Se necesita decenas de miles de kilómetros al volante para poder ser considerado un conductor profesional y esto se gana con experiencia, conocimiento y desarrollo de habilidades. El proceso para lograr ser un profesional de la conducción implica parámetros como adaptarse a la realidad, autocontrol y responsabilidad. Adaptarse a la realidad es poder distinguir qué conductas son adecuadas a la forma de conducir, denotando así madurez en la persona.
Otro de los parámetros que caracteriza a un conductor profesional es el autocontrol ante situaciones externas. La agresividad, que suele ser el resultado de la falta de control, hace que los conductores actúen subjetivamente, en primer lugar porque perciben y juzgan erróneamente una situación.
El último de los parámetros para tener en cuenta, pero no por esto menos importante, es la responsabilidad. La sociedad actual exige una dinámica en la que desplazarnos de un lugar a otro es algo necesario para nuestro propio desarrollo; por tal motivo, es fundamental ponernos de acuerdo y respetar los derechos de los demás en nuestras calles y carreteras.