Este miércoles, la ministra de Ambiente, Susana Muhamad; Luisz Olmedo Martínez, director de Parques Nacionales Naturales; y el coronel William Castaño, director de Carabineros y Protección Ambiental, de la Policía, anunciaron en rueda de prensa un golpe a 22 “terratenientes fantasma” por “aprovechamiento ilícito de los recursos naturales”.
De acuerdo con las autoridades, estas 22 personas hacen parte de una organización y son responsables de la deforestación de más de 8.000 hectáreas en siete años en el Parque Nacional Natural Paramillo, que cuenta con más de 500 mil hectáreas y en donde nacen los ríos Sinú, Manso, Tigre, Esmeralda y Verde, que hacen parte del alto Sinú; y los ríos San Jorge, Sucio, San Pedro y Uré, que conforman el alto San Jorge.
Con este operativo, apoyado por la Fiscalía, se completan alrededor de 1.600 capturas por delitos ambientales, con las que se habrían recuperado más de 13.492 metros cúbicos de madera.
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Entre los capturados se encuentra el cabecilla de la organización, conocido como “el patrón” o “el viejo”, quien se encargaba de la logística de la deforestación en el PNN Paramillo, mientras que el resto se encargaba de la comercialización de recursos. La organización se lucraría con más de $18.000 millones anuales. Muhamad también añadió que “el patrón” instrumentalizó comunidades indígenas al interior del Parque para sus fines.
Las especies de árboles afectadas fueron el Brasilete, Coral, Algodoncillo, Cedro, Guacamayo y Chingalé, que se encuentran en la categoría de “vulnerabilidad”, según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
De acuerdo con el coronel Castaño, se talaban los árboles “que eran transformados en bloques, trozas, listones y/o tablones que posteriormente eran transportados por los ríos Manso, Verde, Tigre y Sinú bajo la modalidad de choriceo”. El coronel explica que luego la juntaban en puntos en los que podían ingresar la madera a camiones para llevarla hasta su punto de comercialización. Por lo que la operación siguió a los diferentes actores en deforestación, el transporte de la madera y la comercialización.
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Según cifras del Ideam, la Estrategia de Contención de la Deforestación, que incluye estos operativos en el pilar de investigación criminal, logró una reducción del 10 % a nivel nacional y del 25 % en la Amazonia colombiana, en 2022.
Martínez añadió que desde PNN se encuentran adelantando acuerdos de conservación con comunidades indígenas y campesinas al interior del Parque. Estos acuerdos se enfocan en el “manejo de la biodiversidad” para fortalecer el proceso de restauración ecológica de zonas afectadas.
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Muhamad insistió en que en Colombia “tenemos que hacer un balance entre el costo de conservar y restaurar. No puede entrar en curso la lógica de que podemos deforestar y luego restaurar. Debemos conservar”. Mientras que restaurar una hectárea puede costar $14 millones, señaló, conservar genera valor de los ecosistemas y la posibilidad de aprovechamiento. “Vamos a buscar recuperar esa naturaleza y las funciones ambientales perdidas”.
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