
Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Los carros automáticos se han vuelto cada vez más populares porque facilitan la conducción y ofrecen mayor comodidad al no tener que estar pendiente de los cambios de marcha. Sin embargo, esa practicidad no significa que funcionen sin cuidados. La manera en que se manejen y los hábitos al volante influyen directamente en el buen estado de la transmisión, que es uno de los componentes más importantes del vehículo.
Por eso, los expertos de Kia comparten algunas recomendaciones para quienes empiezan a manejar un carro automático, con el fin de mantener la transmisión en buen estado y alargar su vida útil.
1. Olvidar el pedal del embrague
De acuerdo con los especialistas, uno de los primeros aspectos a tener en cuenta es olvidar el pedal del embrague. En los vehículos automáticos este no existe, ya que la transmisión está diseñada para realizar los cambios por sí sola. Esto permite que el conductor se concentre únicamente en el acelerador y el freno, ambos manejados con el pie derecho.
Para quienes están acostumbrados a manejar carros de caja manual, puede ser difícil al inicio evitar el uso del pie izquierdo. Una práctica aconsejada por los expertos de Kia es mantenerlo siempre apoyado junto o detrás del derecho, con el fin de eliminar la tentación de presionar un pedal inexistente. Con el tiempo, esta costumbre se convierte en un hábito natural y contribuye a que la conducción sea más cómoda, sencilla y sin distracciones.
2. Familiarizarse con la palanca de cambios
Desde Kia señalan que, antes de encender el vehículo, es recomendable dedicar unos minutos a reconocer la palanca de cambios. Aunque en un carro automático su uso es mucho menos frecuente que en una transmisión manual, resulta necesario comprender qué significa cada letra para evitar confusiones y conducir con mayor seguridad.
Existen cuatro modos básicos que todo conductor debe identificar:
- P (Parqueo): bloquea los engranajes e impide que las ruedas giren. Es la posición indicada para estacionar y también la más segura al encender o apagar el vehículo.
- R (Retroceso): activa la marcha atrás.
- N (Neutro): libera la transmisión. En detenciones prolongadas, como un semáforo o un trancón, se aconseja usar esta posición acompañada del freno o el freno de mano.
- D (Drive o Conducir): permite avanzar hacia adelante, dejando que la transmisión realice los cambios de marcha de forma automática a medida que el carro gana velocidad.
Además de estas funciones, algunas palancas incluyen configuraciones adicionales que pueden ser útiles en condiciones específicas.
- 1 o L: mantiene el vehículo en primera marcha, ideal para arranques suaves en pendientes muy pronunciadas.
- 2: limita la transmisión a segunda marcha, útil en descensos o subidas donde se requiere mayor control.
- S o Sport: ofrece una conducción más dinámica, con mejores respuestas en aceleración.
3. Aprovechar el efecto arrastre
Al conducir un carro automático por primera vez, puede llamar la atención el llamado “efecto arrastre” o ralentí. Este fenómeno se presenta cuando el vehículo tarda unos segundos en responder al pasar de la posición de estacionamiento (P) a la de marcha (D) o retroceso (R). Durante ese breve lapso, el vehículo comienza a moverse de manera ligera, lo que permite al conductor concentrarse en el pedal del freno.
Es importante tener en cuenta este comportamiento, especialmente en pendientes o en situaciones de tráfico lento, donde el carro puede avanzar hacia adelante o hacia atrás antes de que la transmisión se estabilice. En esos casos, lo recomendable es aprovechar el efecto arrastre con precaución y apoyarse en el freno de mano o en la posición neutra (N) para mantener el control.
Al iniciar la conducción, lo más seguro es mantener el pie en el freno hasta sentir que el vehículo ha respondido por completo al cambio de posición. Adoptar este hábito no solo facilita la adaptación a una transmisión automática, sino que también contribuye a una conducción más segura para el conductor y para quienes comparten la vía.
4. Prepararse para conducir en diferentes condiciones
Al conducir un carro automático permite enfocarse en lo realmente importante: la vía, los espejos, la velocidad, los demás vehículos y los peatones. Sin embargo, los expertos de Kia destacan que, al pasar de una caja manual a una automática, se perciben varias diferencias que optimizan la experiencia de manejo:
- En carretera: basta con mantener la palanca en la posición D, lo que permite prestar total atención al entorno.
- En el tráfico: la transmisión automática evita el constante cambio entre primera y neutro, reduciendo esfuerzo en medio de la congestión.
- En semáforos o detenciones breves: solo se necesita soltar el freno y presionar suavemente el acelerador para reanudar la marcha sin complicaciones.
- Al estacionar: el efecto arrastre facilita las maniobras cortas y precisas.
- En pendientes, adelantamientos o remolques: algunos modelos incluyen el botón O/D (Overdrive) para otorgar más potencia al motor. En vehículos más modernos, este ajuste no es necesario, ya que la transmisión gestiona automáticamente la fuerza requerida.
5. Tomarse el tiempo para practicar
La recomendación final es dedicar un espacio de práctica antes de conducir en vías concurridas. Familiarizarse con los controles en un entorno seguro y sin presiones externas permite ganar confianza y adaptarse más rápido a la transmisión automática. Parte de este aprendizaje consiste en acostumbrarse a mantener la mano fuera de la palanca de cambios y a dejar el pie izquierdo en reposo, evitando movimientos innecesarios.
Una vez adquirida la seguridad en espacios tranquilos, lo aconsejable es avanzar de manera progresiva hacia zonas de tráfico moderado y, posteriormente, a calles con mayor circulación. De este modo, el conductor podrá dominar la caja automática con naturalidad y manejar con mayor seguridad en cualquier vía.
🚗🚗🚗 ¿Ya está enterado de las últimas noticias de Autos? Lo invitamos a visitar nuestra sección en El Espectador.