Las negociaciones sobre el clima auspiciadas por la ONU comienzan este lunes en Alemania, con el presidente emiratí de la próxima COP28 en Dubai, Sultán al-Jaber, en la mira de expertos y políticos que dudan de su independencia con respecto a los combustibles fósiles (Lea también: Los vacíos de la matrícula cero para personas trans y no binarias en Medellín).
La designación de Sultán al-Jaber, presidente de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi (ADNOC por sus siglas en inglés) de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), despertó duras críticas de los defensoras del medio ambiente (No se pierda: Incendios en Canadá ya han arrasado con 2,7 millones de héctareas de bosque).
Recientemente, un centenar de legisladores de Estados Unidos y diputados del Parlamento Europeo pidieron su salida del cargo.
Consultado por AFP en abril, Jaber su defendió al recordar que también es fundador de Masdar, una compañía emiratí especializada en energías renovables.
Pero los negociadores estadounidense y europeo para el clima, John Kerry y Frans Timmermans, defendieron su nombramiento.
Kerry se reunió el fin de semana en Abu Dabi con autoridades emiratíes, incluido Jaber.
El jefe de ADNOC ha insistido recientemente en la importancia de las energías fósiles para la economía mundial.
Antes de llamar a una salida del petróleo y el gas como lo desean muchos negociadores, él ha preferido hablar de eliminar “las emisiones” de las energías fósiles, abriendo el camino a su continuación con diversas técnicas, aún embrionarias, para captar las emisiones.
“Ambición”
“Esta presidencia debe mostrar rápidamente cuál es su ambición: acelerar las renovables es parte de ella, pero no será suficiente para esta COP”, señaló Laurence Tubiana, arquitecta de los acuerdos de París de 205 y presidenta de la Fundación Europea del Clima.
“Ahora es más crítico que nunca reconocer que la era de los combustibles fósiles está llegando a su fin”, afirmó.
La conferencia de Bonn sobre el cambio climático, organizada cada año por la ONU entre dos COP durante dos semanas, será la ocasión para que el presidente de la COP28 disipe las dudas de quienes lo cuestionan.
La conferencia deberá también permitir avances técnicos en temas como la financiación concreta de “pérdidas y daños” y los 100.000 millones de dólares anuales prometidos a los países pobres para ayudarles a adaptarse al cambio climático y realizar la transición energética.
Los observadores esperan también informaciones sobre el próximo “balance mundial”, previsto en septiembre, que cuantificará los esfuerzos de los países tras el Acuerdo de París.
El acuerdo pretende mantener el aumento de la temperatura media mundial “muy por debajo de 2ºC con respecto a los niveles preindustriales y continuar los esfuerzos “para limitar el aumento de la temperatura a 1,5ºC”, lo que parece cada vez más difícil.
Pero deja en manos de cada país la fijación de sus propias metas para alcanzar esos resultados.
“Culpable”
“Los combustibles fósiles son ciertamente el principal culpable”, dijo a AFP Samuelu Laloniu, representante de Tuvalu que, como otros pequeños Estados insulares amenazados con la sumersión, está decidido a combatir el petróleo, el gas y el carbón.
Tuvalu y Vanuatu reclaman también la adopción de un “tratado de no proliferación” de los combustibles fósiles.
Los países industrializados del G7 se comprometieron recientemente a “acelerar” su salida de los combustibles fósiles pero sin fijar un nuevo plazo, y solamente para aquellos que no cuentan con sistemas de captura y almacenamiento de CO2, técnicas que distan mucho de estar disponibles a gran escala, pero que son elogiadas por los países petroleros.
Los llamados de la Agencia Internacional de Energía (AIE) a acelerar la inversión en energías renovables han sido bien recibidos por muchos gobiernos.
El propio Jaber abogó por triplicar la capacidad de las energías renovables de aquí a 2030, durante un discurso pronunciado en mayo en Petersberg, Alemania.
Impulsadas por las crisis energética y climática, las inversiones en las tecnologías descarbonizadas (renovables, nuclear, baterías, etc.) deberían alcanzar 1,7 billones de dólares en 2023, según la AIE. Pero alrededor de 1 billón de dólares seguirán yendo a petróleo, gas y carbón.
EAU, un importante productor de petróleo, presume de sus inversiones en las renovables.
Pero si el país finalmente deja de utilizar su petróleo para sí mismo, eso no significa que dejará de producirlo para exportar, aclaró Karim El Gendy, del centro de estudios Chatham House.
Emiratos puede “estar inclinado a repetir, por ejemplo, que el mundo necesitará petróleo simplemente porque necesitan conservar clientes”, señaló.