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Reforestando en el lugar equivocado

De acuerdo con tres economistas de la Universidad de los Andes, en Colombia se está reforestando en los departamentos menos impactados por la deforestación. Mañana el país conocerá nuevas cifras y sabrá si se sigue o no arrasando con el bosque natural.

Tatiana Pardo Ibarra
11 de septiembre de 2016 - 02:00 a. m.
Mañana el Ideam presentará las nuevas cifras de deforestación en 2015. / Foto: Archivo
Mañana el Ideam presentará las nuevas cifras de deforestación en 2015. / Foto: Archivo
Foto: HERMINO RUIZ

Rodrigo Azuero, Mateo Salazar y David Zarruk, egresados de los programas de pregrado y maestría en economía de la Universidad de los Andes, comparten la pasión por las matemáticas y las nuevas herramientas tecnológicas. Hace cinco meses se unieron y crearon La Rama Ciudadana, una plataforma web desde la que quieren “contribuir al debate de políticas públicas en Colombia” con información que generalmente se encuentra extraviada en enormes bases de datos.

Después de analizar la inasistencia de los senadores y representantes a la Cámara, y de averiguar cuáles son las universidades que más investigan en Colombia, decidieron poner el ojo en uno de los mayores desafíos del país: la deforestación y las estrategias para combatirla. El año pasado, en París, Colombia se comprometió a reducir a cero la deforestación de la Amazonia para el 2020. Sin embargo, sólo en el último año, el país perdió un total de 140.356 hectáreas de bosque. Hubo un incremento del 16 % en comparación con 2013, cuando se registraron 120.934 hectáreas deforestadas.

Azuero, Salazar y Zarruk quisieron averiguar qué tan efectivo está siendo el Gobierno para detener el avance de la deforestación. Específicamente, la deforestación asociada a la tala ilegal de madera, pues existen otras causas, como la expansión de la frontera agropecuaria, los cultivos ilícitos, la minería y extracción de hidrocarburos, los incendios forestales y el desarrollo de infraestructuras que inciden en las elevadas cifras.

Para averiguarlo, cruzaron y analizaron las cifras de deforestación del Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) y las de reforestación financiadas por el Certificado de Incentivo Forestal (CIF) del año 2014 exclusivamente. El CIF, como su nombre lo indica, es un subsidio que otorga el Gobierno a los empresarios para impulsar plantaciones comerciales de árboles. Se pensó que estimulando el comercio legal de madera se lograría desestimular la tala ilegal. Pues según el Banco Mundial, el 42 % de la madera que se explota, transporta y comercializa en Colombia es ilegal.

Los autores de La Rama Ciudadana también utilizaron las imágenes satelitales de la Tierra a través de Google Earth Engine, que son enviadas por los satélites Landsat, Terra y Aqua, y las juntaron con la información procesada por Global Forest Watch para medir los indicadores de reforestación y deforestación en determinado tiempo.

El resultado sorprendió a los tres economistas. Al graficar los datos encontraron que las zonas donde más se está reforestando no tienen nada que ver con las zonas del país donde el Ideam reporta los principales focos de deforestación.

Los departamentos más impactados por la deforestación en 2014 fueron el Caquetá, Meta, Guaviare y Putumayo, en el sur del país; y en el norte, Antioquia y los Santanderes. Sin embargo, las intervenciones del CIF, en ese mismo año, se hicieron en su mayoría, y con bastante timidez, en los departamentos de Vichada, Córdoba, Magdalena y Antioquia. O sea que no se hicieron en los puntos más críticos que hay.

Por ejemplo, en Vichada, que fue el departamento donde más hectáreas deforestadas se registraron, 29.245 en total, el CIF reforestó solamente 7,4 hectáreas. Putumayo y Norte de Santander, donde se deforestaron 11.106 y 8.283 hectáreas, respectivamente, no tuvieron ni una sola hectárea reforestada dentro del CIF.

“Al cruzar ambas cifras nos damos cuenta de que si se siembra en zonas alejadas de los puntos más impactados del país, muy seguramente ahí se seguirá deforestando, entonces no ayudará a disminuir la tala de bosque natural de una manera significativa”.

Roberto León Gómez, subdirector de la Fundación Natura, no está de acuerdo con la conclusión a la que llegan los tres economistas. Dice que “el CIF no está pensado para combatir la deforestación, ni para restaurar servicios ecosistémicos, tampoco tiene un enfoque de restauración, sino de comercialización. Por esa razón no tienen que coincidir las plantaciones del CIF con las zonas más afectadas del país. En cambio, sí se tienen que tener en cuenta otros factores, como que sean áreas con facilidad de acceso y cercanas a los mercados”.

Hay que recalcar que el país ya ha puesto en marcha algunos programas contemplados en el Plan Nacional de Restauración, el Plan Nacional de Desarrollo, la Estrategia Nacional REDD+ e incluso un CIF que sí tenía un enfoque de reforestación, pero al que nunca se le invirtió un solo peso.

Para Éderson Cabrera, coordinador del sistema de monitoreo de bosques en el Ideam, la única manera de disminuir la deforestación es conservando el bosque natural, incentivando el pago por servicios ambientales y haciendo un aprovechamiento sostenible de las especies nativas con valor comercial, que además son las más costosas.

“El 70 % de las tierras tienen vocación de uso forestal, por eso más del 52 % del país está cubierto por bosques naturales. Sin embargo, la reforestación, que se hace sobre todo en la región Andina y el Caribe porque ahí se adaptan mejor las especies introducidas, se realiza con especies exóticas como eucaliptos, pinos y ciprés, y no con las nativas, porque tenemos una brecha de conocimiento muy grande”.

Por Tatiana Pardo Ibarra

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