Hace unos días, el Departamento de Conservación de Missouri, un estado ubicado en la parte centro oriental de Estados Unidos, publicó un comunicado haciendo una petición a los pescadores: “Deben matar a los individuos del pez cabeza de serpiente del norte”.
La razón era muy sencilla: este pez, cuyo nombre científico es Channa argus, se está convirtiendo en un serio problema. Es una especie invasora que es una de las amenazas más recientes que tiene el estado, señalaba Angela Sokolowski, ecóloga de esa entidad.
“El pez cabeza de serpiente del norte es altamente invasivo y podría reducir las poblaciones de este pez deportivo que los habitantes de Missouri adoran pescar”, advertía.
Este pez, que es de cuerpo alargado y tiene una cabeza parecida a la de una serpiente, empezó a ser visto en Missouri en 2019 y, desde entonces, ha prendido las alarmas de las autoridades, pues no es nativo y está afectando la fauna local. Además, tiene una particularidad: puede vivir varios días fuera del agua, si su piel se mantiene húmeda.
“Si atrapan un pez cabeza de serpiente, no lo suelten”, añadía la especialista en el comunicado del Departamento de Conservación de Missouri. La otra opción que recomendaban era matarlo, quitándole la cabeza, o poniéndole en una bolsa de plástico sellada.
Pero las inquietudes en torno a este pez, no son nuevas. Según el Servicio Geológico de Estados Unidos, los peces cabeza de serpiente empezaron a generar preocupación hace unas dos décadas, cuando un par de pescadores capturaron un ejemplar en un estanque en Maryland y, posteriormente, fue visto en el río Potomac, en Maryland y Virginia.
Es posible, dice, que algunos ciudadanos hayan liberado ejemplares en cuerpos de agua o, incluso, hayan intentado su reproducción para tener una fuente de alimento.
Aunque ahora está prohibida su venta y comercialización, antes del 2002 se podía encontrar en algunas tiendas de mascotas. Ahora hace parte de las especies nocivas para la fauna silvestre, explica el Servicio Geológico.
“Durante todas sus etapas de vida, los peces cabeza de serpiente compiten con las especies nativas por alimento y hábitat. Una preocupación importante es que los peces cabeza de serpiente podrían competir (y eventualmente desplazar) con importantes peces depredadores nativos u otros peces depredadores establecidos que comparten el mismo hábitat. De adultos, los peces cabeza de serpiente pueden ser depredadores voraces”, se lee en la página de esa entidad.
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