Justo cuando un amplio grupo líderes globales están reunidos en Bonn, Alemania, en un espacio previo a la COP30 de cambio climático que se va a realizar en noviembre, en Brasil, un nuevo estudio prende las alarmas por la compleja situación por la que está pasando el planeta. Elaborado por más de sesenta científicos de varios países, muestra que los principales indicadores del sistema climático no están nada bien.
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Como lo dicen los autores en un apartado del artículo, “esta es una década crítica: las tasas de calentamiento global inducidas por el hombre están en su nivel histórico más alto, y se podría esperar que se alcance o supere un calentamiento global de 1,5 °C en alrededor de 5 años”.
El estudio fue publicado en la revista especializada Earth System Science Data y es una actualización del informe Indicators of Global Climate Change, que ya se había presentado en años anteriores. En síntesis, en él se avalúan diez indicadores, de los cuales los dos últimos son nuevos en el reporte:
- Emisiones de gases de efecto invernadero
- Concentraciones de gases de efecto invernadero y emisiones de contaminantes climáticos de vida corta
- Forzamiento radiactivo efectivo
- Desequilibro energético de la Tierra
- Observaciones del cambio de la temperatura de la superficie global
- Cambio de temperatura provocado por el ser humano
- Presupuesto de carbono restante para los umbrales de temperatura relevantes para la política
- Temperaturas máximas de la superficie terrestre
- Precipitaciones globales
- Aumento medio global del nivel del mar
Aunque es imposible resumirlos todos, hay algunos que son claves para entender dónde estamos parados. Respecto a las emisiones de gases de efecto invernadero, culpables del calentamiento global, Piers Forster, director del Priestley Centre for Climate Futures de la Universidad de Leeds y autor principal del estudio, tiene una manera de sintetizar lo que ocurre: “Desde el último informe del IPCC de 2021, las temperaturas han ido aumentando año tras año, lo que pone de manifiesto que ni las políticas ni el ritmo de la acción climática están funcionando con la eficacia necesaria para abordar los impactos imparables”, dijo a través de un comunicado.
En cifras un poco más detalladas, eso quiere decir que, durante la última década, la actividad humana ha generado el equivalente a 53 gigatoneladas de CO2 por año. El aumento progresivo se debe, esencialmente, a la quema de combustibles fósiles y a la deforestación. Pese a los llamados de los científicos, industrias como la de la aviación volvieron a emitir grandes cantidades de gases contaminantes, como lo hacían antes de la pandemia del covid-19.
“La actividad humana también afecta al equilibrio energético de la Tierra. El exceso de calor acumulado en el sistema terrestre a un ritmo acelerado está provocando cambios en todos los componentes del sistema climático. El ritmo de calentamiento global observado entre 2012 y 2024 es prácticamente el doble del registrado en las décadas de los 70 y los 80, lo que ha ido en grave detrimento de componente vitales, como el aumento del nivel del mar, el calentamiento de los océanos, la pérdida del hielo y el deshielo del permafrost”, señala en el comunicado el grupo de científicos.
Justamente, si hay algo que preocupa a quienes le siguen la pista a los océanos, es su calentamiento. Como explicó Karina Von Schuckmann, consultora sénior de ciencias oceánicas para políticas en Mercator Ocean International, están almacenando el 91% de ese exceso de calor que generan las emisiones de gases efecto invernadero. Se trata de una situación que conduce, inevitablemente, a su calentamiento, lo cual provoca “aumento del nivel del mar e intensificación de los fenómenos meteorológicos extremos”. Ecosistemas vitales para la salud del océano, como los corales, están, cada vez, en más apuros y, con ellos, muchas especies marinas.
Una cifra resume esa situación: entre 2019 y 2024, el nivel del mar medio mundial también se incrementó unos 26 mm. Eso quiere decir, más del doble de la tasa de 1,8 mm anuales que se ha registrado desde principios del siglo XX.
“Desde 1900, el nivel del mar medio mundial ha aumentado en torno a 228 mm. Esta cifra aparentemente insignificante está teniendo gravísimas repercusiones en las zonas costeras bajas, donde las marejadas ciclónicas causan auténticos estragos y una mayor erosión de la costa”, señaló, por su parte, Aimée Slangen, directora de investigación del NIOZ Royal Netherlands Institute for Sea Research, y autora de la investigación. Según ella, será inevitable que haya más aumento del nivel del mar en los próximos años y décadas.
Temperatura de la superficie global, otro dolor de cabeza
Otro de los indicadores que también dejan muy inquietos a los investigadores es el cambio de temperatura en superficie global. El año pasado fue de 1,52 °C, señalan en el artículo, de los cuales 1,36 °C son atribuibles a la actividad humana. ¿Los responsables? Las altas emisiones de gases de efecto invernadero.
Los científicos son claros: eso indica que vamos en la dirección equivocada. Aunque eso no quiere decir que incumplió la meta pactada en el Acuerdo de París en 2015 (debe haber varios años en los que se sobrepase el umbral de los 1,5 °C), sí sugieren que el camino no es correcto.
Una muestra más resaltan en el comunicado: “Las mejores estimaciones evidencian que, entre 2015 y 2024, la temperatura media mundial se situó 1,24 °C por encima de la registrada en la era preindustrial”. De ese promedio, 1,22 °C se debe a la actividad humana.
En otras palabras, como advirtió Joeri Rogelj, director de investigación del Grantham Institute y profesor de ciencias climáticas y políticas en el Centre for Environmental Policy del Imperial College London, “la ventana para mantenernos en el límite de 1,5 °C se está cerrando rápidamente”.
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