
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Hace una semana, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, emitió una nueva orden ejecutiva que ha generado preocupación entre ambientalistas y científicos de ese país.
Se trata de la orden para la ‘Expansión inmediata de la producción maderera estadounidense’, emitida a inicios de este mes y que busca ampliar la tala de árboles a 113 millones de hectáreas de bosques en Estados Unidos.
De acuerdo con Trump, “Estados Unidos cuenta con abundantes recursos madereros más que suficientes para satisfacer nuestras necesidades de producción nacional de madera”. Sin embargo, políticas federales “de mano dura” han impedido que se utilicen esos recursos y les han hecho dependientes de productos extranjeros.
En ese sentido, la orden busca que se reviertan esas políticas y que se aumente la producción nacional de madera “para proteger nuestra seguridad nacional y económica”.
El problema, según le dijeron varios investigadores y ambientalistas estadounidenses al diario británico The Guardian, es que la orden ejecutiva permite que los funcionarios puedan eludir la Ley de Especies en Peligro de EE. UU., lo que pondría en riesgo a cientos de especies de animales.
Por ejemplo, Chad Hanson, científico de incendios forestales en el Proyecto John Muir, que investiga sobre ecología forestal, le dijo a The Guardian que esta orden ejecutiva “es el intento más descarado en la historia de Estados Unidos por parte de un presidente de entregar las tierras públicas federales a la industria maderera”.
Una opinión similar le manifestó al diario británico el director de política de tierras públicas del Centro para la Diversidad Biológica, Randi Spivak: “La orden de Trump desatará las motosierras y las excavadoras en nuestros bosques federales. La tala de estos hermosos lugares aumentará el riesgo de incendios, llevará a las especies a la extinción, contaminará nuestros ríos y arroyos, y destruirá sitios de recreación de clase mundial”.
Esta no es la primera decisión controversial que Trump toma frente a los bosques de Estados Unidos. El presidente nombró a Tom Schultz como el próximo jefe del Servicio Forestal. Hasta ahora, Schultz se desempeñaba como vicepresidente de Idaho Forest Group, uno de los mayores productores de madera de ese país.
“Nombrar a un lobista corporativo para dirigir la agencia encargada de supervisar los últimos bosques antiguos que quedan en Estados Unidos deja claro que el objetivo de la administración Trump no es preservar nuestros bosques nacionales, sino venderlos a multimillonarios y contaminadores corporativos”, señaló al respecto Anna Medema, directora asociada de defensa legislativa de la organización ambientalista Sierra Club.
🌳 📄 ¿Quieres conocer las últimas noticias sobre el ambiente? Te invitamos a verlas en El Espectador. 🐝🦜