Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Durante la mañana del pasado domingo 21 de julio, Paul Watson, reconocido activista medioambiental, fue arrestado en Nuuk, capital de Groenlandia, luego de llegar en un buque con 25 tripulantes. Según lo informó la fundación, que también lleva su nombre, la orden de captura fue emitida por la policía de Japón, ya que Watson es uno de los opositores más visibles contra la caza de ballenas por parte de ese país.
En 1971, Watson cofundó la organización sin ánimo de lucro Greenpeace. Más adelante, fundó la organización Sea Shepherd y, en 2022, estableció la Fundación Capitán Paul Watson (CPWF), cuyo buque insignia, el John Paul Dejoria, tiene 72 metros de longitud.
De hecho, en esa embarcación fue que Watson hizo escala en Groenlandia para reabastecerse de combustible en su rumbo hacia Paso del Noroeste. Su propósito era continuar con una operación llamada Kangei Maru, que pretendía interceptar un barco ballenero japonés recién construido.
Sin embargo, después de que Watson fue esposado, se lo llevaron a una comisaría local en la que, hasta ahora, ni tripulación y demás integrantes de la fundación han tenido manera de contactarlo. Tampoco han tenido novedades sobre su estado actual, y se desconoce si se permitirá su extradición a Japón.
Según la fundación, el arresto podría estar relacionado por una notificación roja que se emitió contra Watson por sus intervenciones públicas contra la caza de ballenas. En palabras de Locky MacLean, director de operaciones de buques de CPWF, el equipo de la fundación está conmocionado, pues “la notificación roja había desaparecido hace unos meses. Nos sorprendió porque podría significar que la habían borrado o la habían convertido en confidencial. Ahora entendemos que Japón la convirtió en confidencial para engañar a Paul y crearle una falsa sensación de seguridad. Imploramos al gobierno danés que libere al capitán Watson y no acepte esta petición con motivaciones políticas”.
En 2014, la Corte Internacional de Justicia declaró ilegal al programa de investigación ballenera antártica de Japón, también conocido como JARPA. Luego, en 2016, dicho país cesó la caza de ballenas en alta mar en la Antártida, pero continuó con dicha práctica en sus aguas territoriales. Actualmente, otros dos países en todo el mundo -Noruega e Islanda-, permiten la caza comercial en sus propias aguas.
A lo largo de su carrera, Watson ha recibido varios reconocimientos, entre ellos el Premio Genesis a la trayectoria en 1998. En el año 2000, la revista Time lo reconoció como uno de los 20 principales héroes ambientales del siglo XX. En 2002, fue incluido en el Salón de la Fama de los Derechos de los Animales de Estados Unidos en Washington DC.
🌳 📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🐝🦜
