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Los trabajos al aire libre, como los asociados a la agricultura o a la extracción de minerales a cielo abierto, está representando cada vez más riesgo para la salud de las personas.
Así lo advierte un estudio publicado ayer por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización Meteorológica Mundial (OMM). “Los organismos de la ONU subrayaron que el aumento de las temperaturas, impulsado por el cambio climático, pone en riesgo la vida, la salud y el bienestar de millones de trabajadores, especialmente en sectores como la agricultura, la construcción y la pesca", indicó la Agencia de Noticias de la ONU en un comunicado.
Es importante recordar que, de acuerdo con la OMM, el 2024 fue el año más caluroso registrado desde 1880. Además, fue el primero en superar una temperatura promedio superior en 1,5 °C a las de la era preindustrial. Estos registros podrían romperse también en los próximos años.
De acuerdo con esas organizaciones, hay varios problemas que se ocasionan con el aumento de temperaturas. “Entre los efectos más peligrosos se encuentran golpes de calor, deshidratación, disfunción renal y trastornos neurológicos, condiciones que pueden ser graves o incluso mortales si no se detectan y tratan a tiempo", indicó la ONU.
Esta es una situación a la que están expuestas 2.400 millones de personas en el mundo. Uno de los indicadores más graves son los 22,8 millones de lesiones laborales que se presentan al año y que están relacionadas con el calor extremo.
El calor extremo también genera problemas económicos
Los impactos no los sufre solamente la salud de los trabajadores, de acuerdo con el informe. Sumado a esto, cada grado de temperatura que aumenta también está generando una disminución en la productividad de sus trabajos.
Por encima de los 20 °C, cada grado de temperatura más representaría una disminución de entre el 2 y el 3 % en la productividad laboral. “Esta relación entre el aumento de temperatura y el deterioro de la salud laboral representa un doble desafío para los países, especialmente aquellos en desarrollo, donde muchos empleos se realizan al aire libre y con poca protección”, dijo la ONU.
El informe plantea algunas alternativas que apuntan a mitigar esta problemática, por medio de acciones en las que se involucran los gobiernos, las empresas y los trabajadores.
Según la ONU, estas son algunas de las recomendaciones:
- Diseñar políticas de salud laboral específicas adaptadas a condiciones climáticas locales y características del trabajo
- Educar y capacitar a profesionales de la salud, empleadores y trabajadores para reconocer y tratar los síntomas del estrés térmico, que a menudo se confunden con otros problemas de salud
- Involucrar a gobiernos, trabajadores, sindicatos, empleadores y expertos en salud pública en la creación de estrategias locales eficaces y sostenibles
- Fomentar la innovación mediante tecnologías que protejan la salud sin afectar la productividad
- Invertir en investigación para evaluar y mejorar las medidas de protección en el entorno laboral.
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