Hace casi un año, la entonces ministra de Minas y Energía, Irene Vélez, anunció durante la cuarta jornada de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático COP27 que Colombia empezaría a construir una hoja de ruta para llevar a cabo la transición energética justa.
Se esperaba, por lo que había confirmado el Gobierno, que esta hoja de ruta estaría lista en mayo de este año, pero hace unos meses se supo que se había aplazado la publicación del documento. Ahora, el Ministerio de Minas y Energía acaba de publicar cuatro documentos, una especie de capítulos de la hoja de ruta final, que están abiertos para recibir comentarios de la ciudadanía.
Los documentos son: Sistematización de Diálogos Regionales; el Diagnóstico Base para la Transición Energética Justa; los Escenarios Nacionales para la Transición Energética Justa; y el Potencial energético Subnacional.
Los documentos, anotó el Ministerio, se publicaron para garantizar la participación ciudadana, con el objetivo de recibir observaciones y comentarios. Entre el 1 de agosto y el miércoles 16 de agosto, se recibirán observaciones, comentarios y propuestas. (También puede leer: “La minería no se acabará en este Gobierno, solo cambiaremos cómo hacerla”: director ANM)
Estas se deberán diligenciar por medio de este formulario de comentarios. Hasta febrero del próximo año (aproximadamente), el Gobierno continuará publicando otros documentos que harán parte de la hoja de ruta oficial. El Minminas estima que este documento estará listo en febrero de 2024, casi un año después de lo que se había anunciado inicialmente.
En los documentos preliminares, se establecerán los lineamientos y mecanismos requeridos por el sector energético para cumplir los compromisos internacionales del país de reducción de las emisiones de gases asociados al cambio climático y se incorporarán lineamientos étnicos, territoriales y de género desde los cuales gestionar la hoja de ruta de manera diferenciada para las regiones.
También, se propondrán las políticas públicas necesarias para implementar la transición energética en el país, teniendo en cuenta habilitadores regulatorios, programas y proyectos estratégicos.
¿Qué ha dicho el Gobierno sobre la Transición Energética?
Desde hace un año, el Gobierno ha reiterado que sus principios para la transición energética son: la equidad y democratización; gradualidad, soberanía y confiabilidad; participación social vinculante; y ser intensiva en conocimiento.
Dentro del documento de diagnóstico base, se indica que “aunque la gran mayoría de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) en Colombia no proviene del sector minas y energía, este sector sí juega un papel clave no solo para cumplir las metas de descarbonización nacionales, sino para preparar al país ante los impactos provocados por los procesos de descarbonización de otros países”.
En ese sentido, se debe idear cómo preparar a la economía colombiana para la reducción de compra de carbón exportado, la baja en los precios internacionales del petróleo y “las incertidumbres del abastecimiento energético”, que se pueden presentar a nivel mundial mientras que el mundo se descarboniza. (Le puede interesar: Lo que no contó el Gobierno sobre el parque eólico que “le dio” a las comunidades wayuu)
La propuesta del Gobierno con relación a la transición se enfoca en pasar de una economía extractivista a una más productiva, “teniendo en cuenta que la matriz energética nacional debe tener al final del ejercicio, mayor diversidad a partir de la incorporación significativa de energías limpias, que permitan reducir los gases de efecto invernadero”, anota uno de los documentos.
Específicamente, con respecto a combustibles fósiles como el carbón, uno de los documentos apunta que es probable que el carbón térmico, como el del Cerrejón y Prodeco, y que Colombia exporta, sea vulnerable a los procesos de descarbonización en países europeos. Esto, sumando a que las energías renovables lo remplazarían en consumo interno, hace que el Gobierno recomiende “preparar las políticas de transición justa de manera que esa situación no genere traumatismos”.
Otro de los documentos que publicó el Minminas para comentarios presenta tres escenarios posibles para la transición energética justa en el país. Si el país se quedara con sus políticas y tendencias actuales, el documento anota que no tendría un desarrollo compatible ”ni con las metas de descarbonización que requiere una acción climática efectiva en tiempo de crisis climática, ni con las necesidades de empleo, actividad económica y bienestar”.
Por otra parte, si el país se adhiere a un escenario para cumplir los compromisos que adquirió en la COP26, se enfocaría únicamente en reducir emisiones, sin tener en cuenta la capacidad de transformación actual, la generación de alternativas laborales y el desarrollo territorial.
Por eso, el Gobierno se centró en otro escenario, intermedio, en el que el país " pasaría de ser un país que exporta la mayoría de los energéticos que extrae y que por eso es considero extractivista, a ser un país que usa su energía para el bienestar y la producción local”.
Hasta 2030, el país triplicaría su capacidad de generación eléctrica, casi exclusivamente con energías renovables. La electricidad predominantemente renovable es “la puerta del futuro” que daría paso a una transición energética justa, basada en procesos de reconversión laboral con empleos verdes, por ejemplo.
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