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El estudio, que se publica hoy en la revista Nature Ecology & Evolution, ha sido elaborado por científicos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en colaboración con científicos del Danum Valley Field Centre y el Forest Research Centre (Malasia), así como de la Universidad de Oxford (Reino Unido).
Para el estudio, los científicos utilizaron plantas de árboles tropicales de las selvas de Borneo (Malasia) en su fase inicial de crecimiento, denominadas plántulas.
Insertaron dichas plántulas en cultivos variados y en monocultivos (de una sola especie) y las cubrieron con láminas de plástico para aislarlas de la lluvia y simular episodios de sequía similares a los que provoca el fenómeno climático de El Niño.
Bosques más biodiversos
El objetivo del estudio era alterar la cantidad de lluvia y variar la diversidad de las plántulas para probar la relación entre diversidad y sequía. “Las plántulas respondieron a la sequía severa en todas las situaciones, pero, cuando la diversidad era más alta, se reducía el estrés hídrico en comparación con las plántulas en monocultivo”, explica el investigador del CSIC Michael O’Brien, que trabaja en la Estación Experimental de Zonas Áridas (CSIC).
La menor competencia de las plantas más diversas por el agua permite que se mantenga su crecimiento durante episodios de sequía, mientras que, en el caso de los grupos de la misma especie, la competencia es mayor y, por tanto, el crecimiento se resiente.
“La complementariedad entre especies retrasa el punto en el cual el agua se muestra limitante para el crecimiento”, agrega O’Brien. Las conclusiones del estudio han servido para comprender mejor la dinámica de los bosques tropicales.
Resistentes a las sequías
Por un lado, que la diversidad promueve la resistencia de las distintas especies de árboles a la sequía, un dato a tener en cuenta cuando las sequías sean más frecuentes según los escenarios de cambio climático previstos para los próximos años.
Por otro lado, el hecho de que las plántulas en monocultivo estén más afectadas por la escasez de agua sugiere que la sequía tiene un papel en el mantenimiento de la diversidad en bosques tropicales.
El trabajo demuestra que “existe una retroalimentación por la cual la sequía fomenta la diversidad, al tiempo que los bosques más diversos son más resistentes”, dice O’Brien en declaraciones a Efe.
Por tanto, “las estrategias de estrategias de gestión y restauración son clave para mejorar la resistencia de los bosques al cambio climático”. Para el investigador, dichas estrategias de gestión pasan por evitar la tala indiscriminada de árboles en los bosques tropicales: “Nuestro trabajo sugiere que la tala debe ser más selectiva y dejar una diversidad de árboles que permita mejorar la resistencia a las futuras sequías que traerá el cambio climático”.
Además, la replantación selectiva después de la tala “es una prácticas de restauración que también ayudará a mantener el futuro de los bosques tropicales en condiciones más secas”, concluye el investigador.