La Corporación Autónoma Regional del Alto Magdalena (CAM) informó este miércoles que hay pruebas de que los perros abandonados están causando lesiones, depredación y hostigamiento en animales silvestres de áreas protegidas de Huila. Los investigadores pusieron cámaras e hicieron seguimiento en varias de esas áreas y encontraron un panorama bastante preocupante.
“En cámaras trampa se han venido registrando manadas de perros que al ser abandonados y tener un manejo irresponsable de sus propietarios, buscan las zonas rurales y toman comportamientos silvestres formando manadas con estrategias de caza, generando problema tanto para el ecosistema como para las comunidades locales”, explicó Katherine Arenas bióloga de la CAM.
Puede ver: Indignación por conductor que atropelló a perrita y huyó del lugar en Cundinamarca
El registro en cámaras trampas y el hallazgo de huellas, así como la aparición de lesiones en animales grandes y pequeños reveló la depredación y el hostigamiento por parte de perros abandonados en zonas rurales. Aunque se desconoce con exactitud cuántos perros salvajes hay allí desde el CAM tienen la certeza de que están amenazando a la biodiversidad y causando el desplazamiento de animales silvestres.
Algunas especies como la Danta de montaña (Tapirus pinchaque), el Oso andino (Tremarctos ornatus), el Venado colorado (Mazama rufina) y el Tigrillo (Leopardus tigrinus), entre otros, se están viendo afectados por las manadas de perros salvajes. Otras más pequeñas como el Armadillo (Dasypus novemcinctus), la Guara (Dasyprocta punctata), Zarigueya (Didelphis marsupialis), Boruga (Cuniculus paca), Cusumbo (Nasua nasua), además de aves de hábitos rastreros, también sienten el impacto de los perros abandonados.
Por ejemplo, según la bióloga de la CAM, los caninos domésticos abandonados están compitiendo por el alimento (las presas) con las especies silvestres, especialmente con aquellas del orden carnívora, y en particular con el zorro perro (Cerdocyon thous), lo que afecta la posibilidad de sobrevivencia de los segundos. Esta misma situación viene alterando el comportamiento normal de las especies silvestres, generándoles estrés, cambios en el ciclo reproductivo, patrones de actividad y distribución.
Puede ver: El gobierno entrega primeros indicios de cómo llevará a cabo la transición energética
“Los perros ferales constituyen una amenaza para nuestros ecosistemas y la biodiversidad que habita en ella, toda vez que puede generar impactos al cazar presas de pequeños mamíferos o aves terrestres, disminuyendo la disponibilidad de alimentos para especies nativas como los felinos y generan además un conflicto con los campesinos, pues atacan animales domésticos que pueden ser asociados a ataques de la fauna silvestre”, enfatizó Arenas. Además, desde la Corporación alertan que los caninos pueden transmitir más de 40 enfermedades infecciosas y parasitarias, como la rabia, moquillo, parvovirus o sarna, que pueden desencadenar impactos en la estabilidad del ecosistema.
Finalmente, la bióloga reiteró que la primera petición es no llevar perros a las áreas protegidas. Por supuesto, lo ideal sería no abandonar mascotas en ningún lugar y esterilizar caninos y felinos domésticos como medida de control poblacional. “Es importante proteger nuestras especies amenazadas no solamente no cazándolas y no, talando, sino también evitando interacciones con la fauna doméstica como nuestros perros y gatos”, finalizó Arenas.