Un hongo está acabando, literalmente, con los anfibios
Expertos en ranas, sapos, tritones o salamandras acaban de publicar un estudio en el que advierten que al menos 501 especies de estos animales ha disminuido a manos de un patógeno llamado Batrachochytrium dendrobatidis. Su daño sería el más grande en la historia de la biodiversidad.
Camila Zuluaga Taborda / @camilaztabor
Una investigación publicada este jueves ha causado revuelo entre la comunidad científica. Se trata de un reporte en el que más de 40 expertos mundiales en ranas, tritones, sapos o salamandras advierten sobre un hongo que está causando "una pérdida catastrófica y continua de la biodiversidad". Ese título, nada mesurado para la discreción de la ciencia, revela que alrededor de 500 especies de estos animales se han reducido considerablemente, mientras que una cuarta parte de éstas, a la luz de los años, ha sido exterminada por un patógeno llamado Batrachochytrium dendrobatidis, en palabras más simples hongo quítrido de los anfibios. (Lea: Una epidemia devasta a las ranas)
Este letal hongo, descubierto en 1997, es el culpable del mayor daño hecho a la biodiversidad a lo largo de la historia, según los autores del informe publicado en la revista Science. Su ataque va directamente a la piel de los anfibios al impedir el intercambio de gases, su debida respuesta inmune, provocando finalmente un paro cardíaco en estos individuos en cuestión de semanas. Así es como ha extinto, se presume, 90 especies en el mundo, especialmente en los trópicos de Australia, Mesoamérica y América del Sur.
Esa es la conclusión a la que llegaron los expertos después de examinar exhaustivamente una compilación de evidencia. Una lista de reportes científicos que van desde la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza hasta consultas a científicos internacionales y literatura correspondiente al tema. Al cruzar esta información, los autores dividieron en cinco categorías las diminuciones registradas de acuerdo al grado de severidad. Todas ellas vulnerables al hongo quítrido por sus síntomas de infección y características de las especies afectadas.
El resultado de ese análisis arrojó que el patógeno "ha contribuido a la disminución de al menos 501 especies de anfibios (6,5% de las especies de anfibios descritas)", señala el estudio. Ese alcance se explica en la capacidad del hongo de infectar al organismo en que se hospeda, su poder de extenderse en una población gracias a la alta transmisión entre las especies y persistencia dentro de los individuos y en el ambiente. Se determinó que su poderío aumenta en especies de cuerpos más más grandes que habitan regiones húmedas o acuáticas.
Otra de las conclusiones a la que llega el artículo apunta a las especies que se han recuperado del hongo. Este asunto había sido identificado en anfibios de Asia, lo que había generado curiosidad puesto que el B. dendrobatidis parece ser propio de esta región del mundo. La explicación a la que llegaban los expertos era que estos individuos, tras los años, habían logrado coexistir con su enemigo. Ahora bien, el nuevo reporte indica que de las 292 especies que sobrevivieron, 60 de ellas presentan pequeños aumentos en sus poblaciones.
Distribución global de las especies de anfibios disminuidas por el B. dendrobatidis / Tomado del reporte El panzoótico fúngico anfibio causa una pérdida catastrófica y continua de la biodiversidad publicado en la revista Science.
Pero este comportamiento no es suficiente para salvarlas. Porque la probabilidad de recuperación fue menor para las especies que experimentaron disminuciones más recientes o más graves, para las especies de cuerpo grande o nocturnas", explicaron los expertos. Sus tendencias, de hecho, mostraron que la probabilidad de que una especie se recupere es menos que una entre 10. Es más, las otras especies que sirvieron para el análisis no han podido superar los bajones del que han sido víctimas.
Colombia, por ser el segundo país con más anfibios del mundo, no se salva de esta epidemia. Un estudio publicado hace dos años, en el que se muestrearon 81 sitios y 2876 anfibios, demostró que el 12 % de los animales analizados hospedaban este hongo. Estos, ubicados en 43 de las localidades estudiadas, ya tenían presencia del patógeno. Ese resultado, nada alentador en vista del panorama mundial, dictó que la temperatura y las lluvias eran el caldo de cultivo perfecto para hospedar a este invasor por excelencia.
Una investigación publicada este jueves ha causado revuelo entre la comunidad científica. Se trata de un reporte en el que más de 40 expertos mundiales en ranas, tritones, sapos o salamandras advierten sobre un hongo que está causando "una pérdida catastrófica y continua de la biodiversidad". Ese título, nada mesurado para la discreción de la ciencia, revela que alrededor de 500 especies de estos animales se han reducido considerablemente, mientras que una cuarta parte de éstas, a la luz de los años, ha sido exterminada por un patógeno llamado Batrachochytrium dendrobatidis, en palabras más simples hongo quítrido de los anfibios. (Lea: Una epidemia devasta a las ranas)
Este letal hongo, descubierto en 1997, es el culpable del mayor daño hecho a la biodiversidad a lo largo de la historia, según los autores del informe publicado en la revista Science. Su ataque va directamente a la piel de los anfibios al impedir el intercambio de gases, su debida respuesta inmune, provocando finalmente un paro cardíaco en estos individuos en cuestión de semanas. Así es como ha extinto, se presume, 90 especies en el mundo, especialmente en los trópicos de Australia, Mesoamérica y América del Sur.
Esa es la conclusión a la que llegaron los expertos después de examinar exhaustivamente una compilación de evidencia. Una lista de reportes científicos que van desde la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza hasta consultas a científicos internacionales y literatura correspondiente al tema. Al cruzar esta información, los autores dividieron en cinco categorías las diminuciones registradas de acuerdo al grado de severidad. Todas ellas vulnerables al hongo quítrido por sus síntomas de infección y características de las especies afectadas.
El resultado de ese análisis arrojó que el patógeno "ha contribuido a la disminución de al menos 501 especies de anfibios (6,5% de las especies de anfibios descritas)", señala el estudio. Ese alcance se explica en la capacidad del hongo de infectar al organismo en que se hospeda, su poder de extenderse en una población gracias a la alta transmisión entre las especies y persistencia dentro de los individuos y en el ambiente. Se determinó que su poderío aumenta en especies de cuerpos más más grandes que habitan regiones húmedas o acuáticas.
Otra de las conclusiones a la que llega el artículo apunta a las especies que se han recuperado del hongo. Este asunto había sido identificado en anfibios de Asia, lo que había generado curiosidad puesto que el B. dendrobatidis parece ser propio de esta región del mundo. La explicación a la que llegaban los expertos era que estos individuos, tras los años, habían logrado coexistir con su enemigo. Ahora bien, el nuevo reporte indica que de las 292 especies que sobrevivieron, 60 de ellas presentan pequeños aumentos en sus poblaciones.
Distribución global de las especies de anfibios disminuidas por el B. dendrobatidis / Tomado del reporte El panzoótico fúngico anfibio causa una pérdida catastrófica y continua de la biodiversidad publicado en la revista Science.
Pero este comportamiento no es suficiente para salvarlas. Porque la probabilidad de recuperación fue menor para las especies que experimentaron disminuciones más recientes o más graves, para las especies de cuerpo grande o nocturnas", explicaron los expertos. Sus tendencias, de hecho, mostraron que la probabilidad de que una especie se recupere es menos que una entre 10. Es más, las otras especies que sirvieron para el análisis no han podido superar los bajones del que han sido víctimas.
Colombia, por ser el segundo país con más anfibios del mundo, no se salva de esta epidemia. Un estudio publicado hace dos años, en el que se muestrearon 81 sitios y 2876 anfibios, demostró que el 12 % de los animales analizados hospedaban este hongo. Estos, ubicados en 43 de las localidades estudiadas, ya tenían presencia del patógeno. Ese resultado, nada alentador en vista del panorama mundial, dictó que la temperatura y las lluvias eran el caldo de cultivo perfecto para hospedar a este invasor por excelencia.