Tal dato, generalmente, se lo dan al comprador verbalmente, después de consultar cuáles son las expectativas de suministro de vehículos de ese modelo para el mes siguiente.
Algunas veces los concesionarios son empresas distintas de los productores o ensambladores y están ligados a ellos por el contrato de concesión. Si el modelo es muy exitoso, es muy difícil responder a la demanda y el asunto se convierte como en una espada de Damocles para los concesionarios, ya que para vender vehículos hay que decirle al comprador cuándo, más o menos, va a recibirlo. Si al llegar la fecha eso no es posible, las caras alegres cambian.
Algunos concesionarios les pagan a sus clientes intereses corrientes sobre la suma entregada, pero hay veces en que eso no satisface al cliente. En estos casos debe primar el sentido común, con respeto al consumidor, y si es necesario, un poco de paciencia de su parte.
* (abogado experto en Derecho del Consumidor de Automotores).