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“Los políticos no entienden de ecología”: botánico francés

El científico llegó a Medellín invitado por Colombiodiversidad y la Alianza Francesa. Aseguró que la tragedia en Salgar (Antioquia) se debió a la deforestación en la parte alta del río.

María Paulina Baena Jaramillo
22 de mayo de 2015 - 02:33 a. m.
Francis Hallé ha recorrido los bosques tropicales del mundo por más de 60 años. /Envolvert
Francis Hallé ha recorrido los bosques tropicales del mundo por más de 60 años. /Envolvert

Hoy se celebra el día mundial de la biodiversidad. Y Colombia es, quizás, el país que más tendría que hablar del tema al ser el segundo más biodiverso del mundo después de Brasil. Bajo este escenario la organización francesa Envolvert, encargada de la protección de los bosques en la costa Caribe, de la mano con Colombiodiversidad promocionaron un evento durante toda la semana en Medellín que buscaba acercar al público de a pie con la riqueza natural del país.

Las exposiciones, el festival de cine ambiental, las conferencias y los talleres tomaron fuerza con la visita del botánico Francis Hallé, quien por más de 60 años se ha dedicado al estudio de las plantas tropicales del mundo.

Es el único máster francés en etnobotánica de la Universidad de Montpellier, escritor, dibujante y hasta colaborador de la última película de Luc Jacquet “El bosque de colores”. Con un acento español afrancesado, es directo y concreto con sus conceptos. Está convencido de que el problema sobre la falta de conciencia ambiental se cifra en la esfera política.

Hizo una charla en Medellín que se llamó “Un árbol nuevo”. ¿En qué consistió?

Desde hace medio siglo se han hecho muchos descubrimientos en cuanto a árboles. Los árboles son distintos a cuando éramos jóvenes. Por ejemplo, tienen una sensibilidad increíble a la atracción de la luna, a la llegada de terremotos, a la presencia de sus vecinos, de saber si pertenecen a su familia o no. Quiero enseñarle a la gente sobre la presencia de este árbol nuevo.

¿Quiere decir que los árboles se comunican entre ellos?

Sí. Por ejemplo los árboles de la misma especie tienen moléculas que pueden acercar la lluvia. Todos estos son descubrimientos nuevos que vienen desde Estados Unidos, Francia y España.

¿Cómo era visto el árbol antes?

De manera muy sencilla: madera, frutos y sombra. Ahora es más que eso, es más complicado y mucho más interesante. Esta es una razón para protegerlo.

Usted es botánico, ¿cómo se interesó por la etnobotánica?

La etnobotánica estudia las relaciones entre la gente y su entorno vegetal. Si queremos salvar los árboles tenemos que estudiar lo que ellos nos aportan: alimentos, medicinas, sombra. Y no sólo eso, también estética y poesía.

¿Por qué eligió las plantas y no los animales?

Se siente una atracción espontánea hacia los animales, pero uno aprende a amar a las plantas. Puedo admirar los animales, pero no hacer un trabajo científico sobre ellos. Las plantas son más interesantes porque son productoras, mientras que los animales y el hombre somos consumidores.

Hizo parte de una película dirigida por Luc Jacquet, también director de “La marcha del emperador”, que se llama “El bosque de colores”. ¿Cómo fue esa experiencia?

Luck Jacquet no conocía nada del bosque ecuatorial porque es un hombre de la nieve y del hielo. Viví dos meses en Sudáfrica y dos meses en la Amazonía peruana.

¿De qué se trata la película?

De cómo crece un bosque ecuatorial desde un suelo completamente desnudo hasta un bosque primario. Necesitan siete siglos en los trópicos porque allí crecen muy rápido. Pero en Europa, donde hay inviernos prolongados, se necesitan 10 siglos, mil años.

También ha estudiado la evolución de las plantas.

Miro la evolución de las plantas desde los grandes árboles tropicales hasta las hierbas que tenemos en Europa o Estados Unidos. He notado la reducción del tamaño y de la longevidad.

¿Por qué?

Porque ahora hay una reducción de la estación favorable al crecimiento vegetal.

Usted mira de cerca al bosque tropical, pero también se detiene en los árboles urbanos. ¿Cuál es el nivel de conciencia sobre el bosque entre los habitantes de la ciudad?

No se ha perdido la relación. Lo que pasa es que los políticos no están interesados en cuidar los árboles, pero las personas sí. La gente tiene una conciencia ecológica muy desarrollada. El problema no es de la gente, es un problema político.

Entonces los políticos obvian la ecología…

Durante los años de formación de un político no hay una sola cosa que diga “ecología” y por eso no entienden nada al respecto. Hablo por Francia; no sé cómo esté Colombia.

¿Cómo puede leer la reciente tragedia de Salgar (Antioquia) desde la etnobotánica? ¿Tiene que ver lo uno con lo otro?

Lo que pasó recientemente en Salgar se debió a la deforestación en la parte alta de la montaña. Es una locura terrible cortar bosque en la parte alta si hay río en la parte baja. Si se corta el bosque se va el terreno porque no hay nada para reforzarlo. Este es un trabajo de las raíces de los árboles, pero si no están…

 

 

mbaena@elespectador.com

Por María Paulina Baena Jaramillo

 

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