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El i25 Accent, con gran altura

La marca coreana presentó para Latinoamérica, en el desierto de Chile, la séptima generación de este modelo. Un vehículo que representa la nueva filosofía de la marca, en la que la calidad no es exclusiva de los vehículo 'premium'.

Juan Carlos Salgado J.
22 de abril de 2011 - 09:00 p. m.
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El escenario no podía ser mejor. La inmensidad del desierto de Atacama, entremezclado con la imponencia de la cordillera, a más de 3.200 metros de altura. Un lugar en el que el oxígeno, uno de los principales aliados de los motores de combustión, escasea, pero el mejor para mostrar que el nuevo Accent, conocido como i25 y en su séptima generación, llegó a Latinoamérica para triunfar.

Ha pasado un buen tiempo desde que Hyundai se aventuró a conquistar el mundo, cuando en 1976 exportó su primera unidad (Pony), al punto que hoy pude decir con orgullo que esa cifra alcanzó la no despreciable suma de un millón de vehículos, algo que en el pasado podría ser visto como una utopía. Además, el año pasado superaron los 3,6 millones de automóviles con su sello en todo el mundo, con lo cual alcanzaron un crecimiento del 16,3% con respecto a 2009.

El proyecto del i25 es el fruto de más de cinco años de trabajo. Comenzó a desarrollarse con el nombre clave de RB, con una inversión de 200 millones de won (US$180 millones). De entrada, lo que se plantearon sus creadores fue basar el concepto en lo que llamaron “escultura fluida”, en la que las líneas acentuadas desempeñan un papel preponderante en todo el diseño del vehículo al reflejar elegancia y dinamismo.

Para muchos, el nuevo Accent podría ser considerado el hermano menor del Sonata, algo que no es descabellado porque en él también se destacan los faros de ojos de águila de dos tonos, faros antiniebla en forma de L y una gran parrilla delantera hexagonal.

Es claro que con sus nuevos vehículos Hyundai quiere mostrar que la calidad no es exclusiva de los modelos premium, algo que se trasluce en el nuevo i25 Accent, en el cual no sólo se destaca el diseño exterior, sino también su eficiencia y equipamiento.

El i25, hay que decirlo, es más cómodo interiormente y su manejo es agradable. También se destacan su posición de manejo y una excelente visual, así como la eficiencia de sus motores, aun en condiciones extremas como las del desierto de Atacama.

Pese a que tiene mayores dimensiones (pasó de 4.300 mm a 4.370 mm de largo; de 1.965 mm a 1.700 mm; y de 1.470 mm a 1.457 mm de alto), la tarea era lograr un vehículo de mayor eficiencia, que además expresara en su interior la sensación de comodidad y tecnología. Tal propósito se logró con un menor peso gracias al acero de alta resistencia en el que está construido, que abarca el 58,6% de su plataforma y el chasis.

Los i25 que se comercializan en Colombia son propulsados por motores Gamma, de última generación, de 1.4 o 1.6 litros, con inyección de combustible multipunto CVVT (control de válvulas constantemente variable), de menor peso y con un aumento en la potencia, así como un ahorro considerable de combustible y reducción en las emisiones de CO2.

La potencia del motor de 1.6 litros es de 122 caballos, a 6.300 rpm, mientras que el 1.4 alcanza los 106 caballos a 6300 rpm. Estos propulsores se acoplan a una transmisión automática de cuatro velocidades o a una transmisión manual de cinco velocidades.

En seguridad, el nuevo Accent i25 ofrece el sistema de frenos ABS y la opción de aumentar el nivel de seguridad con seis airbags integrados. La versión más básica, con motor 1.4, arranca en $29’990.000 y la full equipo del 1.6 llega hasta los $42.990.000.

Por Juan Carlos Salgado J.

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