Una “selva multimedia” en Bogotá para proteger a los primates colombianos
El Planetario de Bogotá acaba de abrir un espacio que busca alertar sobre las amenazas de cuatro especies de primates en Colombia y mostrar cómo es su hábitat. El trabajo, que unió a biólogos y documentalistas, estará abierto hasta el 16 de julio.
María Camila Bonilla
Investigar primates implica no quedarse quieto. Como cuenta Nathalia Bustamante, vicepresidenta de la Asociación Primatológica Colombiana (APC), un día común de observación de estos animales comienza temprano, cuando despiertan. Los investigadores, entonces, escogen a un individuo que seguir, al que usualmente le ponen nombre, como Pepa. Entonces, empieza una jornada en donde tratan de no perder de vista al animal mientras cruza por los árboles, busca comida y se encuentra con otros individuos. En resumen, dice la primatóloga, es una experiencia con “mucha corredera”. (Lea Deforestación en la Amazonía brasileña cae 68% en abril)
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Investigar primates implica no quedarse quieto. Como cuenta Nathalia Bustamante, vicepresidenta de la Asociación Primatológica Colombiana (APC), un día común de observación de estos animales comienza temprano, cuando despiertan. Los investigadores, entonces, escogen a un individuo que seguir, al que usualmente le ponen nombre, como Pepa. Entonces, empieza una jornada en donde tratan de no perder de vista al animal mientras cruza por los árboles, busca comida y se encuentra con otros individuos. En resumen, dice la primatóloga, es una experiencia con “mucha corredera”. (Lea Deforestación en la Amazonía brasileña cae 68% en abril)
Esa experiencia es la que la Salvando Primates, un nuevo espacio interactivo en el Planetario de Bogotá, trata de ilustrar. Entre el 4 de mayo y el 16 de julio de 2023, estará abierta al público, con el objetivo de traer una “selva multimedia” a la capital, como dice Federico Pardo, biólogo, fotógrafo y documentalista colombiano que está detrás de la iniciativa. (Lea Muere la última hembra de una especie de tortuga gigante)
“La idea era poder traerle a los bogotanos estos bosques que son remotos, difíciles de acceder, para que puedan conectarse con su biodiversidad”, dijo Pardo en la inauguración. El objetivo de este espacio es que el público pueda conocer más de algunos de los primates en estado de vulnerabilidad en el país.
“Tristemente, siento que sabemos más de tigres, gorilas u orangutanes, que de churucos, marimondas, cabeciblancos y eso es, posiblemente, una de las razones por la que estamos perdiendo nuestra biodiversidad”, agregó el biólogo.
El churuco (Lagothrix lugens), tití cabeciblanco (Saguinus oedipus), tití del Caquetá (Callicebus caquetensis) y mono araña café (Ateles hybridus), también conocido como marimonda, son los cuatro protagonistas de Salvando Primates. Viven en distintas partes de Colombia, como los bosques secos del Caribe, el Magdalena Medio o la Amazonia, y se encuentran en distintos grados de peligro.
Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, el churuco está en peligro crítico de extinción, al igual que el mono araña, y se estima que en Colombia quedan menos de 500 individuos del tití del Caquetá en el piedemonte entre los Andes y la Amazonia.
Para Bustamante, de la APC, pese a que en Colombia hay una gran biodiversidad (es el tercer país de Latinoamérica con más especies), no los conocemos. Incluso, sabiendo que su rol es clave en sus hábitats: son “jardineros de los bosques”. “Comen frutos y después dispersan las semillas. Hay algunas especies que pueden andar hasta 10 kilómetros y dejan las semillas en su camino”, indica.
Con el fin de superar esos desafíos, los desarrolladores de la iniciativa del Planetario le apostaron a recrear el ambiente de un día en una selva tropical. La “selva multimedia” consiste en videos, sonidos e imágenes, visualizados en pantallas que van desde el suelo hasta el techo; las imágenes muestran desde paujiles y flores, hasta un pequeño mono colgado de la espalda de otro más grande e, incluso, un jaguar, otro animal que enfrenta varias amenazas.
La bióloga Laura Gómez, quien estuvo a cargo de la investigación, producción de campo y también realizó trabajo de cámara, explica que “la idea es hacer una selva multimedia para generar acciones tangibles de conservación y de consciencia. La ventaja es hacer esa inmersión, que te hace sentir; te hace emocionarte o sentir tristeza. Tener esa conexión más cercana con los primates es lo que a uno lo cambia”.
Otro de los aspectos resalta Salvando Primates es la amenaza principal a la que se enfrentan: la deforestación. A medida que se expande la ganadería y frontera agrícola en distintas partes del país, diferentes especies de monos se están quedando con menos hábitat natural.
Durante el proceso de grabación, el equipo, incluso, se demoró un tiempo en dar con el tití del Caquetá, la especie más amenazada de las que captaron. “Fueron como 10 días detrás de él, es como un fantasma. Todos los días se oyen allá motosierras, entonces ellos son como ratoncitos, se mueven muy rápido”, cuenta Gómez.
La pérdida de conectividad es uno de los impactos más visibles para estos animales causados por la deforestación. ¿Por qué? Como los monos se mueven por medio de los árboles, es probable que, si una parte del bosque se tala, puedan quedar aislados de otro parche de su hábitat. Esta pérdida de conectividad, eventualmente, puede dificultar la búsqueda de alimento de los animales o incluso provocar problemas de endogamia, es decir, el apareamiento entre animales relacionados genéticamente entre sí.
Reconociendo esta problemática, el otro objetivo del espacio es contribuir a la restauración de los bosques donde habitan algunas de las especies de primates más amenazadas. Por cada boleta vendida, disponibles en Tuboleta, se sembrará un árbol en estos bosques.
Este proceso se realizará a través de los aliados de conservación de la iniciativa, la Fundación Proyecto Tití, Proyecto Primates, Asociación Salvemos Selva y Conservación Internacional Colombia. Pardo reconoció que el proceso detrás del anuncio de la siembra es mucho más complejo. “Detrás de ese árbol hay años de trabajo y esfuerzo, estos aliados llevan 10, 15 o 20 años con las comunidades trabajando y estudiando las especies”, indica.
Dentro de ese proceso, por ejemplo, cada institución ha desarrollado una estrategia que funciona en los lugares particulares. Por ejemplo, la Fundación Proyecto Primates le ha apostado a dialogar y concertar con ganaderos del Magdalena Medio para sembrar corredores de árboles en el borde de los ríos. “Esto garantiza la conectividad entre parches de bosque y el flujo de especies”, comenta la primatóloga Bustamante.
La invitación de Pardo es que más gente se vincule a las acciones de restauración, pero que también se escalen los esfuerzos a nivel nacional
¿Cómo fue el proceso de grabar a los monos?
El camino de Salvando Primates inició en 2019, cuando Pardo se ganó una beca de la National Geographic Society. Aunque ya llevaba más de 10 años realizando documentales y de trabajando en temas de conservación, sintió una necesidad de generar impacto a través de un proyecto que conectara de una forma más real a los colombianos con la situación de las especies más amenazadas de primates.
En 2020, cuando buscaba una productora con conocimiento de biología, llegó Gómez. Cuenta ella que el inicio de la pandemia les descuadró el plan de trabajo, ya que varias de las zonas a las que iban a ir estaban cerradas. Finalmente, el equipo recorrió las selvas del Magdalena Medio, el piedemonte andino-amazónico, la Bota Caucana y el Putumayo durante 50 días, “persiguiendo durante días enteros a los micos para grabarlos y fotografiarlos, desde que se despertaban y se movilizaban para alimentarse e interactuar, hasta que se iban a dormir”, indicó el proyecto.
Gómez cuenta que, al inicio del proceso, eran tres los monos que querían grabar. Sin embargo, en la Bota Caucana se encontraron con el mono churuco. “Cuando supimos que también es una especie en peligro de extinción, decidimos que también fuera un protagonista de la experiencia”.
Tras cuatro años de trabajo en preproducción, producción y posproducción, el proyecto encontró como aliados al Planetario de Bogotá y al Instituto Distrital de las Artes (Idartes), con quienes ha venido trabajando en los últimos seis meses para la coproducción y montaje de la experiencia.
Pardo espera poder llevar Salvando Primates a otros lugares del país, pues la idea es poder compartir, al máximo, la situación de los monos.
“Hay científicos que se dedican 10 años a estudiar una especie y termina saliendo un artículo científico que además está en inglés. A la gente local no le llega el conocimiento ni la sensación de que uno vive. Estamos en un momento en que eso debe cambiar”, afirma Gómez. “Nos hemos dado cuenta de que la conservación no es echando a la gente de los territorios, sino haciendo trabajo directo con ellos para que se vuelvan los guardianes en vez de depredadores de las selvas”.
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