El pasado lunes, 19 de agosto, el yate de lujo “Bayesian”, del magnate británico Mike Lynch, empresario de tecnología, naufragó frente a la costa de Sicilia, en el sur de Italia. El hecho dejó, hasta el momento, seis personas fallecidas, entre ellas el empresario, y una desaparecida.
15 personas más lograron sobrevivir gracias al capitán de la embarcación que estaba al lado del bote de Lynch. Según relató el marinero del otro yate, estaba teniendo dificultades para mantener estable su propio barco cuando se giró y vio que el yate había desaparecido. Por esto brindó primeros auxilios a varios heridos graves y a una bebé de un año, a quienes rescató y trasladó de manera segura hasta tierra firme.
De acuerdo con los reportes de las autoridades locales, durante la madrugada del lunes, se registró una fuerte tormenta que afectó el yate de lujo. Entre las diferentes hipótesis que se manejan de lo que pudo haber provocado su hundimiento están las trombas marinas, formaciones muy similares a los tornados, que solo ocurren sobre la superficie del mar.
Los testigos del naufragio afirman que vieron formaciones de trombas marinas durante la tormenta. Estas son columnas giratorias de vientos que se despliegan desde la base de las nubes hasta la superficie del agua. Se forman en un lugar muy puntual y por lo general tienen entre uno y dos kilómetros de diámetro.
A diferencia de los tornados, lo que gira alrededor de las trombas marinas es agua pulverizada que se levanta desde la superficie del mar, y por lo general no duran mucho tiempo.
Según el Centro Internacional de Investigación de Trombas Marinas, el día que ocurrió el naufragio del yate de Lynch se registraron 18 trombas en las costas de Italia. Hace poco, ese fenómeno llamó la atención en Palm Beach, Florida, Estados Unidos, donde aparecieron dos de estas columnas durante tormentas eléctricas.
Un estudio publicado en 2022 señala que las trombas marinas son más frecuentes frente a las costas de las Islas Baleares, en el Mediterráneo, cuando la temperatura de la superficie del mar es más alta, sobre todo cuando oscila entre 22 y 25 °C, razón por la que es posible que se vuelvan más comunes con el cambio climático.
