen de alguna manera en ese negocio que mueve anualmente alrededor de US$100.000 millones. En suma, sus materias primas se encuentran en más del 50% de los productos envasados en los supermercados.
El propósito, como se lee en la página web de la organización, no fue buscar a los principales culpables de la deforestación que aqueja al mundo, sino llamar la atención sobre quiénes, a través de mejores prácticas, tienen la responsabilidad de ayudar a cumplir la meta que se trazó en la Declaración de los Bosques firmada en Nueva York en 2014: reducir a la mitad la pérdida de bosques naturales para 2020 y acabarla por completo en 2030.
Con ese fin, la ONG estableció una especie de ranquin que califica cuáles actores van por buen camino y cuáles se han desviado por completo del objetivo. Siete empresas tienen la máxima puntuación (cinco puntos), entre ellas Nestlé, Unilever, Grupo Danone y Kao Corp. De las diez peor calificadas, la mayoría son chinas, alguna de Indonesia y otras de Rusia.
Y aunque de los 50 países que tienen un papel trascendental ninguno logra la más alta distinción, Brasil, Alemania, Holanda, EE.UU., Perú y Colombia (especialmente Caquetá) alcanzan cuatro puntos. Venezuela, Rusia, Shan (Birmania), Pakistán y Corea están entre los peor clasificados.
Sin embargo, en nuestro caso, Forest 500 advierte el cuidado que debería tener el Gobierno con la expansión de la palma de aceite y los propósitos ganaderos. Para 2019 esperan tener 56 millones de cabezas. En 2005 había 22 millones.
Entre los actores que hacen parte de la gran cadena de deforestación, que se debe en su mayoría a la ganadería, el sector maderero, la pasta de papel y los extensos cultivos de soya y aceite de palma, hay 500 que tienen en sus manos el poder de detener el 70% de la tala de árboles global. Multinacionales como Avon, Unilever, Johnson & Johnson, Nestlé y Pepsico, y bancos tan importantes como HSBC y Santander hacen parte de esa lista de instituciones que pueden frenar el deterioro de las selvas tropicales antes de que sea demasiado tarde.
Así lo dio a conocer la ONG británica Programa Global del Dosel, que ayer lanzó la iniciativa Forest 500, un programa que identificó a los gobiernos, empresas y compañías financieras que intervienen de alguna manera en ese negocio que mueve anualmente alrededor de US$100.000 millones. En suma, sus materias primas se encuentran en más del 50% de los productos envasados en los supermercados.
El propósito, como se lee en la página web de la organización, no fue buscar a los principales culpables de la deforestación que aqueja al mundo, sino llamar la atención sobre quiénes, a través de mejores prácticas, tienen la responsabilidad de ayudar a cumplir la meta que se trazó en la Declaración de los Bosques firmada en Nueva York en 2014: reducir a la mitad la pérdida de bosques naturales para 2020 y acabarla por completo en 2030.
Con ese fin, la ONG estableció una especie de ranquin que califica cuáles actores van por buen camino y cuáles se han desviado por completo del objetivo. Siete empresas tienen la máxima puntuación (cinco puntos), entre ellas Nestlé, Unilever, Grupo Danone y Kao Corp. De las diez peor calificadas, la mayoría son chinas, alguna de Indonesia y otras de Rusia.
Y aunque de los 50 países que tienen un papel trascendental ninguno logra la más alta distinción, Brasil, Alemania, Holanda, EE.UU., Perú y Colombia (especialmente Caquetá) alcanzan cuatro puntos. Venezuela, Rusia, Shan (Birmania), Pakistán y Corea están entre los peor clasificados.
Sin embargo, en nuestro caso, Forest 500 advierte el cuidado que debería tener el Gobierno con la expansión de la palma de aceite y los propósitos ganaderos. Para 2019 esperan tener 56 millones de cabezas. En 2005 había 22 millones.