Noticias

Últimas Noticias

    Política

    Judicial

      Economía

      Mundo

      Bogotá

        Entretenimiento

        Deportes

        Colombia

        El Magazín Cultural

        Salud

          Ambiente

          Investigación

            Educación

              Ciencia

                Género y Diversidad

                Tecnología

                Actualidad

                  Reportajes

                    Historias visuales

                      Colecciones

                        Podcast

                          Opinión

                          Opinión

                            Editorial

                              Columnistas

                                Caricaturistas

                                  Lectores

                                  Blogs

                                    Suscriptores

                                    Recomendado

                                      Contenido exclusivo

                                        Tus artículos guardados

                                          Somos El Espectador

                                            Estilo de vida

                                            La Red Zoocial

                                            Gastronomía y Recetas

                                              La Huerta

                                                Moda e Industria

                                                  Tarot de Mavé

                                                    Autos

                                                      Juegos

                                                        Pasatiempos

                                                          Horóscopo

                                                            Música

                                                              Turismo

                                                                Marcas EE

                                                                Colombia + 20

                                                                BIBO

                                                                  Responsabilidad Social

                                                                  Justicia Inclusiva

                                                                    Desaparecidos

                                                                      EE Play

                                                                      EE play

                                                                        En Vivo

                                                                          La Pulla

                                                                            Documentales

                                                                              Opinión

                                                                                Las igualadas

                                                                                  Redacción al Desnudo

                                                                                    Colombia +20

                                                                                      Destacados

                                                                                        BIBO

                                                                                          La Red Zoocial

                                                                                            ZonaZ

                                                                                              Centro de Ayuda

                                                                                                Newsletters
                                                                                                Servicios

                                                                                                Servicios

                                                                                                  Empleos

                                                                                                    Descuentos

                                                                                                      Idiomas

                                                                                                      Cursos y programas

                                                                                                        Más

                                                                                                        Cromos

                                                                                                          Vea

                                                                                                            Blogs

                                                                                                              Especiales

                                                                                                                Descarga la App

                                                                                                                  Edición Impresa

                                                                                                                    Suscripción

                                                                                                                      Eventos

                                                                                                                        Pauta con nosotros

                                                                                                                          Avisos judiciales

                                                                                                                            Preguntas Frecuentes

                                                                                                                              Contenido Patrocinado
                                                                                                                              13 de noviembre de 2019 - 05:39 p. m.

                                                                                                                              Parque Tinigua: asesinatos y panfletos en medio de ganadería y deforestación

                                                                                                                              Las amenazas contra funcionarios de Parques Nacionales, Cormacarena y líderes ambientales son una constante en el Parque Nacional Natural Tinigua. Actualmente es el área protegida más deforestada de Colombia, en gran medida, por la ganadería extensiva e ilegal.

                                                                                                                              Santiago Luque Pérez / Rutas del Conflicto - Mongabay Latam

                                                                                                                              Predio talado en El Parque Nacional Natural Tinigua. A pesar de que Parques Nacionales Naturales ha podido aumentar su presencia en la zona, las amenazas a los funcionarios dificulta el ingreso. / Nicole Acuña

                                                                                                                              Con el cese al fuego de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en medio del proceso de paz, autoridades ambientales como Parques Nacionales Naturales (PNN) pudieron aumentar su presencia en territorios que antes estaban vedados. Sin embargo, las amenazas contra estos funcionarios, aparentemente por parte de grupos disidentes de la guerrilla, han aumentado desde 2017. Alianzas entre los remanentes de las FARC con otros grupos ilegales que intentan apoderarse de las tierras del área protegida para establecer actividades como ganadería y especular con los precios de los terrenos ha incrementado la deforestación y el peligro de quienes quieren defender el parque.

                                                                                                                              Los funcionarios que protegen el parque Tinigua tienen miedo. Los panfletos que circulan por parte de las disidencias de las FARC los han declarado objetivo militar. Muchos funcionarios intentan no estar en lugares públicos con los uniformes de la entidad.

                                                                                                                              Tinigua es uno de los parques más afectados por esta violencia y es un lugar donde la naturaleza también está en riesgo . Según datos del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP) es el parque nacional que más bosque perdió entre 2017 y 2018. Así lo confirman también las cifras entregadas por PNN. La ganadería dentro del área protegida ha aumentado exponencialmente, no solo para comercializar carne y leche sino como una estrategia para expandirse y adueñarse de enormes hectáreas de tierra.

                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Vista aérea de predios deforestados. Entre 2017 y 2018 la deforestación en Tinigua aumentó en un 400%.Foto: María Jimena Neira Niño.Según Nicolás Pérez, geógrafo e investigador del Observatorio de Conflictos Ambientales (OCA) de la Universidad Nacional de Colombia, los procesos de deforestación empiezan a sedimentar el suelo, reduciendo su fertilidad. “Cuando eso pasa ya no crece nada y es muy improbable que no vuelvas a tener lo que tenías antes, o sea, árboles de un gran diámetro de base, toda la biodiversidad. Uno ve rastrojos o vegetación producto de colonización pero no vas a volver a ver un flormorado (Tabeuiba rosea) o una ceiba (Ceiba pentandra)”, asegura.

                                                                                                                              Los parques Tinigua y Macarena están separados por el río Guayabero. A pesar de su cercanía, la deforestación afecta de manera más fuerte al Tinigua. Pérez asegura que esto se debe a que “Tinigua es un bosque denso de tierra firme”, lo que permite desarrollar actividades de tipo agrícola y ganadero. A diferencia de Macarena, donde  “hay vegetación rupícula, es decir, que crece sobre roca”.

                                                                                                                              Mongabay Latam y Rutas del Conflicto viajaron hasta esta área protegida donde la vaca se ha convertido en la protagonista del paisaje. Enormes parches de pastos han reemplazado a los bosques naturales y la situación es tan crítica que incluso, según dicen fuentes oficiales, la leche que se produce dentro del parque está siendo comprada por empresas legales.

                                                                                                                              La ganadería ilegal es usada como una forma de adueñarse de grandes extensiones del parque Tinigua.Foto: María Jimena Neira Niño.Incertidumbre e inseguridadHace unos años Clara*, funcionaria de PNN que prefirió mantener su nombre en reserva, ingresó a trabajar en el Área de Manejo Especial de la Macarena (AMEM), zona que regula las actividades humanas para mantener la estabilidad ecológica y reúne a los parques Macarena, Tinigua y Picachos, además del Sumapaz. Recuerda que después de finalizado el conflicto con las Farc se percibía un ambiente de esperanza, en el que iniciaban charlas con las comunidades al interior del parque Tinigua —territorio de 214 361 hectáreas, consolidado como parque en 1989— y las instituciones empezaban a conocer la biodiversidad de una zona que estuvo vetada por años para los investigadores por causa de la guerra.

                                                                                                                              Hoy esta área protegida enfrenta múltiples problemas. Uno de ellos, para empezar, es que PNN solo cuenta con 14 funcionarios para ejercer autoridad en la zona. Esto muestra, en teoría, que un solo funcionario debe cuidar poco más de 15 000 hectáreas, lo cual es imposible. A esto se le suma que han circulado panfletos firmados por grupos disidentes de las Farc en los que se amenaza y se prohíbe el ingreso de los funcionarios al parque.

                                                                                                                              Esas intimidaciones se han convertido en realidad, por ejemplo, la directora de PNN, Julia Miranda, le confirmó a Mongabay Latam y Rutas del Conflicto que la cabaña operativa ‘Aires del Perdido’ de PNN, utilizada para hacer vigilancia y control dentro de Tinigua, ubicada en la vereda El Rubí del municipio de La Macarena, fue saqueada en el primer semestre de este año. Otra funcionaria aseguró que, hasta la fecha, no se han podido establecer cuáles elementos fueron hurtados porque no hay garantías de seguridad para ir hasta el lugar, “todo lo que sabemos ha sido informado por las comunidades”, dice.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              El saqueo de las herramientas de trabajo de los funcionarios de PNN es una constante. En 2017 ya les habían robado algunas partes de las motos con las que se movilizaban por el territorio. La entidad tiene conocimiento de que en el Parque Nacional Natural Tinigua existen cerca de 402 kilómetros de trochas que han sido construidas por las comunidades —o en su momento por las Farc— pero los funcionarios solo tienen acceso a 18 rutas seguras en el territorio.

                                                                                                                              Árbol quebrado en su raíz, con muestras de quemaduras, en un predio deforestado.Foto: María Jimena Neira Niño.El Estado no tiene conocimiento de todas las vías, ya que fueron abiertas por las comunidades en los años de ausencia de los funcionarios. Según Jenny Santander, investigadora del OCA, lo más grave es que se convierten en motores de deforestación. “La vía dinamiza y por ahí entra todo, por ahí empiezo a tumbar”, comenta.

                                                                                                                              La mayoría de las actividades que se realizan dentro del parque son reuniones con las comunidades. “Vamos derecho a lo que vamos y no nos podemos detener. No podemos parar en una tienda a tomar nada porque a veces es peligroso”, cuenta Clara*. Los funcionarios evitan utilizar aparatos electrónicos para que la gente no piense que ellos colaboran con las intervenciones militares, como la que se realizó en el Parque Nacional Natural Cordillera de los Picachos (Ver reportaje de Picachos).

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Los habitantes del sector dicen que esa intervención militar complicó la seguridad de toda la zona. Los funcionarios de Parques señalan que después de esto, varias personas se acercaron a las oficinas a intimidarlos. El problema, para los funcionarios de PNN, es que ellos no tienen ninguna facultad para decidir sobre actuaciones de la fuerza pública y eso es algo que no todas las comunidades entienden. Según Julia Miranda, directora de la entidad,  las intervenciones que se realizan en los parques están a cargo de la Fiscalía, lo que hace PNN es poner la denuncia de lo que está pasando en cada área protegida.

                                                                                                                              Los funcionarios también aseguran que solo quienes están en el territorio conocen las verdaderas limitaciones que se tienen en la zona. “Hay que venir, vivir acá, sufrir acá, vivir con miedo todos los días para saber qué se puede y qué no se puede hacer”, dice Clara*, con una expresión de preocupación.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              La tranquilidad ha ido desapareciendo. Clara* escribía acerca del trabajo que realizan los funcionarios al interior del parque, sobre cómo era su relación con las comunidades y cómo avanzaban en acuerdos de conservación después de la firma del Acuerdo de Paz. Sin embargo, la funcionaria baja la mirada y dice que dejó de escribir cuando las presiones y las dificultades volvieron. “Dejé de escribir cuando dejé de ver esperanza”.

                                                                                                                              Luego de talar, llega la quema en el Parque Nacional Natural Tinigua.Foto: María Jimena Neira Niño.Esperanza de conservación en medio de amenazasEn medio de los problemas, uno de los propósitos de los guardaparques en Tinigua ha sido la búsqueda de acuerdos de conservación con las comunidades campesinas que habitan allí. El objetivo es llegar a consensos con las familias para que dejen de expandir sus territorios y detengan la tala de bosques. Al igual que en La Macarena y Picachos, muchas personas vivían dentro del parque antes de que este fuera declarado, otros acabaron allí tras ser desplazados por la violencia y también están los que por órdenes de grupos ilegales se instalaron en el área para deforestar y ocupar la zona.
                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              PNN pretende que los ocupantes liberen terrenos de manera voluntaria para iniciar un proceso de restauración del bosque. “Ellos van a ser nuestros aliados en la conservación, entre más aliados, más ocupantes van a tener la intención de conservar”, asegura otra funcionaria de la entidad que, por seguridad, pidió que su nombre no fuera revelado. El parque Tinigua es uno de los que más ha avanzado en los acuerdos de conservación con las comunidades y con suerte, en los próximo meses, se verán los resultados de esta estrategia con la firma de los primeros de ellos.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Las dificultades para llegar a esta firma definitiva han sido varias. Una de las principales es el inconformismo de los campesinos que viven en el parque y no sienten que se les dé una verdadera solución a sus problemas. “Somos conscientes de que hay que cuidar, pero así como hay que cuidar la flora y la fauna, nosotros también tenemos derechos. No estamos cerrados a dejar de talar, pero ¿a cambio de qué?”, afirma Alirio Aranda, campesino que habita al interior del parque desde hace más de 23 años y quien ve con preocupación que no hay una verdadera posibilidad de reubicación.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Otra funcionaria de Parques Nacionales Naturales, que también prefirió reservar su identidad, dice que en la región hay personas que tienen grandes extensiones de tierra. Según Aranda, esto se debe a la poca rentabilidad de los cultivos, por lo que muchos tienen decenas de hectáreas con pasto que utilizan para ganado propio o para arrendarlo. “En mi caso, yo tengo 60 hectáreas en pastos. Si me proporcionaran el apoyo para montar 10 hectáreas en aguacate, yo dejaría 50 de potrero para que volviera a nacer el bosque. Porque yo sé que con 10 hectáreas de aguacate vivo mejor que con esas 60 hectáreas de pasto”, dice.

                                                                                                                              Sin embargo, por el carácter de conservación de los parques, la única actividad que se puede realizar al interior es el ecoturismo, por lo que propuestas como la de Aranda no cuentan con el apoyo de la institucionalidad.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Una solución que también se ha planteado es el pago a campesinos a cambio de cuidar el bosque. Sin embargo, para los investigadores del OCA, como Juan Manuel Rengifo, este es un tema delicado que  puede convertirse en un motor de deforestación. “Esos incentivos se convierten en incentivos perversos. Ante la expectativa de que va a haber un proyecto de pago por servicios ambientales, la gente tumba porque entienden que si ya está conservado, no les van a pagar. Les van a pagar por zonas que se están deforestando”.

                                                                                                                              Como si la lista de dificultades no fuera suficiente, otro obstáculo ha sido la presión de los grupos armados para que las comunidades no trabajen con PNN. “Se percibía libertad de las personas para expresarse. La gente hablaba en las reuniones, la gente relataba sus experiencias. Los líderes hablaban con un poco de confianza, o bueno, de libertad”, recuerda una de las funcionarias de PNN. Pero eso ya quedó en el pasado.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Ahora la situación se ha vuelto más complicada, “muchos líderes nos dicen: no puedo ir a su oficina, no me pueden ver hablando con usted, veámonos en otro lado. O cuando usted esté con el uniforme no me salude. En unas veredas nos han dicho: ‘no vengan, no vamos a tener reuniones porque nos lo prohibieron, corremos riesgos si trabajamos con ustedes’ ”, dice la funcionaria.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Uno de los hechos que más impactó la relación con la comunidad, así como la estabilidad emocional de los guardaparques, fue el asesinato a fines del año pasado de Héctor Fabio Almario, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Getsemaní en el municipio de La Macarena, quien estaba trabajando con PNN en acuerdos de conservación en las áreas de influencia del parque Tinigua. El crimen ocurrió después de que el líder se reuniera en La Macarena con un funcionario de Cormacarena —otra autoridad ambiental de la región—.

                                                                                                                              Los funcionarios de PNN aseguran que no solo sus vidas corren peligro sino también la de los líderes ambientales de la zona que son constantemente amenazados y se ven obligados a salir del territorio por seguridad. Por esta razón, los acuerdos de conservación y las mesas de concertación avanzan y retroceden todo el tiempo, pues el asesinato de los líderes o su salida de los territorios hacen que los procesos tengan que empezar desde cero y en medio de un clima de inseguridad.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Los funcionarios de PNN viven con angustia, ansiedad y preocupación, por eso ninguno revela su nombre. “Cuando salgo, a veces tengo dificultades en mis procesos de relacionamiento, mi vida social y familiar no es la misma. Y a veces cuando vienen compañeros de otros parques que no tienen esas amenazas es muy diferente su manera de relacionarse con el entorno”, asegura una de las guardaparques.

                                                                                                                              La ganadería ilegal es uno de los principales problemas dentro de Tinigua.Foto: María Jimena Neira Niño.Ganadería: el gran motor de deforestaciónHabitantes del parque Tinigua, investigadores, organizaciones y entidades de control reconocen a la ganadería como uno de los grandes problemas asociados a la deforestación. Una de las razones es que la agricultura es muy difícil en la zona —además de la dificultad de sacar los productos porque no hay infraestructura vial— y que el suelo no es productivo. “Estos terrenos son estériles, esta parte de la cordillera no produce sino pastico y parte de café, pero acá no dura. La gente se dedicó a la lechería”, dice Ismael Garzón Gutiérrez, representante de la Asociación Campesina Ambiental de Uribe, Meta (Acatamu).
                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              La pobreza de estos suelos se debe, según Jenny Santander, investigadora del OCA, a que “la selva amazónica es un ecosistema con unos procesos tan rápidos de transformación que por eso se dice que son pobres, es un metabolismo muy enérgico. Son pobres desde el punto de vista de las actividades humanas”. Con esto también concuerda Juan Manuel Rengifo, quien dice que “los suelos no son buenos, no tienen muchos nutrientes y dependen un poco de la hojarasca y de la materia orgánica que viene de esa vegetación natural y que forma un colchón encima de esas tierras”.

                                                                                                                              La productividad de las tierras en el Tinigua, según los investigadores del OCA, puede durar entre 7 y 10 años, luego empiezan a disminuir los niveles de producción. Lo que sucede después es un círculo vicioso perverso para la Amazonia. La respuesta a esta problemática en muchos casos ha sido talar más selva y sembrar pasto para ganadería en las áreas deforestadas que ya se aprovecharon.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              A diferencia de la ganadería que se desarrolla en otros parques, según Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), lo que existe en el Tinigua es “una ganadería más intensiva, doble propósito y con un nivel de tecnificación importante, que incluso es atendida por los cuartos fríos de las lecheras que compran grandes cantidades de leche en ese territorio”.

                                                                                                                              Este último punto es crítico para Julia Miranda, directora de PNN. Dice que es necesario “que haya una responsabilidad de una industria y un empresariado que son pujantes e importantes para la economía del país y que, precisamente, deben dar ejemplo y no aceptar leche y carne que vengan de áreas protegidas”.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Organizaciones como la Asociación Campesina Ambiental Losada Guayabero,  ASCAL-G y Acatamu denuncian que en los operativos en los que se decomisa ganado y se busca atacar la deforestación, terminan afectando a los campesinos que están en el territorio y que muchas veces ni siquiera son los dueños de las vacas. PNN ha pedido a la Fiscalía que indique quiénes son los dueños de este ganado, pero los intereses económicos que hay detrás son tan fuertes que encontrar sus nombres o divulgarlos sería una sentencia de muerte.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              José Garzón, vicepresidente de ASCAL-G, le explicó a Mongabay Latam y Rutas del Conflicto que los campesinos que tienen ganado propio suelen tener pocas cabezas. Lo que ocurre normalmente es que una persona con capital económico pone el ganado y el campesino la manutención, y al final se reparten las ganancias por mitades. “Al campesino siempre le termina tocando lo más duro, porque lo más pesado es la alimentación, los medicamentos y al final es el que termina poniendo la cara si pasa algo”, dice Garzón.

                                                                                                                              El problema se vuelve más grande ya que, según PNN, durante los últimos años se han iniciado nuevas etapas de colonización. “Parque Tinigua es el que más afectación ha tenido en los últimos dos años, en donde, básicamente, por información que hemos tenido de las mismas comunidades, hay alrededor de 550 familias nuevas que ingresaron en el año 2018”, indica Julia Miranda, directora de la entidad.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Miranda asegura que muchas familias han sido puestas ahí por grupos armados, quienes “abren territorios y dan órdenes de deforestación, y ahí es donde llegan familias para que cuiden el ganado, para que cultiven coca”.

                                                                                                                              Las diferentes fuentes consultadas para este reportaje aseguraron que el precio por tumbar una hectárea de bosque, en promedio, es de 500 000 pesos (aproximadamente 150 dólares) y que hay talas que llegan a ser de cientos de hectáreas y son ordenadas por una sola persona.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              “Son lotes donde, por ejemplo, unas 10 motosierras operadas por hasta 20 personas están tumbando. Las ‘tumbas’ son de 300 hectáreas y luego a eso le meten candela [fuego], eso se tiene que hacer cuando está entrando el verano para que se seque y se pueda quemar”, comenta Alirio Aranda, campesino que habita al interior del parque Tinigua.

                                                                                                                              Las comunidades denuncian que los mayores deforestadores del territorio son personas que tienen grandes recursos económicos, ya que una tala grande puede costar varios millones de pesos, mientras que los campesinos talan una o dos hectáreas de bosque para sus cultivos de diario vivir.

                                                                                                                              No ad for you


                                                                                                                              Conectividad en alto riesgo

                                                                                                                              La zona norte del Tinigua es la menos deforestada y la que aún mantiene la conectividad con los parques Picachos y Sierra de la Macarena. Según Rodrigo Botero, la conservación de esta área está atada a la estrategia desplegada durante el  conflicto armado. “Esto fue una decisión militar de las FARC. No es que ahí no haya habido una colonización espontánea. Ahí había un corredor armado que funcionaba así y por eso se mantuvo sin tocarse”.

                                                                                                                              Ciro Galindo, quien trabajó como guardaparques en Tinigua en 1996, recuerda que no tenían problema con las Farc para realizar su labor. “La guerrilla se identificaba mucho con la conservación, claro que ellos lo hacían con el objetivo de que, si en algún momento tenían una represión, tenían de dónde echar mano”, afirma. El bosque le servía de escudo a la guerrilla, era su protección y escondite ante cualquier ataque armado.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              El temor por lo que iba a pasar con la selva llegó después de la salida de la guerrilla del territorio. “Quién sabe qué pase ahora cuando hay nuevos actores armados. Si van a preservar ese corredor armado o no”, comenta Botero y añade que la importancia de la conectividad de Tinigua con los Parques Macarena y Picachos se basa en que la biodiversidad de Colombia está ligada al movimiento de especies entre los diferentes ecosistemas.

                                                                                                                              “Los Parques Nacionales y en general todas las áreas protegidas no pueden quedar como islas en un territorio, para que sean funcionales necesitan estar debidamente conectadas”, dice Julia Miranda, directora de PNN. Este elemento permite, por ejemplo, la movilización de los grandes felinos como el jaguar. “Si no hay conexión, los bosques se empiezan a deteriorar y a perder biodiversidad”, asegura.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              La deforestación no es un tema nuevo, pero ha ido aumentando con la salida de las Farc del territorio. La incertidumbre gira en cómo se preservará la selva ahora que nuevos grupos armados están ingresando al área protegida, dada la poca presencia estatal. Las amenazas contra funcionarios de PNN, líderes ambientales y trabajadores de Cormacarena ha dificultado el trabajo en Tinigua. Si no se toman medidas verdaderamente efectivas este parque podría desaparecer, afectando la conexión entre ecosistemas amazónicos, andinos y orinocenses. Si eso ocurre sería una verdadera catástrofe ambiental.

                                                                                                                              Predio talado en El Parque Nacional Natural Tinigua. A pesar de que Parques Nacionales Naturales ha podido aumentar su presencia en la zona, las amenazas a los funcionarios dificulta el ingreso. / Nicole Acuña

                                                                                                                              Con el cese al fuego de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), en medio del proceso de paz, autoridades ambientales como Parques Nacionales Naturales (PNN) pudieron aumentar su presencia en territorios que antes estaban vedados. Sin embargo, las amenazas contra estos funcionarios, aparentemente por parte de grupos disidentes de la guerrilla, han aumentado desde 2017. Alianzas entre los remanentes de las FARC con otros grupos ilegales que intentan apoderarse de las tierras del área protegida para establecer actividades como ganadería y especular con los precios de los terrenos ha incrementado la deforestación y el peligro de quienes quieren defender el parque.

                                                                                                                              Los funcionarios que protegen el parque Tinigua tienen miedo. Los panfletos que circulan por parte de las disidencias de las FARC los han declarado objetivo militar. Muchos funcionarios intentan no estar en lugares públicos con los uniformes de la entidad.

                                                                                                                              Tinigua es uno de los parques más afectados por esta violencia y es un lugar donde la naturaleza también está en riesgo . Según datos del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina (MAAP) es el parque nacional que más bosque perdió entre 2017 y 2018. Así lo confirman también las cifras entregadas por PNN. La ganadería dentro del área protegida ha aumentado exponencialmente, no solo para comercializar carne y leche sino como una estrategia para expandirse y adueñarse de enormes hectáreas de tierra.

                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Vista aérea de predios deforestados. Entre 2017 y 2018 la deforestación en Tinigua aumentó en un 400%.Foto: María Jimena Neira Niño.Según Nicolás Pérez, geógrafo e investigador del Observatorio de Conflictos Ambientales (OCA) de la Universidad Nacional de Colombia, los procesos de deforestación empiezan a sedimentar el suelo, reduciendo su fertilidad. “Cuando eso pasa ya no crece nada y es muy improbable que no vuelvas a tener lo que tenías antes, o sea, árboles de un gran diámetro de base, toda la biodiversidad. Uno ve rastrojos o vegetación producto de colonización pero no vas a volver a ver un flormorado (Tabeuiba rosea) o una ceiba (Ceiba pentandra)”, asegura.

                                                                                                                              Los parques Tinigua y Macarena están separados por el río Guayabero. A pesar de su cercanía, la deforestación afecta de manera más fuerte al Tinigua. Pérez asegura que esto se debe a que “Tinigua es un bosque denso de tierra firme”, lo que permite desarrollar actividades de tipo agrícola y ganadero. A diferencia de Macarena, donde  “hay vegetación rupícula, es decir, que crece sobre roca”.

                                                                                                                              Mongabay Latam y Rutas del Conflicto viajaron hasta esta área protegida donde la vaca se ha convertido en la protagonista del paisaje. Enormes parches de pastos han reemplazado a los bosques naturales y la situación es tan crítica que incluso, según dicen fuentes oficiales, la leche que se produce dentro del parque está siendo comprada por empresas legales.

                                                                                                                              La ganadería ilegal es usada como una forma de adueñarse de grandes extensiones del parque Tinigua.Foto: María Jimena Neira Niño.Incertidumbre e inseguridadHace unos años Clara*, funcionaria de PNN que prefirió mantener su nombre en reserva, ingresó a trabajar en el Área de Manejo Especial de la Macarena (AMEM), zona que regula las actividades humanas para mantener la estabilidad ecológica y reúne a los parques Macarena, Tinigua y Picachos, además del Sumapaz. Recuerda que después de finalizado el conflicto con las Farc se percibía un ambiente de esperanza, en el que iniciaban charlas con las comunidades al interior del parque Tinigua —territorio de 214 361 hectáreas, consolidado como parque en 1989— y las instituciones empezaban a conocer la biodiversidad de una zona que estuvo vetada por años para los investigadores por causa de la guerra.

                                                                                                                              Hoy esta área protegida enfrenta múltiples problemas. Uno de ellos, para empezar, es que PNN solo cuenta con 14 funcionarios para ejercer autoridad en la zona. Esto muestra, en teoría, que un solo funcionario debe cuidar poco más de 15 000 hectáreas, lo cual es imposible. A esto se le suma que han circulado panfletos firmados por grupos disidentes de las Farc en los que se amenaza y se prohíbe el ingreso de los funcionarios al parque.

                                                                                                                              Esas intimidaciones se han convertido en realidad, por ejemplo, la directora de PNN, Julia Miranda, le confirmó a Mongabay Latam y Rutas del Conflicto que la cabaña operativa ‘Aires del Perdido’ de PNN, utilizada para hacer vigilancia y control dentro de Tinigua, ubicada en la vereda El Rubí del municipio de La Macarena, fue saqueada en el primer semestre de este año. Otra funcionaria aseguró que, hasta la fecha, no se han podido establecer cuáles elementos fueron hurtados porque no hay garantías de seguridad para ir hasta el lugar, “todo lo que sabemos ha sido informado por las comunidades”, dice.

                                                                                                                              Read more!

                                                                                                                              El saqueo de las herramientas de trabajo de los funcionarios de PNN es una constante. En 2017 ya les habían robado algunas partes de las motos con las que se movilizaban por el territorio. La entidad tiene conocimiento de que en el Parque Nacional Natural Tinigua existen cerca de 402 kilómetros de trochas que han sido construidas por las comunidades —o en su momento por las Farc— pero los funcionarios solo tienen acceso a 18 rutas seguras en el territorio.

                                                                                                                              Árbol quebrado en su raíz, con muestras de quemaduras, en un predio deforestado.Foto: María Jimena Neira Niño.El Estado no tiene conocimiento de todas las vías, ya que fueron abiertas por las comunidades en los años de ausencia de los funcionarios. Según Jenny Santander, investigadora del OCA, lo más grave es que se convierten en motores de deforestación. “La vía dinamiza y por ahí entra todo, por ahí empiezo a tumbar”, comenta.

                                                                                                                              La mayoría de las actividades que se realizan dentro del parque son reuniones con las comunidades. “Vamos derecho a lo que vamos y no nos podemos detener. No podemos parar en una tienda a tomar nada porque a veces es peligroso”, cuenta Clara*. Los funcionarios evitan utilizar aparatos electrónicos para que la gente no piense que ellos colaboran con las intervenciones militares, como la que se realizó en el Parque Nacional Natural Cordillera de los Picachos (Ver reportaje de Picachos).

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Los habitantes del sector dicen que esa intervención militar complicó la seguridad de toda la zona. Los funcionarios de Parques señalan que después de esto, varias personas se acercaron a las oficinas a intimidarlos. El problema, para los funcionarios de PNN, es que ellos no tienen ninguna facultad para decidir sobre actuaciones de la fuerza pública y eso es algo que no todas las comunidades entienden. Según Julia Miranda, directora de la entidad,  las intervenciones que se realizan en los parques están a cargo de la Fiscalía, lo que hace PNN es poner la denuncia de lo que está pasando en cada área protegida.

                                                                                                                              Los funcionarios también aseguran que solo quienes están en el territorio conocen las verdaderas limitaciones que se tienen en la zona. “Hay que venir, vivir acá, sufrir acá, vivir con miedo todos los días para saber qué se puede y qué no se puede hacer”, dice Clara*, con una expresión de preocupación.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              La tranquilidad ha ido desapareciendo. Clara* escribía acerca del trabajo que realizan los funcionarios al interior del parque, sobre cómo era su relación con las comunidades y cómo avanzaban en acuerdos de conservación después de la firma del Acuerdo de Paz. Sin embargo, la funcionaria baja la mirada y dice que dejó de escribir cuando las presiones y las dificultades volvieron. “Dejé de escribir cuando dejé de ver esperanza”.

                                                                                                                              Luego de talar, llega la quema en el Parque Nacional Natural Tinigua.Foto: María Jimena Neira Niño.Esperanza de conservación en medio de amenazasEn medio de los problemas, uno de los propósitos de los guardaparques en Tinigua ha sido la búsqueda de acuerdos de conservación con las comunidades campesinas que habitan allí. El objetivo es llegar a consensos con las familias para que dejen de expandir sus territorios y detengan la tala de bosques. Al igual que en La Macarena y Picachos, muchas personas vivían dentro del parque antes de que este fuera declarado, otros acabaron allí tras ser desplazados por la violencia y también están los que por órdenes de grupos ilegales se instalaron en el área para deforestar y ocupar la zona.
                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              PNN pretende que los ocupantes liberen terrenos de manera voluntaria para iniciar un proceso de restauración del bosque. “Ellos van a ser nuestros aliados en la conservación, entre más aliados, más ocupantes van a tener la intención de conservar”, asegura otra funcionaria de la entidad que, por seguridad, pidió que su nombre no fuera revelado. El parque Tinigua es uno de los que más ha avanzado en los acuerdos de conservación con las comunidades y con suerte, en los próximo meses, se verán los resultados de esta estrategia con la firma de los primeros de ellos.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Las dificultades para llegar a esta firma definitiva han sido varias. Una de las principales es el inconformismo de los campesinos que viven en el parque y no sienten que se les dé una verdadera solución a sus problemas. “Somos conscientes de que hay que cuidar, pero así como hay que cuidar la flora y la fauna, nosotros también tenemos derechos. No estamos cerrados a dejar de talar, pero ¿a cambio de qué?”, afirma Alirio Aranda, campesino que habita al interior del parque desde hace más de 23 años y quien ve con preocupación que no hay una verdadera posibilidad de reubicación.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Otra funcionaria de Parques Nacionales Naturales, que también prefirió reservar su identidad, dice que en la región hay personas que tienen grandes extensiones de tierra. Según Aranda, esto se debe a la poca rentabilidad de los cultivos, por lo que muchos tienen decenas de hectáreas con pasto que utilizan para ganado propio o para arrendarlo. “En mi caso, yo tengo 60 hectáreas en pastos. Si me proporcionaran el apoyo para montar 10 hectáreas en aguacate, yo dejaría 50 de potrero para que volviera a nacer el bosque. Porque yo sé que con 10 hectáreas de aguacate vivo mejor que con esas 60 hectáreas de pasto”, dice.

                                                                                                                              Sin embargo, por el carácter de conservación de los parques, la única actividad que se puede realizar al interior es el ecoturismo, por lo que propuestas como la de Aranda no cuentan con el apoyo de la institucionalidad.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Una solución que también se ha planteado es el pago a campesinos a cambio de cuidar el bosque. Sin embargo, para los investigadores del OCA, como Juan Manuel Rengifo, este es un tema delicado que  puede convertirse en un motor de deforestación. “Esos incentivos se convierten en incentivos perversos. Ante la expectativa de que va a haber un proyecto de pago por servicios ambientales, la gente tumba porque entienden que si ya está conservado, no les van a pagar. Les van a pagar por zonas que se están deforestando”.

                                                                                                                              Como si la lista de dificultades no fuera suficiente, otro obstáculo ha sido la presión de los grupos armados para que las comunidades no trabajen con PNN. “Se percibía libertad de las personas para expresarse. La gente hablaba en las reuniones, la gente relataba sus experiencias. Los líderes hablaban con un poco de confianza, o bueno, de libertad”, recuerda una de las funcionarias de PNN. Pero eso ya quedó en el pasado.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Ahora la situación se ha vuelto más complicada, “muchos líderes nos dicen: no puedo ir a su oficina, no me pueden ver hablando con usted, veámonos en otro lado. O cuando usted esté con el uniforme no me salude. En unas veredas nos han dicho: ‘no vengan, no vamos a tener reuniones porque nos lo prohibieron, corremos riesgos si trabajamos con ustedes’ ”, dice la funcionaria.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Uno de los hechos que más impactó la relación con la comunidad, así como la estabilidad emocional de los guardaparques, fue el asesinato a fines del año pasado de Héctor Fabio Almario, presidente de la Junta de Acción Comunal de la vereda Getsemaní en el municipio de La Macarena, quien estaba trabajando con PNN en acuerdos de conservación en las áreas de influencia del parque Tinigua. El crimen ocurrió después de que el líder se reuniera en La Macarena con un funcionario de Cormacarena —otra autoridad ambiental de la región—.

                                                                                                                              Los funcionarios de PNN aseguran que no solo sus vidas corren peligro sino también la de los líderes ambientales de la zona que son constantemente amenazados y se ven obligados a salir del territorio por seguridad. Por esta razón, los acuerdos de conservación y las mesas de concertación avanzan y retroceden todo el tiempo, pues el asesinato de los líderes o su salida de los territorios hacen que los procesos tengan que empezar desde cero y en medio de un clima de inseguridad.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Los funcionarios de PNN viven con angustia, ansiedad y preocupación, por eso ninguno revela su nombre. “Cuando salgo, a veces tengo dificultades en mis procesos de relacionamiento, mi vida social y familiar no es la misma. Y a veces cuando vienen compañeros de otros parques que no tienen esas amenazas es muy diferente su manera de relacionarse con el entorno”, asegura una de las guardaparques.

                                                                                                                              La ganadería ilegal es uno de los principales problemas dentro de Tinigua.Foto: María Jimena Neira Niño.Ganadería: el gran motor de deforestaciónHabitantes del parque Tinigua, investigadores, organizaciones y entidades de control reconocen a la ganadería como uno de los grandes problemas asociados a la deforestación. Una de las razones es que la agricultura es muy difícil en la zona —además de la dificultad de sacar los productos porque no hay infraestructura vial— y que el suelo no es productivo. “Estos terrenos son estériles, esta parte de la cordillera no produce sino pastico y parte de café, pero acá no dura. La gente se dedicó a la lechería”, dice Ismael Garzón Gutiérrez, representante de la Asociación Campesina Ambiental de Uribe, Meta (Acatamu).
                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              La pobreza de estos suelos se debe, según Jenny Santander, investigadora del OCA, a que “la selva amazónica es un ecosistema con unos procesos tan rápidos de transformación que por eso se dice que son pobres, es un metabolismo muy enérgico. Son pobres desde el punto de vista de las actividades humanas”. Con esto también concuerda Juan Manuel Rengifo, quien dice que “los suelos no son buenos, no tienen muchos nutrientes y dependen un poco de la hojarasca y de la materia orgánica que viene de esa vegetación natural y que forma un colchón encima de esas tierras”.

                                                                                                                              La productividad de las tierras en el Tinigua, según los investigadores del OCA, puede durar entre 7 y 10 años, luego empiezan a disminuir los niveles de producción. Lo que sucede después es un círculo vicioso perverso para la Amazonia. La respuesta a esta problemática en muchos casos ha sido talar más selva y sembrar pasto para ganadería en las áreas deforestadas que ya se aprovecharon.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              A diferencia de la ganadería que se desarrolla en otros parques, según Rodrigo Botero, director de la Fundación para la Conservación y el Desarrollo Sostenible (FCDS), lo que existe en el Tinigua es “una ganadería más intensiva, doble propósito y con un nivel de tecnificación importante, que incluso es atendida por los cuartos fríos de las lecheras que compran grandes cantidades de leche en ese territorio”.

                                                                                                                              Este último punto es crítico para Julia Miranda, directora de PNN. Dice que es necesario “que haya una responsabilidad de una industria y un empresariado que son pujantes e importantes para la economía del país y que, precisamente, deben dar ejemplo y no aceptar leche y carne que vengan de áreas protegidas”.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Organizaciones como la Asociación Campesina Ambiental Losada Guayabero,  ASCAL-G y Acatamu denuncian que en los operativos en los que se decomisa ganado y se busca atacar la deforestación, terminan afectando a los campesinos que están en el territorio y que muchas veces ni siquiera son los dueños de las vacas. PNN ha pedido a la Fiscalía que indique quiénes son los dueños de este ganado, pero los intereses económicos que hay detrás son tan fuertes que encontrar sus nombres o divulgarlos sería una sentencia de muerte.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              José Garzón, vicepresidente de ASCAL-G, le explicó a Mongabay Latam y Rutas del Conflicto que los campesinos que tienen ganado propio suelen tener pocas cabezas. Lo que ocurre normalmente es que una persona con capital económico pone el ganado y el campesino la manutención, y al final se reparten las ganancias por mitades. “Al campesino siempre le termina tocando lo más duro, porque lo más pesado es la alimentación, los medicamentos y al final es el que termina poniendo la cara si pasa algo”, dice Garzón.

                                                                                                                              El problema se vuelve más grande ya que, según PNN, durante los últimos años se han iniciado nuevas etapas de colonización. “Parque Tinigua es el que más afectación ha tenido en los últimos dos años, en donde, básicamente, por información que hemos tenido de las mismas comunidades, hay alrededor de 550 familias nuevas que ingresaron en el año 2018”, indica Julia Miranda, directora de la entidad.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              Miranda asegura que muchas familias han sido puestas ahí por grupos armados, quienes “abren territorios y dan órdenes de deforestación, y ahí es donde llegan familias para que cuiden el ganado, para que cultiven coca”.

                                                                                                                              Las diferentes fuentes consultadas para este reportaje aseguraron que el precio por tumbar una hectárea de bosque, en promedio, es de 500 000 pesos (aproximadamente 150 dólares) y que hay talas que llegan a ser de cientos de hectáreas y son ordenadas por una sola persona.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              “Son lotes donde, por ejemplo, unas 10 motosierras operadas por hasta 20 personas están tumbando. Las ‘tumbas’ son de 300 hectáreas y luego a eso le meten candela [fuego], eso se tiene que hacer cuando está entrando el verano para que se seque y se pueda quemar”, comenta Alirio Aranda, campesino que habita al interior del parque Tinigua.

                                                                                                                              Las comunidades denuncian que los mayores deforestadores del territorio son personas que tienen grandes recursos económicos, ya que una tala grande puede costar varios millones de pesos, mientras que los campesinos talan una o dos hectáreas de bosque para sus cultivos de diario vivir.

                                                                                                                              No ad for you


                                                                                                                              Conectividad en alto riesgo

                                                                                                                              La zona norte del Tinigua es la menos deforestada y la que aún mantiene la conectividad con los parques Picachos y Sierra de la Macarena. Según Rodrigo Botero, la conservación de esta área está atada a la estrategia desplegada durante el  conflicto armado. “Esto fue una decisión militar de las FARC. No es que ahí no haya habido una colonización espontánea. Ahí había un corredor armado que funcionaba así y por eso se mantuvo sin tocarse”.

                                                                                                                              Ciro Galindo, quien trabajó como guardaparques en Tinigua en 1996, recuerda que no tenían problema con las Farc para realizar su labor. “La guerrilla se identificaba mucho con la conservación, claro que ellos lo hacían con el objetivo de que, si en algún momento tenían una represión, tenían de dónde echar mano”, afirma. El bosque le servía de escudo a la guerrilla, era su protección y escondite ante cualquier ataque armado.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              El temor por lo que iba a pasar con la selva llegó después de la salida de la guerrilla del territorio. “Quién sabe qué pase ahora cuando hay nuevos actores armados. Si van a preservar ese corredor armado o no”, comenta Botero y añade que la importancia de la conectividad de Tinigua con los Parques Macarena y Picachos se basa en que la biodiversidad de Colombia está ligada al movimiento de especies entre los diferentes ecosistemas.

                                                                                                                              “Los Parques Nacionales y en general todas las áreas protegidas no pueden quedar como islas en un territorio, para que sean funcionales necesitan estar debidamente conectadas”, dice Julia Miranda, directora de PNN. Este elemento permite, por ejemplo, la movilización de los grandes felinos como el jaguar. “Si no hay conexión, los bosques se empiezan a deteriorar y a perder biodiversidad”, asegura.

                                                                                                                              No ad for you

                                                                                                                              La deforestación no es un tema nuevo, pero ha ido aumentando con la salida de las Farc del territorio. La incertidumbre gira en cómo se preservará la selva ahora que nuevos grupos armados están ingresando al área protegida, dada la poca presencia estatal. Las amenazas contra funcionarios de PNN, líderes ambientales y trabajadores de Cormacarena ha dificultado el trabajo en Tinigua. Si no se toman medidas verdaderamente efectivas este parque podría desaparecer, afectando la conexión entre ecosistemas amazónicos, andinos y orinocenses. Si eso ocurre sería una verdadera catástrofe ambiental.

                                                                                                                              Por Santiago Luque Pérez / Rutas del Conflicto - Mongabay Latam

                                                                                                                              Ver todas las noticias
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Read more!
                                                                                                                              Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta política.
                                                                                                                              Aceptar