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1933. Alemania. El anhelo de que familias de la clase trabajadora tuvieran su primer automóvil fue el inicio de la marca Volkswagen, que en alemán significa auto del pueblo. Ferdinand Porsche, ingeniero mecánico y fundador de Porshce AG, fue el elegido para diseñar un vehículo que pudiera transportar a dos pasajeros adultos y tres niños a una velocidad de 100 kilómetros por hora.
Tras varios años de desarrollo nació en 1937 el kdf wagen, después conocido como el Volkswagen Escarabajo, uno de los automóviles más emblemáticos de la historia. En la década de los 40, durante la Segunda Guerra Mundial, la producción de este vehículo fue detenida. Volkswagen tuvo que concentrarse en la producción de carros para el Ejército Nacional Socialista.
Concluida la guerra, todo indicaba que la fábrica sería desmantelada y la marca moriría. Pero un importante oficial británico, Ivan Hirst, detuvo estos planes alegando su potencial para el Reino Unido. En 1945 se reabrió la planta de Volkswagen, se reanudó la producción en masa del escarabajo y comenzaron las exportaciones a Norte y Suramérica.
Si bien el escarabajo se convirtió en el automóvil más producido, sobrepasando al mítico Ford modelo T, en la década de los 70 se registró una importante reducción en sus ventas. El mercado demandaba un cambio y durante los siguientes años la compañía respondió con la introducción de nuevos e innovadores diseños.
Nacieron el icónico Volkswagen Golf, Golf GTI, Polo, Passat y Scirocco, que le dieron otro aire y elevaron las ventas de la compañía. Tras la adquisición de Auto Union (Audi), SEAT y Skoda nació el Grupo Volkswagen (Volkswagen AG), que hoy es propietario de Bentley, Bugatti, Ducati, Porshce y Lamborghini. Bajo estas reconocidas marcas, se ha convertido en el fabricante automotor más grande del mundo.
En 2016, uno de cada cuatro vehículos vendidos en Europa fue producido por el grupo; se comercializaron más de 10 millones de unidades, producidas en más de 60 fábricas en diferentes países, consolidándose como líder en el mercado automotor.
En Wolfsburgo, sede principal de Volkswagen, más del 60 % de la fuerza laboral de la ciudad trabaja en la planta de la marca. Para ellos, el nombre Volkswagen es motivo de orgullo. Y para el resto del mundo la marca no representa sólo a un fabricante. Es sinónimo de progreso, autonomía y libertad.
Durante ocho décadas Volkswagen se ha mantenido fiel a sus raíces y bajo diferentes modelos ha cumplido la misión con la que nació: ser el vehículo de todos.