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¿Cuándo debe hacérsele mantenimiento a la caja de cambios de un carro automático?

Los intervalos de mantenimiento no son iguales para todas las marcas, pero sí hay unas referencias que ayudan a entender cada tipo de transmisión y sus necesidades.

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David Vásquez Herrera
08 de diciembre de 2025 - 09:00 p. m.
Las cajas automáticas tradicionales (las de convertidor de par) suelen pedir servicio de mantenimiento entre los 40.000 y 60.000 kilómetros.
Las cajas automáticas tradicionales (las de convertidor de par) suelen pedir servicio de mantenimiento entre los 40.000 y 60.000 kilómetros.
Foto: Pexels
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Aunque muchos conductores solo piensan en la caja automática cuando empieza a hacer ruidos extraños o a comportarse de manera extraña, lo cierto es que este sistema necesita cuidados mucho antes de llegar a ese punto.

Según explica Carlos Badillo, asesor experto de Renault, los intervalos de mantenimiento no son iguales para todas las marcas, pero sí hay unas referencias que ayudan a entender cada tipo de transmisión y sus necesidades.

Para comenzar, las cajas automáticas tradicionales (las de convertidor de par) suelen pedir servicio de mantenimiento entre los 40.000 y 60.000 kilómetros. En cambio, las CVT, conocidas por ser más sensibles por el uso de correas, requieren atención más frecuente. “Aquí la recomendación baja a ciclos de 30.000 a 40.000 km, y luego repetir el mantenimiento cada 30.000 km para mantenerlas en buena forma”, destaca Badillo.

Con las transmisiones de doble embrague (DCT), el panorama cambia otra vez: si son de embrague seco, requieren revisiones más constantes porque trabajan a temperaturas altas y la refrigeración no siempre es suficiente. Badillo sugiere revisarlas aproximadamente cada dos cambios de aceite del motor, es decir, cerca de cada 20.000 km.

Las DCT de embrague húmedo, en cambio, se benefician de estar bañadas en aceite, lo que reduce el riesgo de sobrecalentamiento, por eso sus intervalos se parecen más a los de una caja tradicional, alrededor de los 60.000 km.

Eso sí, Badillo insiste en que estas cifras son un punto de partida. “Los hábitos de conducción, el tipo de terreno y hasta el clima pueden adelantar o retrasar un mantenimiento”, sostiene.

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Síntomas que alertan que la caja automática necesita atención

El experto de Renault explica que, cuando uno conoce su carro, es fácil notar cuando algo deja de funcionar como debería. En la caja automática, esos avisos suelen llegar de varias formas.

Entre las señales más comunes están:

  • Ruidos extraños: zumbidos, golpeteos o roces que antes no aparecían y que se intensifican al cambiar de marcha o al rodar.
  • Sensación de “patinada”: el conductor acelera, pero el vehículo no responde con la fuerza esperada. El motor sube de revoluciones, pero el avance es lento o no corresponde a la exigencia del pedal.
  • Vibraciones al arrancar o al avanzar: sacudidas inesperadas, especialmente al iniciar la marcha, que indican que algo no está acoplando bien dentro de la transmisión.
  • Golpes o cambios bruscos: al soltar el freno, el carro debería empezar a moverse suavemente. Si tarda más de lo normal y luego arranca de golpe, o si durante la conducción se sienten “empujones”, es una señal clara de que algo está fallando.
  • Retrasos en la respuesta: la caja parece “pensarlo demasiado” antes de engranar un cambio, o reacciona de manera tardía y agresiva, generando un jalón inesperado.

¿Por qué es tan importante cambiar el aceite de la transmisión?

Para Badillo, el mantenimiento de la caja automática tiene un protagonista que muchas veces se subestima: el aceite de transmisión. Este fluido cumple varias tareas críticas dentro del sistema. En palabras del experto, “el aceite no solo lubrica, también enfría y genera la presión necesaria para que los actuadores hagan su trabajo dentro de la caja”.

Cuando ese aceite envejece o se degrada por kilometraje, tiempo o sobrecalentamiento, deja de cumplir alguna de esas funciones. Y ahí aparecen los riesgos, como la pérdida de presión que hace que los cambios se salten, aumento de temperatura que termina fundiendo piezas internas o un desgaste acelerado por fricción entre componentes que deberían deslizarse suavemente.

Además, ignorar estos mantenimientos puede abrir la puerta a reparaciones muy costosas. Como advierte Badillo, una caja automática dañada puede convertirse en uno de los arreglos más caros que enfrente un propietario, especialmente si se compara con una caja mecánica.

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David Vásquez Herrera

Por David Vásquez Herrera

Periodista de la Universidad Uniminuto, con diplomado en comunicación estratégica para las organizaciones.@davas_fcdvasquez@elespectador.com

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