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En el manual del fabricante y la garantía están todas las especificaciones que se deben seguir al pie de la letra para alargar la vida útil del carro.
Visitar el concesionario autorizado o taller de confianza, por lo menos dos veces al año, es un mandato ineludible y más cuando se va a viajar o a esforzar el auto en pendientes o carreteras destapadas. Asegurarse de conseguir los repuestos originales, en un lugar autorizado y con la asesoría de expertos, es fundamental para que el carro se mantenga en condiciones óptimas.
Dos especialistas del departamento de asistencia técnica y servicio posventa Camilo Montejo, de GM, y Luis Carlos Rosas, de Mazda, dieron sus recomendaciones sobre la manera correcta de hacerle mantenimiento al vehículo para evitar contratiempos y que la inversión se desvalorice.
1. ¿Cada cuánto se debe llevar el carro a mantenimiento?
2. ¿Cuáles son los daños más frecuentes que un vehículo nuevo o usado puede sufrir?
» Por lo menos cada semana se deben revisar los niveles de aceite, líquido refrigerante del motor, frenos y embrague.
» Chequear la presión de las llantas cada 500 kilómetros.
» Monitorear continuamente los indicadores del tablero de instrumentos y conocer el significado de los testigos luminosos.
» Cumplir rigurosamente el programa de mantenimiento del vehículo usando repuestos originales instalados por técnicos especializados.
Vehículos nuevos
Se deben llevar al concesionario de acuerdo con la recomendación del fabricante que se encuentra en el manual del propietario. Lo normal es cada 5.000 kilómetros o cada seis meses, periodo después del cual hay que cambiar el aceite y el filtro del motor.
Si el carro circula en terrenos destapados, la frecuencia de la revisión debe ser cada 2.500 kilómetros.
Algunas marcas sugieren un ingreso inicial entre los 1.000 y 2.000 kilómetros para realizar revisión de fluidos.
Algunos propietarios también aprovechan la visita al concesionario para corregir detalles de pintura y revisar el funcionamiento de las luces externas del carro. En aspectos funcionales, durante el asentamiento de los componentes se pueden presentar ruidos y sonidos que se ajustan durante las primeras revisiones.
Debido al mal estado de la malla vial en muchas ciudades del país, los daños más comunes se relacionan con el sistema de suspensión, como llantas, balanceo de rines, amortiguadores, alineación y dirección.
Vehículos usados
La frecuencia con la que se le hace mantenimiento a un carro usado es la misma que la de uno nuevo. Lo que varía es la cantidad de repuestos e insumos que se utilizan. Lo importante es que este mantenimiento se realice de acuerdo con las condiciones de manejo y el terreno donde se conduzca (pavimentado, rizado o polvoriento). También hay que tener en cuenta si es un vehículo de servicio público o particular, si transita por vías de alto tráfico y si hace trayectos cortos o largos.
Si la persona no está segura del mantenimiento que recibió el carro con sus anteriores dueños, es necesario hacer una revisión completa previa antes de adquirirlo y después de la compra se debe revisar cada 5.000 km.
Las partes más vulnerables son las que se someten a desgaste por uso, como los amortiguadores, pastillas y bandas de freno, sistema de embrague, llantas y suspensión. Hay otros componentes, como el motor y la caja de cambios, que son vulnerables al uso de repuestos no originales y a la falta de mantenimiento.
Es necesario estar pendiente de los indicadores que presentan los testigos en el tablero de instrumentos y los niveles de líquidos, al igual que del estado de las llantas que con el tiempo van perdiendo un poco de aire.