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En los carros eléctricos la eficiencia es un factor que termina marcando la diferencia, especialmente cuando la autonomía y los tiempos de recarga entran en juego, y bajo esa lógica Renault decidió ir más allá de lo habitual mediante un desarrollo técnico específico.
A comienzos de este año la marca francesa se planteó el desafío de recorrer más de 1.000 kilómetros con una sola carga, pero en lugar de tomar un modelo ya existente optó por una ruta distinta y mucho más técnica. Así nació el Renault Filante Record 2025, un vehículo creado exclusivamente para este objetivo y presentado oficialmente en París durante el Salón Retromobile, celebrado en febrero.
Poniendo sobre la mesa los detalles de este carro, la carrocería es baja y alargada, y las ruedas están carenadas, una configuración pensada para reducir al mínimo las pérdidas energéticas.
Desde Renault reconocen que superar los 1.000 kilómetros de autonomía con una sola carga no es algo imposible si se recurre a estrategias conocidas como el hypermiling, una conducción extremadamente cuidadosa que prioriza velocidades bajas, el aprovechamiento de las inercias y la lectura del terreno.
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Para esta prueba Renault no recurrió a una batería inimaginable ni a soluciones fuera de la realidad del mercado. El prototipo utilizó un paquete de 87 kWh, una capacidad comparable a la que hoy montan varios carros eléctricos medianos, justamente para que el resultado tuviera un punto de referencia claro frente a modelos que ya se venden en concesionarios.
El ensayo se llevó a cabo en un circuito cerrado y bajo condiciones controladas, con una única prioridad recorrer la mayor distancia posible sin volver a conectarse a un cargador. Así, el Filante Record 2025 completó 1.008 kilómetros en menos de diez horas, con una velocidad que superó los 102 km/h y con un 11 % de energía aún disponible en la batería al final del recorrido.
Según los datos de la marca, ese margen final abre dos lecturas claras. El mismo trayecto podría haberse realizado a un ritmo más alto, cercano a los 120 km/h, o bien se habría podido estirar la autonomía hasta acercarse a los 1.100 kilómetros, manteniendo el mismo tipo de conducción.
Uno de los números que más llama la atención es el consumo promedio registrado apenas 7,8 kWh por cada 100 kilómetros, una cifra que queda muy por debajo incluso de los eléctricos de producción más eficientes. Renault explica este resultado por una suma de decisiones técnicas enfocadas en reducir al mínimo las pérdidas energéticas, empezando por un peso total cercano a los 1.000 kilogramos y una aerodinámica trabajada al extremo.
A eso se suman neumáticos muy estrechos diseñados específicamente para disminuir la resistencia a la rodadura y sistemas electrónicos de dirección y frenado por cable, pensados para optimizar cada movimiento del vehículo.
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