
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Aunque no tengo cifras, tengo un pálpito y es que uno de los tantos factores que demuestra cómo ha cambiado el mundo de la preferencia de los jóvenes estudiantes por sus programas de estudio. Energías alternativas, ciencia de datos, biotecnología, videojuegos, inteligencia artificial, son algunas de las opciones que están buscando en Colombia o en el exterior, lo que también ha hecho que las propias universidades empiecen a incluir estos programas en sus ofertas académicas. (Puede leer: Este es el estado del volcán Nevado del Ruiz el viernes 26 de mayo)
Pensar en el planeta y aprovechar los avances tecnológicos, principalmente en el área de las tecnologías de la información y las comunicaciones, ya forma parte del ADN de los jóvenes. Los de aquí y los de allá. En el caso de las energías alternativas y teniendo en cuenta no solo los resultados de las investigaciones de la comunidad científica, sino las diferentes posiciones de los tomadores de decisión, el mundo de las posibilidades se abre porque aún son muchos los temas que deben estudiarse para cada tipo de energía —solar, eólica, hidroeléctrica, geotérmica, o a partir de biomasa o de las olas del mar… incluso, se habla del hidrógeno verde—.
¡Quien sabe de dónde más se puede reemplazar al petróleo, que creíamos eterno y ni nos cuestionábamos sobre su inocuidad! Lo cierto es que para cada una de ellas no solo se necesitan los profesionales expertos en esas temáticas, como ingenieros y físicos, sino ambientalistas, antropólogos, sociólogos, arqueólogos, por mencionar los primeros que se me vienen a la cabeza. La ciencia de las energías renovables exige ser cada vez más interdisciplinaria. (Le puede interesar: Niveles de oxígeno se reducen en la profundidad del mar antártico por el deshielo)
Por el contrario, quien se quiera especializar en ciencia de datos o inteligencia artificial, no necesita tener un pregrado en especial. Los datos se necesitan en todas partes. En medicina, en comunicación y periodismo, en biología, en arquitectura, en las ciencias sociales y humanas en general, por ejemplo, en derecho. Datos, datos es lo que el mundo necesita como soporte, como evidencia, para comprobar teorías y construir hipótesis y conseguir resultados basados en la evidencia. Datos no significa números exclusivamente. Con base en búsquedas a través de las múltiples opciones que nos entregan las TIC, la ciencia de datos promete y asegura precisión en los resultados.
Y qué decir de la inteligencia artificial que nos deslumbra cada día con nuevas aplicaciones, programas y posibilidades, poniéndonos a comparar la vida antes y después de su surgimiento. ¡Uf! ¿Nos facilita la vida? ¿A costa de qué? Es el enemigo para muchos de mi generación, la mejor compañía para las nuevas generaciones. Como en todo, la ética en su uso cumple un papel fundamental. ¡Y qué bueno en este caso unirse al enemigo y sacar el mejor provecho de lo que nos ofrece! (También puede leer: Deuda por naturaleza, una propuesta beneficiosa para el ambiente y los países)
Como corolario de las tendencias actuales, hay dos enfoques que acompañan la selección de la especialización: la de sostenibilidad y la de género. Van penetrando todas las disciplinas, porque el ciudadano evoluciona hacia un mundo que se torna más abierto, más consciente de que comparte el planeta con muchos otros seres, más tolerante, más democrático, más social, más incluyente, más respetuoso del otro – de la otra, más equitativo, más diverso. O, por lo menos, la tendencia es hacia esa nueva visión de la cotidianidad, en la que no solamente la mujer va conquistando espacios, sino que ya no vivimos en un mundo binario en el caso de los seres humanos. No olvidemos que el planeta es de todos los que lo habitan, hasta del microorganismo más minúsculo.