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El cierre de año suele ser ese punto de pausa obligada en el que muchas personas revisan lo que hicieron bien, lo que se puede mejorar y lo que definitivamente hay que cambiar. En movilidad, ese ejercicio no solo es conveniente, sino necesario. Las cifras recientes dejan claro que en las vías del país todavía hay demasiadas decisiones equivocadas que terminan costando vidas.
De acuerdo con datos de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, 2024 cerró con cerca de 8.271 personas fallecidas en siniestros de tránsito en Colombia, una de las cifras más altas de los últimos diez años.
A su vez, los motociclistas siguen siendo, por lejos, el grupo más vulnerable. Cada año mueren más de 5.000 en las vías del país, lo que equivale a unas 14 personas al día. En términos proporcionales, representan alrededor del 60 % de las muertes por accidentes de tránsito, una realidad que se repite sin mayores cambios y que pone en evidencia la urgencia de revisar hábitos de manejo, tanto en moto como en carro.
La conversación sobre seguridad vial no puede quedarse solo en normas, sanciones o campañas. Según Leonardo Gutiérrez, director de producto de Nissan Colombia, el enfoque debe ser mucho más cotidiano y adoptar mejores hábitos de manejo como parte de la rutina diaria. “No se trata solo de llegar, sino de llegar con tranquilidad”, señala.
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Ante este panorama, Nissan Colombia invita a los conductores a iniciar 2026 con hábitos de conducción más seguros, resaltando cinco prácticas que pueden marcar la diferencia entre un trayecto tranquilo y una situación de riesgo.
- Atención plena al volante: mantener el foco total en el camino y evitar cualquier distracción. Activar el “modo conducción” mental y físico, asegurándose de que el teléfono y otros estímulos queden fuera de la atención hasta que el vehículo esté detenido.
- Velocidad adecuada y circulación consciente: adaptar la velocidad al entorno, a las condiciones del camino y al estado del vehículo. Circular de manera madura y consciente no solo protege la vida propia, sino también la de quienes comparten la vía.
- Viajes bien planificados con descansos regulares: antes de emprender un trayecto, revisar el estado de descanso, la duración estimada del viaje y los puntos de parada. Conducir descansado y con intención reduce la fatiga, uno de los factores invisibles más peligrosos.
- Anticipación y comunicación con otros usuarios de la vía: señalizar las maniobras, mantener la distancia adecuada y respetar los espacios de peatones, ciclistas y demás conductores. Una conducción respetuosa y previsible incrementa la fluidez y reduce riesgos.
- Vehículo en condiciones óptimas para el recorrido: verificar neumáticos, frenos, luces, niveles de aceite y refrigerante, así como la batería. Un vehículo bien mantenido es una herramienta que potencia la seguridad propia y la de los demás al emprender rutas.
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