Pocos eslóganes son tan acertados con la realidad como el que usó Chevrolet para presentar la nueva Captiva. “All New” (toda nueva, en inglés) dicen las piezas publicitarias de la marca, que anuncian la llegada a Colombia de un auto que parece “heredar” del modelo anterior no mucho más que su nombre.
Es fabricado en China, donde se comercializa con el nombre de Baojun 530. Es fruto de la alianza SAIC-GM (entre la firma norteamericana General Motors y la asiática Saic Motor), posiblemente el motivo por el cual la nueva Captiva, a pesar de llevar el logo de Chevrolet, difiere estéticamente de la mayoría de los productos de la marca.
Tiene un exterior robusto (altura de 1,7 m, ancho de 1,8 y largo de 4,6 m), con detalles que le dan un aire aventurero y deportivo. Líneas oscuras en el marco anterior generan esa impresión de techo flotante y las barras plateadas sobre el mismo insinúan la posibilidad de agregar carga, lo que no es posible, pues son un agregado estético.
Espacio y más espacio
Amplitud, esa es la primera sensación que entrega este SUV. En especial en la segunda línea, un deleite de quienes priman el espacio sobre todas las cosas, pues permite ubicar a dos personas de 1,85 metros de forma cómoda. Vale la pena decirlo, en una industria en donde la quinta plaza, esa entre los pasajeros que se encuentran detrás del piloto y copiloto, parece una utopía, la Captiva sobresale por cumplir esta premisa, soportada por la ausencia del típico túnel de transmisión que limita este espacio.
La misma suerte no la corren quienes desean sentarse en los dos puestos de la tercera línea. Este es un espacio realmente más reducido, probablemente diseñado para niños o personas de poca estatura, quienes encontrarán dos entradas USB y salidas de aire acondicionado, uno de los puntos a favor de estas plazas.
El baúl sigue la línea de otros modelos en este rubro. Abatiendo la tercera plaza, alcanza una capacidad de 429 litros, según las especificaciones técnicas entregadas por la marca. Algo similar a modelos con dimensiones igualmente parecidas (491 L para la Kia Sportage y 410 para la Jeep Compass, por ejemplo). Cuando se hace lo mismo con la tercera, se alcanza una cifra de 1.950 L.
En marcha
Después de oprimir el botón de encendido aparece en el tablero una pantalla justo en medio del medidor de revoluciones e indicador de velocidad (ambos análogos). Allí aparece la información del vehículo, y sobresale en esta versión un asistente que indica la presión de las llantas.
Cuando el motor de 1,5 litros turbo (150 caballos de poder y 250 Nm de torque) comienza a trabajar y la caja automática CVT (en ambas versiones) transmite la energía a las llantas de 17 pulgadas, las sensaciones de manejo son mesuradas. No hay arrancones o aceleraciones bruscas, pues el carro, a su ritmo, va alcanzando mayor velocidad; algo valioso para un conductor con una personalidad igual a la de la sensación del carro, quizá no tan apreciado para uno que priorice la velocidad.
El conductor tiene la posibilidad de elegir entre los estilos de manejo normal, Eco, Sport y Nieve/Superficie deslizante, y accesorios como el freno de mano eléctrico y el control de velocidad crucero, que aumentan el confort en situaciones como atascos o tráfico denso, común en las grandes ciudades.
La nueva Captiva Turbo es una opción ideal para una familia con hijos o personas que busquen un SUV de esos que oscilan entre el subsegmento de compactos/medianos, con más aire del segundo. Su precio, en la versión para cinco pasajeros, es de $88’990.000 y de $95’990.000, para la de siete.