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La idea de crear el fondo nació en la Cumbre de Copenhague (2009) y se materializó dos años después en Durban (2011), con el objetivo de movilizar 2.500 millones anuales hasta 2020.
El dinero recaudado llega sólo al 42% de las contribuciones prometidas por los países para esta fecha, anunció ayer Naciones Unidas.
Dos de los países que anunciaron las mayores sumas, Estados Unidos (US$3.000 millones) y Japón (US$1.500 millones), no cumplieron en la fecha prevista para transferir esos fondos, mientras otras naciones sí realizaban sus aportes: Alemania (US$1.500 millones), Austria, Bélgica, Chile, República Checa, Dinamarca, Francia, Islandia, Letonia, Liechtenstein, Luxemburgo, Países Bajos, Nueva Zelanda, Noruega, Panamá, Polonia, Suecia, Suiza y el Reino Unido (US$1.000 millones).
El incumplimiento provocó el malestar de organizaciones ambientalistas como Amigos de la Tierra, en España, cuyo portavoz de cambio climático, Alejandro González, denunció “la falta de compromiso de los países” a pocos meses de la Cumbre de París, donde se prevé adoptar un acuerdo de lucha contra el cambio climático.
“Ningún país vulnerable puede realizar un cambio de modelo energético o enfrentarse a las consecuencias del cambio climático sin los fondos indispensables”, dijo González, quien recordó que se trata de fondos vitales para “lidiar con eventos meteorológicos extremos, crisis de salud pública o crisis alimentarias exacerbadas por las sequías”.