Plantas estarían evolucionando para tener menos sexo ante la pérdida de polinizadores

Un nuevo estudio reveló que algunas plantas estarían optando por autofecundarse ante la disminución de las poblaciones de abejas y otros polinizadores.

05 de enero de 2024 - 05:45 p. m.
Existe la preocupación de que esta tendencia en el mundo de las plantas afecté también a los polinizadores que dependen del néctar que estas producen, lo que podría significar una espiral negativa para ambos.
Existe la preocupación de que esta tendencia en el mundo de las plantas afecté también a los polinizadores que dependen del néctar que estas producen, lo que podría significar una espiral negativa para ambos.
Foto: Pixabay

Hace algunas semanas se conoció un estudio que revela una preocupante situación en el mundo de las plantas. Según advierten un grupo de investigadores franceses, estas estarían teniendo menos sexo a causa de los dramáticos cambios en los ecosistemas del planeta.

Cada año millones de plantas se reproducen en el planeta con la ayuda de las abejas y de otros animales, los cuales, seducidos por los colores y el néctar de los individuos vegetales, van de planta en planta realizando el conocido proceso de la polinización. No obstante, a medida que el uso de pesticidas y la desaparición de hábitats reduce las poblaciones de polinizadores, algunas plantas han tenido que recurrir a otro tipo de trucos biológicos para asegurar su supervivencia.

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Al parecer, algunas plantas estarían evolucionando para fertilizar sus propias semillas, en lugar de aquellas de otras plantas. El grupo de científicos asegura estar sorprendido por la velocidad de los cambios, que habría ocurrido en apenas 20 generaciones.

“Es una evolución rápida”, contó Pierre-Olivier Cheptou, ecólogo evolutivo de la Universidad de Montpellier (Francia) que dirigió la investigación, al New York Times.

Pero, ¿cómo descubrieron los científicos que este proceso se está registrando en la naturaleza? El estudio, desarrollado en París (Francia), se enfocó en una población de plantas herbáceas conocidas como Pensamiento Campestre (Viola arvensis), que son comunes en Europa. Este tipo de plantas, que suele reproducirse con la ayuda de abejorros, también tiene la posibilidad de utilizar su propio polen para fertilizar sus semillas, en un proceso llamado como autopolinizacion. Por esta razón, son perfectas para conocerse esta evolución.

Para hacer esto, los investigadores utilizaron semillas de los Conservatorios Botánicos Nacionales de Francia que contienen muestras de este tipo de plantas recolectadas entre la década de los noventa y el principio de los años 2000. Los científicos compararon los viejos especímenes con los nuevos, haciendo crecer las plantas lado a lado en un laboratorio, y se descubrió que la autofecundación de estas aumentó en un 27 % desde 1990.

Aunque pueda parecer como una solución práctica ante los problemas que enfrentan los ecosistemas, los científicos advierten que este tipo de reproducción significa una menor diversidad genética para la especie, debido a que las flores no mezclan su ADN con otros individuos, generando nuevas combinaciones que los prepararían mejor para enfrentar enfermedades, sequías y oros retos del ambiente.

Además de esto, a pesar de que la anatomía en general de la planta no ha cambiado en los últimos años, se encontró que las flores de estas eran 10 % más pequeñas y estas producían 20 % menos néctar.

“Demostramos la rápida evolución de un síndrome de autoapareamiento en las poblaciones de plantas estudiadas, asociado a un debilitamiento de las interacciones con los polinizadores en las últimas tres décadas. Este estudio demuestra que los sistemas de apareamiento de las plantas pueden evolucionar rápidamente ante los continuos cambios ambientales”, indican los autores del estudio. “La rápida evolución hacia este síndrome puede acelerar aún más el declive de los polinizadores, en un bucle de retroalimentación eco-evolutiva con implicaciones más amplias para los ecosistemas naturales.”

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Existe la preocupación de que esta tendencia en el mundo de las plantas afecté también a los polinizadores que dependen del néctar que estas producen, lo que podría significar una espiral negativa para ambos.

Aún existen algunas preguntas por resolverse. Algunos estudios demuestran, por ejemplo, que el cambio en los ecosistemas estaría causando que las flores crezcan más para atraer más polinizadores. Lo que es claro es que las flores se estarían adaptando para asegurar su supervivencia.

“Las plantas pueden invertir en la autofecundación, o podrían invertir en atraer a los polinizadores”, explicó Sasha Bishop al New York Times. “Ambos resultados son perfectamente razonables”.

“Urge investigar si estos resultados son sintomáticos de un patrón más extendido entre las angiospermas y sus polinizadores y, en caso afirmativo, comprender si existe la posibilidad de invertir este proceso y romper este bucle de retroalimentación”, concluyen los autores del estudio.

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