Hoy, hace 50 años, en pleno auge de los muscle cars norteamericanos, los amantes del mundo del automovilismo todavía estaban a la espera de la propuesta de uno de los grandes de la industria para competir en este segmento cargado de potencia y adrenalina. Un mes después, Chevrolet revelaría la primera generación del Camaro, un auto que ad portas de sus bodas de oro no deja de rugir en el asfalto y de robar suspiros a su paso.
En su primer año, con las versiones Rally Sport y Super Sport, no decepcionó. Con un motor V8 de 5.7 litros y un look más arriesgado y cromado, la primera generación del vehículo de la doble “S” logró ventas cercanas a las 221.000 unidades, funcionó como auto de seguridad de la Indy 500 en 1967 y 1969, y más tarde se convirtió en un ícono para la historia. Sin embargo, el Camaro no se mantuvo estático por mucho tiempo, ni en rendimiento ni en apariencia.
La época más larga y exitosa para una generación de Camaros transcurrió entre el 70 y el 81, cuando la industria sufrió grandes cambios de regulación en cuanto a la potencia de los vehículos de rendimiento. A pesar de ello nacieron joyas como el Z28, una máquina de diseño más europeo y un centro de gravedad más bajo que le permitió una mejor manejabilidad. Se vendieron 85 mil unidades.
Cambiar la arquitectura del carro sin alterar el ADN se volvió costumbre y para la tercera generación, que nació en el 82, el Camaro ya era el primero producido en América con efectos de suelo, que le dieron más fuerza, agarre y función aerodinámica. Sus líneas se suavizaron con la llegada de la cuarta generación en 1993, que vino con un motor más poderoso y control de tracción.
Luego de una pausa de casi siete años, el Camaro regresó en 2010 con un diseño exterior más robusto, que conservaba el frente alargado y en punta de flecha. El motor casi que redobló su potencia a 426 caballos de fuerza y aunque al inicio parecía una decisión arriesgada, Chevrolet no tardó en cosechar su éxito, resumido en más de 500 mil carros comercializados.
A comienzos de este año llegó la sexta generación, que con 455 caballos de potencia, un cuerpo más ligero y resistente y más tecnología a bordo se perfila como el mejor de la familia. Incluso, es el segundo en ganar el premio al Carro del Año de Motor Trend, que también se lo otorgó al Z28 en 1982.
Para muchos se trata de una pieza más de arte que de ingeniería, y de hecho así se ha enfocado la celebración de su aniversario. La semana pasada en Medellín la marca del corbatín, en alianza con Inexmoda, aprovechó Colombiamoda para presentar los productos del primer Young Creative Chevrolet de Colombia. Un certamen que reunió a 13 jóvenes promesas del diseño en el país buscando la prenda que plasmara a la perfección la esencia del Camaro.
Accesorios, vestidos, trajes de baño y hasta zapatos que cambian de color con el agua hicieron parte de la propuesta. La ganadora fue Kritzel Mota, quien se basó en las líneas y los colores del Camaro para resaltar la belleza de la mujer con un vestido de baño. Como premio tendrá la oportunidad de realizar una colección inspirada en los 50 años del icónico auto, que será presentada en el Salón Internacional del Automóvil en noviembre, en Bogotá. Además conocerá el centro de diseño de General Motors.
Este concurso, que promueve la creatividad y busca impulsar el talento joven, no es la única actividad para celebrar su cumpleaños. En Estados Unidos se realizará una exhibición de la herencia que han dejado seis generaciones del Camaro en la planta de Lansing Grand River. Por el lado colombiano, se sabe que Chevrolet tiene varias sorpresas preparadas, pero todavía no se han revelado los detalles.