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En la mayoría de los países de África, la caza furtiva de los rinocerontes ha sido contrarrestada por las autoridades mediante una fórmula muy similar: patrullas de guardabosques militarizadas, tecnologías de vigilancia avanzadas, perros rastreadores y helicópteros. Sus cuernos son altamente atractivos en el mercado negro, especialmente en China y Vietnam.
Aunque estas estrategias han requerido una gran inversión económica, no han logrado impedir que la especie siga en peligro de extinción. Recientemente, un grupo de investigadores propuso una estrategia alternativa para evitar que sigan matando ejemplares, pues, según ellos, las medidas de seguridad actuales, a pesar de haberse intensificado, han tenido menos éxito.
En los resultados de su investigación, publicados en la revista Science, los científicos explicaron que retirarles los cuernos a los rinocerontes podría reducir significativamente los niveles de caza furtiva. De acuerdo con los investigadores, esta medida generó una disminución del 78 % en los casos de caza furtiva en ocho reservas del sur de África.
Timothy Kuiper, profesor de estadística y conservación de la naturaleza en la Universidad Nelson Mandela de Puerto Elizabeth (Sudáfrica), declaró al The New York Times que “durante décadas, combatir los delitos contra la vida silvestre ha implicado capturar y arrestar a los cazadores furtivos”. Sin embargo, añadió que con este estudio el equipo buscaba plantear si estas medidas eran sostenibles y si realmente estaban generando cambios significativos.
Pero, ¿cómo le quitan los cuernos a los rinocerontes? Los investigadores anotaron en los resultados que este es un proceso que se considera indoloro, porque sedan al individuo para cortarles la parte superior del cuerno, por encima de los nervios. Sus cuernos suelen volver a crecer en unos 18 meses.
Para este estudio, el equipo se centró en el Parque Nacional Kruger, nueve reservas en Sudáfrica y una en Mozambique. Entre 2017 y 2023, en estas zonas se perdieron 1985 rinocerontes debido a la caza furtiva. En ocho de estas áreas se implementó esta medida, mientras que en las restantes no.
Esto permitió al equipo medir cómo afectaba esta intervención las tasas de caza furtiva a lo largo del tiempo. Los resultados mostraron que las tasas de caza furtiva se redujeron a más de la mitad en las zonas donde se realizó el descornado. Al año siguiente, los investigadores estimaron que entre 70 y 134 rinocerontes en las ocho reservas.
A los ojos de Kuiper, “el descornado no es una solución a largo plazo. Al final, es una medida que se puede tomar para, con suerte, ganar tiempo para el trabajo más amplio que debe realizarse”.
En el Parque Nacional Kruger, por ejemplo, más de 100 rinocerontes descornados fueron cazados entre 2022 y 2023. De acuerdo con el profesor, esto podría estar relacionado con el muñón que les quedaba o que había comenzado a crecer de nuevo.
Otras evidencias sugieren que la descornación de rinocerontes en Kruger y sus alrededores pudo haber desplazado la actividad de los cazadores furtivos hacia reservas donde no se había empleado esta estrategia.
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