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BT50, la apuesta de Mazda

La marca japonesa Mazda se tomó su tiempo para introducir a su amplio portafolio de camionetas la versión diésel. En la Compañía Colombiana Automotriz (CCA), antes de dar el paso, querían tener la certeza de que le estaban ofreciendo a sus compradores un modelo con un desempeño óptimo, algo que lograron con la BT50 (versiones 4x2 y 4x4), que ya está rodando en el país desde el mes de mayo, fecha de su lanzamiento.

El Espectador
12 de septiembre de 2008 - 09:37 p. m.

“Los modelos con los que cuenta la casa matriz son de una tecnología avanzada y creo que con este modelo presentamos el top de la generación diésel. Siempre hemos creído que existe una relación directa entre combustibles y tecnología y somos conscientes de que la calidad del diésel colombiano no es la mejor. Sin embargo, desde hace tres años se empezó a trabajar en su mejoría y ya se cuenta con niveles aceptables en partículas de azufre. Creo que la compañía tomó una posición responsable y esperó el momento indicado para presentar la BT50”, expresó Alonso Hernández, director de compras e ingeniería de la CCA.

Este modelo, que en sus versiones de gasolina está muy cerca de superar las 3.000 unidades, viene equipado con un motor de 2.5 litros diésel, cuatro cilindros, DOHC y 16 válvulas, con Turbocompresor con intercooler e inyección Common-Rail, que con sus 140,9 caballos de potencia a 3.500 rpm y los 34 Kg-m de torque máximo a 1.800 rpm, es sinónimo de poderío.

“Una de las principales ventajas de un motor diésel es que consume menos y es más económico, algo que se ve reflejado en el costo de operación del vehículo. Nosotros hicimos unas pruebas de durabilidad extensas y encontramos que se pueden obtener beneficios entre un 30 y 55%, dependiendo de muchas variables, como el lugar de operación, la ciudad, el conductor, el tipo de trabajo, etc. Además, hay que tener en cuenta que si bien los motores diésel son más costosos, fueron diseñados para una duración mucho más extensa que los de gasolina y en términos generales existe una compensación”, expresó Hernández.

Los ingenieros de la CCA y de la casa matriz trabajaron en conjunto, teniendo en cuenta las condiciones del diésel nacional y el resultado fue una máquina con elevados niveles de fuerza desde  bajas revoluciones, una óptima aceleración y economía, la cual cuenta con sistema de inyección directa por riel común o Common Rail de segunda generación.

Por El Espectador

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