Los rescatistas del río Sinú

Desde hace varios siglos, la vida de los habitantes de la cuenca del río Sinú ha estado determinada por la riqueza hídrica de su territorio. Los indígenas zenúes, pobladores ancestrales de la región, vieron en el agua un excelente medio de comunicación e integración que les permitió desarrollar avanzadas técnicas agrícolas y forjar una sociedad profundamente respetuosa de su entorno natural.

Hoy en día, los Amigos del Río Sinú, un colectivo de niños y jóvenes del municipio de Santa Cruz de Lorica, Córdoba, retoma la cosmovisión de sus antepasados para rescatar un ecosistema que desde hace décadas ha sido golpeado por el conflicto.

El colectivo nació en mayo de 2013 como una iniciativa de la Alianza Mundial de la Juventud de las Naciones Unidas (Yunga, por sus siglas en inglés) para fomentar prácticas ambientales positivas que permitan a niños y jóvenes convertirse en agentes de cambio en sus regiones.

La conservación de las tortugas y el cuidado de las playas donde ellas anidan, las extenuantes jornadas de reforestación, la restauración de las ciénagas y la preservación del río Sinú son actividades que han cautivado la atención de muchos niños y adolescentes que encontraron en la educación ambiental una alternativa para escapar de la lógica de la guerra.

“Estos proyectos fortalecen el arraigo y la identidad, y abren la posibilidad de que las nuevas generaciones puedan participar activamente en la construcción social de sus territorios”, cuenta Iván León, oficial nacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entidad cuya labor resultó clave en la puesta en marcha del grupo de jóvenes.

Con el acompañamiento de Yunga y de la organización no gubernamental Colombia en Hechos, que tiene una larga trayectoria en el campo de la educación ambiental en el departamento de Córdoba, se logró consolidar un proyecto medioambiental que venía creciendo y cualificándose desde 2006.

“Amigos del Río Sinú es una expresión organizativa del trabajo que desde hace varios años vienen adelantando las comunidades en el ámbito de la educación ambiental, el desarrollo alternativo y la conservación de los ecosistemas”, explica Nicolás Rueda, director de Colombia en Hechos.

Así pues, los miembros del colectivo han logrado dar continuidad a acciones de conservación de la fauna y la flora nativas y se han comprometido en la búsqueda de alternativas creativas para la protección del río y del complejo de humedales y de bosques secos, ecosistemas característicos de la cuenca del Sinú.

“Los jóvenes de Lorica han decidido intervenir de manera profunda en su realidad social y ambiental”, dice el educador ambiental Luis Carlos Negrette, quien ha participado activamente en el proyecto de formación del colectivo.

“El apoyo de Naciones Unidas y de Colombia en Hechos ha sido muy importante. Sin embargo, el potencial creativo y el deseo de cambio han permitido a los jóvenes asumir las riendas del proyecto”, anota Negrette.

A través de la creación de contenidos audiovisuales y de manifestaciones artísticas como el dibujo, la pintura, la danza y la escritura, el pasado mes de diciembre los Amigos del Río Sinú realizaron la presentación oficial de su colectivo. Durante el acto cultural se definieron como una generación de hombres y mujeres para la paz y el desarrollo humano y sostenible en Córdoba.

“Pensar en una gestión dinámica y novedosa del medio ambiente ha desviado la atención de los jóvenes de las actividades ligadas al conflicto social y armado que persiste en Córdoba”, concluye Iván León.

mluna@elespectador.com

Desde hace varios siglos, la vida de los habitantes de la cuenca del río Sinú ha estado determinada por la riqueza hídrica de su territorio. Los indígenas zenúes, pobladores ancestrales de la región, vieron en el agua un excelente medio de comunicación e integración que les permitió desarrollar avanzadas técnicas agrícolas y forjar una sociedad profundamente respetuosa de su entorno natural.

Hoy en día, los Amigos del Río Sinú, un colectivo de niños y jóvenes del municipio de Santa Cruz de Lorica, Córdoba, retoma la cosmovisión de sus antepasados para rescatar un ecosistema que desde hace décadas ha sido golpeado por el conflicto.

El colectivo nació en mayo de 2013 como una iniciativa de la Alianza Mundial de la Juventud de las Naciones Unidas (Yunga, por sus siglas en inglés) para fomentar prácticas ambientales positivas que permitan a niños y jóvenes convertirse en agentes de cambio en sus regiones.

La conservación de las tortugas y el cuidado de las playas donde ellas anidan, las extenuantes jornadas de reforestación, la restauración de las ciénagas y la preservación del río Sinú son actividades que han cautivado la atención de muchos niños y adolescentes que encontraron en la educación ambiental una alternativa para escapar de la lógica de la guerra.

“Estos proyectos fortalecen el arraigo y la identidad, y abren la posibilidad de que las nuevas generaciones puedan participar activamente en la construcción social de sus territorios”, cuenta Iván León, oficial nacional de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), entidad cuya labor resultó clave en la puesta en marcha del grupo de jóvenes.

Con el acompañamiento de Yunga y de la organización no gubernamental Colombia en Hechos, que tiene una larga trayectoria en el campo de la educación ambiental en el departamento de Córdoba, se logró consolidar un proyecto medioambiental que venía creciendo y cualificándose desde 2006.

“Amigos del Río Sinú es una expresión organizativa del trabajo que desde hace varios años vienen adelantando las comunidades en el ámbito de la educación ambiental, el desarrollo alternativo y la conservación de los ecosistemas”, explica Nicolás Rueda, director de Colombia en Hechos.

Así pues, los miembros del colectivo han logrado dar continuidad a acciones de conservación de la fauna y la flora nativas y se han comprometido en la búsqueda de alternativas creativas para la protección del río y del complejo de humedales y de bosques secos, ecosistemas característicos de la cuenca del Sinú.

“Los jóvenes de Lorica han decidido intervenir de manera profunda en su realidad social y ambiental”, dice el educador ambiental Luis Carlos Negrette, quien ha participado activamente en el proyecto de formación del colectivo.

“El apoyo de Naciones Unidas y de Colombia en Hechos ha sido muy importante. Sin embargo, el potencial creativo y el deseo de cambio han permitido a los jóvenes asumir las riendas del proyecto”, anota Negrette.

A través de la creación de contenidos audiovisuales y de manifestaciones artísticas como el dibujo, la pintura, la danza y la escritura, el pasado mes de diciembre los Amigos del Río Sinú realizaron la presentación oficial de su colectivo. Durante el acto cultural se definieron como una generación de hombres y mujeres para la paz y el desarrollo humano y sostenible en Córdoba.

“Pensar en una gestión dinámica y novedosa del medio ambiente ha desviado la atención de los jóvenes de las actividades ligadas al conflicto social y armado que persiste en Córdoba”, concluye Iván León.

mluna@elespectador.com