“Los cambios que necesitamos hacer son enormes”, advierten científicos y líderes mundiales

La organización Future Earth que trabaja en más de 20 países y conecta redes de científicos con grupos sociales publicó un informe que resume los principales retos del planeta en esta década. Populismo, desinformación y riesgo financiero asociado a crisis ambiental entre los principales.

Redacción Vivir
07 de febrero de 2020 - 08:50 p. m.
Reciclaje de bolsas plásticas en Berlín, Alemania.  / AFP
Reciclaje de bolsas plásticas en Berlín, Alemania. / AFP

“Nuestro mundo se encuentra en una encrucijada. Enfrentamos amenazas que exigen medidas urgentes, desde la crisis climática hasta el riesgo de una guerra nuclear. En 2020, debemos tomar una decisión audaz, colectiva y positiva para trabajar juntos para asegurar nuestro futuro común, y no retroceder hacia viego dogmas, políticas fallidas o derrotismo”. Con estas palabras Gro Harlem Brundtland, miembro fundador de The Elders, Presidente de la Comisión Mundial de las Naciones Unidas sobre Medio Ambiente y Desarrollo entre 1983 y 1987, y más tarde primer ministro de Noruega, presentó el informe “Nuestro futuro en la Tierra”. 

La organización Future Earth, responsable del documento que presenta tanto los retos como los nuevos caminos que se abren para enfrentarlos, fue establecida en 2015 con el propósito de recopilar más de tres décadas de investigación sobre el cambio ambiental global. Actualmente cuenta con oficinas en 20 países y trabaja con al menos 30 redes de investigación y diferentes grupos sociales. 

“Los problemas ambientales que enfrentamos son sistémicos: una mezcla de cambios físicos, químicos, biológicos y sociales que interactúan y se retroalimentan entre sí”, señala el informe. 

Uno de los primeros problemas que aborda el informe es el populismo. Como especie, señalan los autores, nuestras operaciones en el planeta están organizadas a través de estructuras políticas, y el reciente aumento en la política del populismo es una preocupación. "El populismo se caracteriza por una negación de la complejidad, incluida la complejidad del daño ambiental y las interacciones sistémicas de varias capas necesarias para lograr la sostenibilidad. Sin embargo, las organizaciones de base, activistas y grupos indígenas están comenzando a unirse a los puntos entre la justicia social y el medio ambiente”, apuntaron. 

Otra tendencia importante que identifica el trabajo es el aumento del riesgo financiero asociado al cambio climático y ambiental. Tanto así que las aseguradoras mundiales ya han planteado que se trata del mayor riesgo para su industria. Un ejemplo de ello fue la primera bancarrota relacionada con el cambio climático que ocurrió en 2019, cuando la compañía de servicios eléctricos más grande de California, PG&E, se hundió después de provocar un gran incendio forestal..

A pesar del riesgo en esta área el informe también ve caminos optimistas: “En el Antropoceno aumentará el riesgo de desastres naturales, clima extremo y los costos humanos relacionados, aumentando el precio del seguro, los recursos y otros productos básicos. Pero nuestros sistemas financieros también tienen el potencial de acelerar nuestra transición hacia la sostenibilidad”.

En este campo financiero hay mucho por hacer. Una señal positiva es que las inversiones, los préstamos y los bonos verdes y socialmente responsables están creciendo, lo que ayuda a financiar proyectos de energía renovable. “El refuerzo de la capacidad de recuperación financiera debe ir de la mano con el aumento de la capacidad de recuperación de nuestras comunidades”, advierten. 

Las migraciones se suman a la lista de preocupaciones y todo indica que aunque se tratan de una clara forma de adaptación humana a los cambios, pueden conducir a una mayor miseria humana y a la pérdida de vidas cuando ocurren obstáculos para ellas. “Mucho de esto podría evitarse con una planificación pragmática que anticipa cambios demográficos inevitables y acomoda los movimientos humanos con infraestructura y programas de inclusión social específicos”, sugieren los autores. 

Esas migraciones y cambios ecológicos están teniendo un cambio masivo en los paisajes principalmente porque las tierras se transforman para producir alimentos. Al respecto hay malas señales. Según el informe “hoy, las tasas de desnutrición están subiendo nuevamente por primera vez en años, incluso a medida que aumenta la cantidad de alimentos producidos per cápita. A medida que nuestra población aumenta y una mayor proporción desea dietas de carne, necesitaremos producir más alimentos a partir de suelos cada vez más degradados, en un clima menos confiable, con una escasez cada vez mayor de agua dulce”. 

En este contexto se estima que aproximadamente un tercio de los alimentos se desperdicia.  En las naciones pobres, esto a menudo se debe a la falta de refrigeración, a las malas carreteras y a otros problemas de infraestructura. En las naciones ricas, el desperdicio ocurre después de la compra, en supermercados, amas de casa y tiendas de alimentos.

¿El reto? Mejorar la eficiencia en el riego, en tecnologías agrícolas y en movimientos sociales hacia la reducción del consumo de carne y lácteos. 

En medio de toda esta complejidad política, social y ecológica los medios de comunicación  juegan un papel importante en la forma en que se informa y contextualiza la información. “En 2019, hemos visto una continuación de la difusión de noticias falsas, a menudo financiadas por aquellos con un interés personal en prevenir la justicia social y la legislación ambiental. Por otro lado, también hemos visto el comienzo de una lucha por parte de grupos de verificación de hechos”, advierten los autores.

Como ocurre con cualquier tecnología todo depende del uso que le demos. Y en este sentido la digitalización de diferentes sistemas podría mejorar la sostenibilidad. “Por ejemplo, el monitoreo digital del uso de recursos, como el agua y los fertilizantes en la producción agrícola, podría conducir a una mayor eficiencia y ayudar a cambiar los comportamientos”, escribieron.

Este año 2020 debería convertirse en un punto de inflexión. Se espera por ejemplo que se firme el primer tratado internacional sobre océanos. Ell Convenio sobre la Diversidad Biológica se reunirá en Beijing en 2020 para negociar un Nuevo Acuerdo por la Naturaleza. Pero tal vez el evento político más importante sean las elecciones presidenciales de EE.UU por su liderazgo e importancia en estos cambios globales. 

“Los cambios que necesitamos hacer son enormes. Necesitamos ideas completamente nuevas sobre cómo incentivar a las empresas, medir el progreso, valorar la diversidad y reconocer la importancia de la equidad social. Dichas transformaciones son posibles: han sucedido antes y deben volver a ocurrir”, anotaron en su informe los autores. 

Por Redacción Vivir

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
Aceptar