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Jane Goodall, reconocida investigadora de chimpancés, etóloga, defensora de los animales y activista ambiental, falleció a los 91 años.
Así lo dio a conocer, a través de sus redes sociales, el Instituto Jane Goodall, el cual recibió la noticia en la mañana de este miércoles, 1 de octubre. Según comunicó, la primatóloga, que se encontraba en California como parte de su gira de conferencias por Estados Unidos, murió por causas naturales.
“Los descubrimientos de la Dra. Goodall como etóloga revolucionaron la ciencia y fue una incansable defensora de la protección y la restauración de nuestro mundo natural”, expresó el instituto.
Goodall, nacida en Londres en 1934, es considerada una de las mayores expertas de chimpancés en el mundo. En 1960, a sus 26 años, viajó a Gombe, Tanzania (África), con la misión de investigar a estos animales y sus comportamientos sociales complejos.
“Cuando empecé a estudiar, las personas no hacían eso. Era muy difícil conseguir el dinero y no había ido nunca a una universidad. Era una simple niña que amaba a los animales”, dijo Goodall en entrevista con El Espectador, durante su paso por Bogotá en 2015.
La etóloga se interesó en diversos comportamientos de estos primates: la manera en qué fabricaban y usaban herramientas, comían carne y danzaban. En un punto, National Geographic se involucró y “se dio cuenta de que (Goodall) había visto a los chimpancés y había ganado herramientas”, contó la activista a este diario. “En ese momento, enviaron a un fotógrafo y a un cineasta, Hugo van Lawick, quien se convirtió en mi primer esposo. Fue su filme el que hizo que los chimpancés calaran en la mente y el corazón de las personas de América y del mundo”, dijo.
Como resultado de sus estudios, Goodall explicó, por primera vez, que las madres chimpancés solo pueden tener una cría una vez entre cada cuatro años y medio y seis años. También identificó que la comunidad del arroyo de Gombe solo tenía una o dos crías al año.
Otro de sus hallazgos destacados fue que las madres chimpancés primerizas solían esconder a sus crías de los machos adultos, lo cual generaba en ellos comportamientos frenéticos, con saltos y ululaciones (algo así como aullidos) que podían durar varios minutos. Sin embargo, descubrió que las madres experimentadas permitían que los machos y otras hembras observaran a sus crías con curiosidad.
Sus investigaciones pioneras sobre esta crianza de los chimpancés, así como los modos en que ejercen liderazgo y se comunican entre sí, permitieron avanzar en la comprensión sobre nuestra relación con el resto del reino animal, de acuerdo con el Instituto Jane Goodall (JGIG, por sus siglas en inglés). “Esta investigación transformadora continúa hoy en día como el estudio sobre chimpancés salvajes de mayor duración del mundo. El trabajo de la Dra. Jane se basa en innovaciones científicas y da origen a una vida de defensa”.
La etóloga, que también fue Mensajera de la Paz de las Naciones Unidas, fundó el instituto como una organización benéfica en el Reino Unido con fines de investigación, conservación y la protección de especies en peligro de extinción. Actualmente, el JGIG cuenta con oficinas oficiales en 27 países, además de estaciones de investigación en África. En suma, por medio de su programa Roots & Shoots, dirigido a jóvenes, el instituto impulsa programas educativos y comunitarios alrededor del mundo.
Con decenas de libros y artículos científicos publicados, y una participación en más de 20 películas y documentales, Goodall ha sido una voz clave en el mundo ambiental. También es recordada por sus aportes para abrirles las puertas a más mujeres en su campo, que había sido dominado por hombres. Dian Fossey , Biruté Galdikas, Cheryl Knott y Penny Patterson fueron algunas de las mujeres investigadores que llegaron a posicionarse en el estudio del comportamiento de los primates. La activista defendió que cada individuo “puede marcar la diferencia” a la hora de proteger el mundo.
Goodall estuvo de nuevo en Colombia hace poco más de un año, en agosto de 2024. En ese entonces, también sostuvo conversación con este diario: “Yo tuve un don que me permitió hacer las cosas silenciosamente, aprender de los chimpancés y luego ir por todo el mundo para mostrarle a la gente qué era lo que verdad yo había descubierto: pude mostrar a los chimpancés resolviendo problemas, o la ternura que hay entre una madre chimpancé y su bebé”.
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